Por: Gerardo Corrochano.
Director del Banco Mundial para Colombia y México.
En 2016 Colombia puede hacer historia. Y cómo no, si después de más de tres años de negociaciones está muy cerca de alcanzar un “Acuerdo para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, con lo que pondrá fin a un enfrentamiento armado y social interno de más de 50 años, el más largo en América Latina.
Las imágenes cotidianas de hace unas décadas que mostraban una nación turbulenta, atrapada en una espiral de violencia en apariencia sin salida que dejó miles de desplazados y afectados, hoy forman parte del archivo de hemerotecas y son material para documentales históricos. El rostro actual de Colombia es completamente distinto y su futuro, prometedor: el país está a un paso de terminar pacíficamente un conflicto que obstaculizó durante años su potencial de desarrollo.
Y no solo eso, por primera vez en la historia, hoy en Colombia hay más gente que pertenece a la clase media que viviendo en pobreza. Entre 2002 y 2014, más de 6 millones de colombianos -21.2 por ciento de la población- salieron de la pobreza, en tanto que más de tres millones—9.6 por ciento de la población— abandonaron la pobreza extrema, con lo que ésta se redujo a la mitad. Gracias a una política macroeconómica, fiscal y monetaria sólida, el país también ha logrado sortear las adversas condiciones económicas globales y ha podido mantener un crecimiento de alrededor de 3 por ciento en 2015, por encima del promedio registrado en América Latina. No todos los países pueden jactarse de ello.
Colombia tiene ante sí la enorme oportunidad de iniciar una nueva era de paz y de prosperidad para todos sus habitantes. La desigualdad y la pobreza han sido en parte las semillas de las que ha germinado la violencia. La paz implica una agenda de inclusión y un balance del desarrollo territorial desigual que ha afectado a los colombianos durante muchos años. Sin duda, ha habido avances, pero llegó la hora de redoblar esfuerzos. Es el momento de Colombia.
Es tiempo de reforzar los cimientos para construir un país mejor. Una agenda post-conflicto requerirá de inversiones en infraestructura y en capital humano. Alcanzar los niveles más altos de bienestar para todos los colombianos implicará necesariamente el logro de una paz sostenible, la erradicación de la pobreza y compartir la prosperidad. Sin paz, el país no podría asegurar plenamente los derechos humanos más fundamentales. Con pobreza, muchos serían privados de las necesidades más básicas. Sin prosperidad compartida, solo unos pocos disfrutarían de los beneficios del crecimiento económico. Estos tres objetivos son condiciones necesarias para que los colombianos exploten todo su potencial de desarrollo.
Hemos tenido la oportunidad de trabajar con Colombia durante muchos años y tenemos el privilegio de colaborar con las autoridades en este momento tan importante para su desarrollo. Estamos preparando el Marco de Alianza con el País para los años fiscales 2016-2021, el cual propondrá tres pilares de acción: desarrollo territorial equilibrado, inclusión social y alta productividad en una economía diversificada, así como la construcción de la paz como tema transversal.
Las recientes tendencias indican que Colombia puede alcanzar los objetivos necesarios para un mayor desarrollo. El país tiene todo para dar un salto significativo y mejorar las condiciones de vida de millones de personas: 2016 puede ser, sin duda, el año de Colombia. Banco Mundial
Nota publicada en Voces, Perspectivas del desarrollo del Banco Mundial, reproducida en PCNPost con autorización
Gerardo Corrochano es Director del Banco Mundial para Colombia y México desde el 1 de julio de 2014. Es responsable de dirigir los equipos del Banco Mundial en Colombia y México para ofrecer soluciones integradas, multidisciplinarias y de alto impacto que contribuyan a erradicar la pobreza y promover la prosperidad compartida en ambos países.
SOURCE: Banco Mundial
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