Por: Francisco Manrique.
No mire hacia el pasado porque su vida está en el presente y hacia adelante
Aprovecho este Post para compartir nuestra historia como familia, y algunas de las lecciones que hemos aprendido en las últimas semanas, en nuestro nuevo encuentro con el cáncer. Ha sido una experiencia emocional muy difícil la que hemos tenido que pasar. Lo hago con el ánimo que les sea de utilidad a otras personas que estén pasando por situaciones similares a las nuestras.
La sola palabra “cáncer” tiene un significado muy negativo en el imaginario colectivo. Esta es una enfermedad que afecta a muchísima gente, y sobre la cual hay cierto tabú para referirse a ella de manera abierta. Por esta razón, hace un año escribí un Post relacionado con el cáncer, que le habían descubierto a mi esposa en su pulmón izquierdo. Quise compartir esta experiencia con mis lectores, con el ánimo de ayudar a que haya una aproximación menos negativa, y una mejor comprensión de las posibilidades existentes .
No me imaginé que tendría que volver a escribir sobre este tema, puesto que estábamos seguros que mi esposa había logrado superar su enfermedad, especialmente después de la operación que le hicieron, y de la quimioterapia a la que la sometieron posteriormente. .
Hace un mes, después de regresar de un viaje, mi esposa comenzó a tener dolores de cabeza, pérdida de energía y sensación de mareo. A la segunda semana de estar en Bogotá, y después de unos exámenes en la cabeza, se le diagnosticó una metástasis en el cerebro, que obligó al neurocirujano que la atendió, a hacerle una operación de emergencia. Lo sorprendente de este caso, es que no nos habían advertido el año anterior sobre una posible metástasis y las alertas a tener en cuenta.
Como resultado de este nuevo incidente de cáncer, que no esperábamos, en familia pasamos por unos momentos muy angustiosos. La incertidumbre de una operación de este tipo fue muy grande. Teníamos mucho temor por los efectos potenciales posteriores, especialmente por el sitio y el tamaño del tumor que se le encontró, y porque no tuvimos tiempo para digerir las posibles consecuencias.
Pero sobre todo, nuestro desconcierto eran muy entendíble, porque estábamos seguros de haber superado la prueba que tuvimos con el primer cáncer en el pulmón. Y la verdad es que no fue así. No estábamos emocionalmente preparados para revivir el problema, pero que en esta ocasión, tenía unas características potencialmente mucho más graves. Seguramente algún lector habrá pasado por circunstancias similares y me puede entender mejor en este punto.
A nivel personal tengo que confesar que tuve un gran impacto con esta experiencia. Ni en los momentos más difíciles, cuando a mí me trataron de un cáncer hace más de una década, había sentido algo similar. No es nada fácil ver, a una persona muy especial como lo es mi esposa, quién ha sido mi compañera inseparable y fundamental en mi vida por cinco décadas, pasar por unos momentos tan angustiosos como los que vivimos en estas últimas semanas.
Nos habíamos preparado para lo peor. Sin embargo, el futuro bastante incierto se ha ido despejando muy positivamente. Para comenzar, afortunadamente la operación fue todo un éxito. Aprovecho para hacerle un reconocimiento al Doctor Remberto Burgos, quien fue el neurocirujano que la atendió, por la velocidad con la que actuó, por la calidad profesional de su trabajo, y sobre todo, por el trato personal que nos dio. Gracias a él, su recuperación ha sido muy rápida y los efectos han sido colaterales mínimos.
En medio del desconcierto inicial, y la rapidez con la que sucedieron todos los hechos, la pregunta fundamental que tuvimos, se relacionaba con los pasos a seguir. En esos momentos de gran desconcierto, nos encontrábamos perdidos y con la ansiedad de encontrar “una solución”, cualquier solución”, que nos diera algo de esperanza. Queríamos respuestas fáciles a un problema complejo que la ciencia médica no ha acabado de resolver. La búsqueda de la esperanza es una condición fundamental de los seres humanos. Cuando ésta se pierde, se apaga un componente fundamental de la razón de vivir.
Por mi experiencia personal, ya sabía que en estos casos críticos, la ciencia médica juega un papel importante pero limitado. El componente más importante está en manos de la actitud del paciente y de la capacidad de adaptación que tenga hacia adelante. La esperanza se construye todos los días a partir de tener una actitud muy positiva, pero también una visión poderosa que lo empuje a a superar todos los obstáculos que aparezcan en el camino.
Afortunadamente, en el caso de mi esposa, su espiritualidad excepcional, le permitió tener un estado de animo muy especial a pesar de la gravedad de la situación. Y la visión poderosa que construimos juntos, fue la de celebrar en tres años, nuestras bodas de oro. Pero también, estar presentes los dos en el matrimonio del menor de nuestros nietos que tiene hoy cinco años. Por lo tanto, nuestro futuro juntos está en sus manos, y esperamos que no se equivoque en la selección de su pareja !!!.
Ante la seriedad de la situación, y lo extraño del tipo de tumor extraído, hubo opiniones muy diferentes en relación a los pasos siguientes a seguir. También tuvimos diferentes visiones en relación al tipo de tratamiento que se debería hacer.
Finalmente, en medio de la neblina en que nos movimos en esos días, decidimos seguir el concejo de unos médicos amigos, y buscar una opinión cualificada en la Mayo Clinic en los Estados Unidos. Allí decidimos llegar para comenzar a explorar un mundo nuevo que se nos abrió en relación a las posibilidades científicas y tecnológicas, que se han venido desarrollando aceleradamente en los últimos años, para el tratamiento de cánceres como los encontrados en mi esposa.
Afortunadamente, en su caso, y después de varios exámenes realizados, tuvimos una excelente noticia: se determinó que la lesión del tumor en el cerebro era única. No se le encontraron otros órganos afectados. Por esta razón, se decidió hacer un tratamiento focalizado de radioterapia y someterla a una observación trimestral. No se consideró conveniente someterla de nuevo a un tratamiento de quimioterapia, o a pruebas clínicas con una nueva generación de drogas que se conocen como inmunoterapia.
No estábamos preparados para este escenario, pero fue el resultado de la deliberación entre los médicos especialistas de tres de los centros más importantes en cáncer de los Estados Unidos. Uno de los oncólogos consultados nos decía con mucha sabiduría: ” como médicos, es tan importante saber recomendar una quimioterapia, como saber cuando no hacerlo”. Especialmente, cuando este tipo de tratamientos son muy paradójicos porque hay que envenenar al cuerpo para curarlo.
Por todo lo anterior, estas semanas han estado llenas de momentos angustiantes, pero afortunadamente se olvidan rápidamente. Las memorias que realmente quedan, son las lecciones positivas que nos han quedado a mi esposa y nuestra familia. En el curso de esta nueva experiencia, las han habido mucho y muy valiosas. Como siempre, en estos momentos tan difíciles, hay muchas perlas que se recogen y que hay que agradecer
Al estar muchos días en una clínica, acompañando a mi esposa durante su operación, y posteriormente en los exámenes que le hicieron, nos dejó una primera lección. Uno no está solo en su enfermedad, se conecta con muchas otras personas que están pasando por situaciones similares y aún más difíciles. Se aprende que la enfermedad es parte de la vida, cosa que rápidamente se olvida, cuando se tiene buena salud. Pero también, una experiencia de este tipo, vuelve a quien lo vive , mucho más sensible ante el dolor de los demás.
Lo anterior lo expresó mucho mejor nuestra hija Rosita, quien nos pudo acompañar durante estas semanas en los Estados Unidos: “De una forma difícil de explicar, estas semanas me han hecho conectarme más que nunca, con el dolor del mundo, con los enfermos y sus familias, con quienes días a día lloran a sus seres queridos que se han ido… Con quienes han perdido a sus hermosas mamás… Con quienes esperan un diagnóstico y piden de rodillas un milagro… Con quienes “ tocan la campana” para celebrar el fin de una etapa, una batalla ganada… Conexión profunda con quienes no tienen acceso a un buen servicio de salud, con quienes no encuentran alguien que los guíe en estos momentos de dolor y confusión y con aquellos que tienen que esperar solos en la sala de una clínica …”
En resumen, ante la posibilidad de desconectarse de la vida, surge la extraordinaria oportunidad de recolectarse con el mundo.
La segunda lección que quiero compartir fue la extraordinaria solidaridad que recibimos de parte de mucha gente. Una persona como es ella, que nació para servir a los demás, lo que es su sello más notable, pudo apreciar cómo es cierto el dicho: “lo que se siembra se cosecha”. La energía positiva de tanta gente, tuvo un efecto tremendo para apuntalar su ánimo en los momentos más difíciles.
Una vez más, como sucedió en mi caso hace una década, y hace un año con el primer tumor, ratificamos una tercera lección: la importancia de tener a la familia unida, solidaria en las buenas y en las malas, apoyando al paciente del cáncer. Y también, poder constatar, cómo me toco durante mi enfermedad hace unos años, lo que sucede en otros cuando hay desunión. El impacto es muy grande en las condiciones emocionales del paciente, tema crítico para vencer la enfermedad.
Y hablando de solidaridad, hay una cuarta lección. Hace unos meses escribí un Post sobre el papel de un médico como alguien que es capaz de tener empatía con su paciente. Para este es muy importante que el conocimiento y la humanidad vayan de la mano. Esto le permite ver a su médico como una persona cercana, que tiene en cuenta la dimensión humana de la enfermedad.
En estas semanas, los médicos colombianos y norteamericanos que nos han atendido y ayudado, así como el personal de apoyo en las Clínicas del Country y Mayo, se portaron impecablemente. Este comportamiento ha sido fundamental para que mi esposa se haya sentido cuidada y comprendida en sus miedos y momentos emocionales difíciles de estas semanas. ¿Cuantas personas, que tienen que acudir al sistema público de salud, pueden decir lo mismo?.
Una quinta lección es la importancia de la espiritualidad de la persona, que le permite ver un proceso tan difícil, de una manera diferente. Esto le facilita lidiar con la incertidumbre y el miedo legítimo, que se generan ante la posibilidad de enfrentar la muerte. En el caso de mi esposa, esta le ha permitido reconocer el miedo como algo natural, pero sin que la haya secuestrado emocionalmente.
Por esta razón, este encuentro con el cáncer, ofrece oportunidades para tener conversaciones muy profundas en familia, sobre el valor de la vida y las huellas personales que se han dejado atrás. Hay que aprovechar estos momentos tan especiales para poder reflexionar. Pero también, cuestionarse el porqué hay que esperar a que se produzcan estas circunstancias, cuando estas posibilidades deberían de ser parte de la cotidianidad de los espacios de familia.
Confieso que en nuestro caso, las consecuencias iniciales fueron muy difícil de absorber porque no las esperábamos. Afortunadamente, viendo hacia atrás, las lecciones recibidas nos hacen ver a todos la situación de una manera mucho más positiva.
Estamos agradecidos con Dios por permitirnos seguir teniendo contando con la presencia de mi esposa en nuestra vidas. Y para ella, estos momentos tan difíciles, le han reafirmado su inmensa voluntad de seguir hacia adelante, porque todavía tiene cosas importantes por hacer, y gente a quien seguir apoyando que realmente la necesitan. Estos son dos componentes adicionales muy poderosos de su visión, que estoy seguro le seguirán dando la fuerza y el valor para sanar completamente.
Y lo que también quiero subrayar como algo muy positivo, es que en esta ocasión, y a a diferencia de la primera vez hace un año, me he puesto a investigar sobre diferentes posibilidades que se tienen, ante la eventualidad de haya en el futuro una nueva recurrencia. No pretendo remplazar a los médicos y especialistas, pero si estar mejor informado para cuando haya que tomar más adelante una decisión. Lo que he encontrado me ha sorprendido.
Por lo anterior, la última lección que quiero compartir con el lector es la siguiente. La evolución, cada vez más rápida de la ciencia, está produciendo soluciones muy interesantes para atacar el cáncer. Pero también, he aprendido que hay otros caminos alternativos complementarios, que explican muchos casos de sanación de personas desahuciadas por los mejores expertos.
En próximos Posts voy a compartir con mis lectores lo que he encontrado en este camino inesperado en el que me he encontrado, y que seguramente va a sorprender a muchos.
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