Por: Tomás Rada.
Muchos no son conscientes de la relación entre estos tres elementos, ni de la importancia de los buenos hábitos de consumo en el hogar.
Un proyecto de investigación interdisciplinario apunta a formar niños en manejo responsable de los recursos energéticos.
La energía es un recurso que ha impulsado el desarrollo de la humanidad a lo largo de su historia. Ha tenido hitos que cambiaron la manera de actuar y pensar de la gente. Y lo siguen haciendo. Los nuevos desarrollos tecnológicos requieren usar la energía e incrementan la demanda energética, lo cual ha planteado que uno de los principales problemas por solucionar en la actualidad consiste en encontrar la cantidad de energía necesaria para todos los requerimientos.
Hace unos cinco años, la Universidad del Norte estableció unas áreas estratégicas de desarrollo que consideraba prioritarias para la institución, la región y el país: entre ellas está la energía. Es así como se presentaron proyectos de investigación en diversas áreas; entre estos, un grupo interdisciplinario se enfocó en la formación básica, en diferentes niveles, para educar a niños y adolescentes sobre el uso eficiente y racional de la energía.
El grupo interdisciplinario lo conforman docentes investigadores de Economía, Sicología, Comunicación, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Mecánica, Física y Diseño Industrial. De esa propuesta surgió el programa GiraVerde: 180° de diverciencia, que reúne un grupo de estrategias y acciones encaminadas a fomentar buenos hábitos de consumo, a educar y orientar a los consumidores en el uso de manera eficiente de ciertos recursos como la energía.
El trabajo de los investigadores del programa GiraVerde es pertinente en las condiciones actuales del país, en donde tenemos problemas con los recursos energéticos por la llegada de fenómenos ambientales cíclicos como “El Niño”. Somos conscientes del papel fundamental que juega la energía en la sociedad moderna y aún más en nuestra región Caribe, por lo que la apuesta a la formación de personal humano desde temprana edad en temas trascendentales para el país y el planeta es supremamente importante. Hoy día estamos viviendo una realidad en la que nuestras acciones u omisiones en cuanto a los usos de los recursos que nos brinda la madre naturaleza tiene impactos significativos en temas como cambio climático, generación de energía, salud, entre otros.
Colombia es un país que produce cerca del 70% de su energía a través de hidroeléctricas, las cuales son alimentadas por agua que se almacena, por ejemplo, en grandes embalses, como El Peñol, Calima, La Esmeralda, etc. La generación por medio de térmicas alimentadas con gas, carbón o petróleo es cercana al 28%, y la porción restante está asociada con biomasa o eólica, entre otros.
Aquí es donde comienzan los problemas para el gobierno y de paso para todos nosotros en cuanto a las sequías que se presentan debido al fenómeno de El Niño, ya que se reducen las reservas de agua almacenadas y no se podría generar la cantidad suficiente de energía que requiere el país, además de la escasez de agua para nuestro consumo en general. En este punto nuestra participación es clave y como hemos descrito, existe una estrecha relación en el agua, la sequía y la energía que tienen un fuerte impacto en todo el país.
Se ha observado que es un error común el usar indistintamente los términos uso eficiente y uso racional de la energía cuando se habla de prácticas ambientalmente amigables o cuando se hacen campañas en favor de la sostenibilidad del planeta.
En este sentido es importante señalar que la parte eficiente está asociada con los dispositivos o elementos que adquirimos o usamos, mientras el término racional se da al acto consciente del que hacemos cuando tomamos decisiones o acciones en cierto sentido.
Por ejemplo, cuando remplazamos las bombillas incandescentes por unas de led, estamos empleando elementos eficientes para la iluminación. Mientras que si decidimos apagar una bombilla que no vamos a utilizar, estamos actuando de manera racional para darle un mejor uso al recurso que es la energía.
Como miembros de una comunidad académica, consideramos que es importante la educación para actuar de manera racional ante muchos eventos y en consonancia con el medio ambiente. Los efectos que hoy estamos viviendo en cuanto al comportamiento de la naturaleza, quizás obedezcan al uso no adecuado que hemos dado a nuestras acciones, que en algunos casos es por ignorancia o por inconsciencia, de manera que no le brindamos importancia al origen de donde proviene la energía que consumimos o el agua que utilizamos.
Cabe destacar que esta toma de decisiones y el uso que le damos a los recursos no interfiere con la comodidad que queremos, y no implica privarnos de utilizar algún artefacto; lo que desde el programa GiraVerde queremos enfatizar es en el uso adecuado que deberíamos dar a todo, en términos generales.
Tomás Rada es Ph.D. en Física. Profesor del Departamento de Física de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia.
Nota publicada en UnNorte, publicación mensual de la Universidad del Norte, reproducida en PCNPost con autorización.
SOURCE: UnNorte
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