Por: Francisco Manrique.
En estos momentos me parece oportuno compartir con el lector unas reflexiones que les envié hace un mes a la XI promoción de Origen Red de Liderazgo. Esta organización viene apoyando a personas muy diversas, con alta capacidad de liderazgo, a través de un proceso que dura cinco meses. Ya son 500 personas las que han pasado por nuestra organización, y que hoy forman parte de esta red que ha venido emergiendo en los últimos 8 años.
Mis queridos nuevos miembros de la comunidad de Origen, adaptarse a situaciones imprevisibles es la marca de nuestros tiempos.
Cuando hay cambios inesperados, la reacción natural es sentir miedo, desconcierto, y buscar respuestas, que le den a uno sentido, tranquilidad y confianza. En estas circunstancias es fundamental aprovechar las palabras recientes del Papa Francisco: en momentos de grandes cambios se necesita tener “memoria del pasado, coraje en el presente, y esperanza en el futuro”.
Tanto la palabra cambio, como el mensaje del Papa, de manera muy directa está relacionados con el proceso que hoy inician con Oriegen. Veamos.
A pesar de no estar físicamente presente, si estoy conectado emocional y espiritualmente con ustedes, en el fascinante viaje exploratorio que van a emprender. Si la historia, de quienes los precedieron, nos puede sirve de guía, la mayoría de ustedes tendrán un cambio significativo en la forma como se perciben así mismos, así como en la forma que lo hacen con los demás. Notarán al final, que el arte del liderazgo y de la vida, para influir constructivamente en otros, está en construir relaciones productivas. Y esto solo se logra, cuando estas dimensiones, están en sintonía.
La razón para esta afirmación, que les puede sonar exagerada y presuntuosa, está sustentada por los testimonios de muchas personas que tuvieron la inmensa oportunidad de vivir este proceso anteriormente. Es un viaje exploratorio, que tiene muchas aristas, y que reconoce que son fundamentales en el ejercicio del liderazgo cuando se busca impactar a otros positivamente.
Como lo expresa la Biblia: “son muchos los llamados pero pocos los escogidos”. Además de sentirse orgullosos por la oportunidad recibida, también deben de sentirse tremendamente responsables de estar a la altura de las expectativas que tenemos de ustedes, y por parte de las diferentes organizaciones que los apoyan en esta iniciativa.
Ejercer el liderazgo significa lograr que otras personas los sigan, no sólo porque ustedes han demostrado que tienen la capacidad, la experiencia, pero sobre todo, la credibilidad de una trayectoria al servicio de los demás. Pero hay algo mucho más fundamental.
Él viaje hacia lo desconocido, que ustedes y nosotros hemos decidido emprender juntos, les va a permitir varias cosas. Van a poder descubrir la importancia de alinear coherentemente la fuerza interior, que cada uno de ustedes tiene, con las acciones y comportamientos que los demás van a reconocer claramente. Cuando esto sucede, los verán cómo personas confiables para guiar a otros. Recuerden, la confianza es la moneda fundamental para ejercer el liderazgo.
Pero se preguntarán ¿y cómo se genera la confianza?. Antes de dar algunas pistas adicionales sobre este tema tan fundamental, es importante dejar claros los siguientes conceptos. El ejercicio del liderazgo solo tiene sentido en épocas de cambios. Liderazgo y cambio son como la cara y el sello de una misma moneda. En épocas estables, no se necesita el liderazgo. En términos organizacionales, solo se necesita contar con una buena gerencia.
Pero en la actualidad, estamos muy lejos de vivir una época tranquila. De hecho, desde hace más de una década, el mundo entero está viendo con asombro, los inmensos cambios que se están experimentando. Algunos muy importantes, impulsados por los avances tecnológicos, otros por cambios profundos demográficos, y otros mas, por los movimientos telúricos en la geopolítica mundial.
Y cuando más necesidad tenemos que emerjan líderes, que entiendan estas dinámicas, y ayuden a la gente a asumir su responsabilidad de enfrentarlas, vemos con inmensa preocupación que no los tenemos. Hay un gran vacíos en los dirigentes políticos, empresariales, y religiosos actuales, quienes por su posición en la comunidad, se ven desbordados por estas nuevas realidades, y claramente no están ejerciendo el rol que la sociedad necesita y espera de ellos.
El problema anterior, explica la inmensa desconfianza que generan muchos dirigentes en la actualidad, y el espacio que se ha abierto para que aparezcan mesías que están explotando esta situación. Son personas sin escrúpulos, que aprovechan el miedo y la incertidumbre que generan los grandes cambios que se viven en la actualidad, para despertar las pasiones más bajas, la división y la violencia.
Ahora bien, recuerden algo muy importante. La capacidad de generar confianza es la verdadera marca de un líder, porque pone todas sus capacidades al servicio de los demás, y no para servirse de ellos. Como resultado, se gana la credibilidad de sus seguidores. Pero esto solo se logra, si hay una alineación consistente y percibida, entre lo que dice y lo que hace. En la coherencia está el verdadero arte del ejercicio del liderazgo.
En los tiempos actuales, hay un inmenso vacío de coherencia en los mal llamados “líderes de nuestra sociedad”. Es verdaderamente impresionante, que personajes como Trump en los Estados Unidos, o Johnson en el Reino Unido, para no citar personajes locales en nuestro medio, sean capaces de convencer a millones de personas, utilizando las mentiras de manera descarada, fomentando el odio hacia las personas que se perciben como diferentes, aprovechándose de la impresionante ignorancia de mucha gente.
Todos ellos ofrecen cosas que son imposibles de cumplir. Y en el proceso, tratan a la gente como menores de edad, que les delegan a otros, su responsabilidad de adaptarse ágilmente a las nuevas realidades. Cuando estos dirigentes, mal llamados líderes, ven que no pueden cumplir las expectativas que habían generado, recurren afuera a la búsqueda de culpables, a la manipulación de la información y al autoritarismo. Las consecuencias de lo anterior se pueden ver en el espejo que es Venezuela en la actualidad.
Como resultado de esta tendencia perversa, personas como Chaves, Correa, Putín,Trump, para solo citar algunos ejemplos, son expertos en manipular los hechos a su acomodo. Y en lugar de iluminar el camino, en un mundo cada vez más cambiante, complejo e impredecible, engañan a la gente ofreciéndoles “el oro y el moro”, para después lavarse las manos de manera irresponsable porque no pudieron cumplir.
El caso del referéndum en la Gran Bretaña, es un ejemplo patético de la dinámica perversa descrita en el párrafo anterior, que peligrosamente se puede repetir en los Estados Unidos en el mes de noviembre, si llegara a ser elegido Trump.
Colombia, como país conectado con el mundo, no está exenta de las dinámicas de cambio que se dan hacia afuera, como tampoco, de las propias. De hecho, estamos ad portas de un momento histórico, en la medida que todos entendamos nuestro papel en la construcción de una nuevo capítulo de nuestra historia. Pero para lograrlo, se necesitan muchos líderes de verdad en nuestra sociedad, para que con sus palabras, acciones y ejemplo, muestre que hay esperanza en la construcción de un futuro colectivo que nos beneficie a todos.
Lograr lo anterior, significa reconocer lo bueno de nuestra historia, pero sin quedar amarrado a ella. Pero como lo dice el Papa, se necesita coraje para seguir hacia adelante, y poder vender la idea de que tenemos que confiar en nuestras capacidades, para construir un mejor futuro. Origen es un espacio que busca dar nuestra cuota para que este camino se construya hacia adelante. Pero son finalmente ustedes, los que tienen en sus manos la capacidad de ayudarnos para volver este sueño una realidad.
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