Por: Francisco Manrique
He estado escribiendo en las últimas semanas sobre la situación que estamos viviendo con la llegada de Petro al poder. Pero mientras en Colombia hemos “petrizado” la agenda desde hace cuatro meses, el mundo no para de cambiar. Distraídos por las preocupaciones de este cambio drástico a la izquierda, nos estamos perdiendo de entender unas megatendencias cuyas consecuencias van a ser mucho más duraderas e impactantes para todos.
Después de aguardar un año por un auto híbrido, finalmente lo recibí hace tres semanas. Ya había tenido uno similar hace cuatro años, y no esperaba mayores sorpresas con este nuevo modelo 2023. Estaba equivocado: las sorpresas fueron muchas y muy impactantes. Voy decirlo de manera sencilla: el vehículo que me llegó, es un conjunto de microprocesadores y sensores en cuatro ruedas.
Siendo parcialmente eléctrico, todas las funciones que hoy se ofrecen en este tipo de automóviles, se manejan como un computador. Me enteré que la demora de 12 meses, en la llegada de mi carro, se debía fundamentalmente al infarto qué hay en la cadena mundial de producción y suministro de los miles de componentes electrónicos, que hoy son el corazón de estas máquinas extraordinarias de movilidad.
Mi experiencia personal con el nuevo vehículo, me picó la curiosidad. Me puse a investigar más a fondo que es lo qué hay detrás de esta revolución de la electrónica, cuyos efectos se están comenzando a visualizar por todas partes. Este cambio está sucediendo a una velocidad impresionante, y creo que mucha gente no se está dando cuenta de esta realidad que hoy nos impacta cada vez más..
Peter Diamandis, fundador de Singularity University en California, es un personaje del Silicon Valley, que se ha dedicado a mostrar el futuro que ya lo tenemos encima. Hace unas semanas, en una nota que distribuye periódicamente, se refería a una mega tendencia: la Economía de los Trillones de Sensores. Vemos algunas de las consecuencias que esto ya tiene en nuestras vidas.
¿Pero que es un sensor? Es un artefacto electrónico que puede medir cantidades físicas como la temperatura, la intensidad de la luz, etc. La información recogida es enviada a otros aparatos o a una red en internet. Su importancia es cada vez más grande, porque estas capacidades se están utilizando para la mejora de la seguridad, hacer más fácil el trabajo, etc.
Hoy el impacto de miles de millones de sensores está en todas partes Este milagro tecnológico es la base del Internet de las Cosas (en inglés IoT) cuya presencia permite la habilidad de sentir y conocer cualquier cosas, en cualquier momento y en cualquier parte. Se está creando una inmensa red de aparatos interconectados que recogen, agregan, procesan y transmiten información en el mundo digital del Internet.
Gracias a estos pequeños aparatos, hoy es posible conectar cualquier cosa utilizando la telaraña del Internet que hoy envuelve al mundo entero. Una buena parte de esa red está soportada por miles de satélites que están en órbita tomando fotos, transmitiendo datos, registrando los cambios de temperatura, facilitando la ubicación ( el GPS que tienen los celulares y que permite que haya apps como Waze ), entre otras muchas otras capacidades sorprendentes.
Estos sensores son los que hacen posible que, los drones sean hoy unos protagonistas fundamentales en conflictos bélicos, como es el caso de Ucrania. Los satélites de Eliot Musk, el pionero de los carros eléctricos (Telsa), son hoy fundamentales para evitar que los rusos paralicen las comunicaciones de ese país.
Pero también, estos artefactos y las tecnologías asociadas, son los responsables de que la tendencia hacia los carros eléctricos autónomos, sea cada vez más una realidad. Inclusive, me enteré que esta tecnología se está implementando para helicópteros sin piloto que pronto se verán en Singapur.
En tipo de vehículos , hay cientos de sensores que le permiten “ver” a través de las cámaras el entorno y detectar personas y cosas en el camino. Están acompañadas de sensores de radar y ultrasónicos que emiten señales. La cantidad de data generada puede llegar a 3500 megabytes/seg.
Pero además, estos sensores se están utilizando cada vez más en temas de seguridad y detección de actos terroristas. En la China, su uso le está permitiendo al gobierno, tener un control cada vez mas asfixiante sobre los 1400 millones de personas, que hoy viven bajo el ojo del gran amo del Estado
El sector industrial, es otro campo donde los sensores están jugando un papel fundamental para monitorear y optimizar los procesos productivos. Para no dejar de mencionar, la revolución en las plantas y los centros de distribución, con el uso de los robots.
Gracias a la capacidad de percibir cada vez mejor el ambiente, y la convergencia con el uso de la Inteligencia Artificial ( IA), que facilita el aprendizaje de las máquinas (machine learning), estos aparatos están remplazando a miles de trabajadores en operaciones rutinarias o peligrosas.
En tres años la inversión en sensores industriales se va a duplicar y serán la palanca para competir , mejorando el monitoreo y puesta a punto de las máquinas , más seguridad, y bajar los costos de mantenimiento.
Pero estos sensores los tenemos ya muy cerca de nuestros cuerpos. Tengo un iWatch de Apple que me está midiendo varias funciones del cuerpo, información que se envía al iPhone donde se analiza y llevan estadísticas.
Y hacia adelante, vienen el Metaverso o realidad virtual, campo donde empresas como Facebook, están invirtiendo miles de millones de dólares. Las sofisticadas cámaras que se comienzan a utilizar, contarán con sensores que estarán captando y grabando las actividades y el entorno de cada persona.
Estamos entrando en una época donde, gracias a la tecnología de los sensores, unidos con el internet y la IA, la privacidad será cada vez menor y aumentará la posibilidad de un monitoreo cada vez más sofisticado que opera 7/24 sin parar. Estas capacidades son las que China está usando para controlar a sus habitantes, como ya lo mencioné.
Según Diamandis, estamos entrando a un mundo donde lo que se va a premiar es la calidad de las preguntas que una persona pueda hacer, y no lo que está conozca.
Los números actuales del uso de los sensores desborda la imaginación. McKinsey, la firma consultora, estima que el crecimiento se va a triplicar en el 2023 para llegar a la impresionante cifra de 43.000 millones de ellos. Veremos que los faros de luz en las calles, los ascensores, las neveras, inclusive la ropa, estarán conectados por estos aparatos.
El impacto económico que se espera en ocho años es igualmente enorme. La consultora lo ha evaluado por encima de $5 billones de dólares.
Para ilustrar al lector de la magnitud de esta meta tendencia, el celular en el que seguramente está leyendo este blog, tiene 20 sensores distintos como un acelerometro, medidores de luz, barómetro, identificadores de huellas y faciales, GPS, giroscopio, medidor de pulsaciones, termómetro, sensor de imágenes, etc. Estudios recientes midieron que un celular colecta 1 MB de data cada 12 hrs.
Otro ejemplo: se calcula que al finalizar este año pueden haber 260 millones de casas inteligentes. Es muy posible que el lector ya viva en una de ellas. Es un mercado que está creciendo exponencialmente. Alexa es un asistente virtual que ayuda a manejar la música, las luces, el termostato, las chapas, etc, con artefactos “inteligentes”conectados todos por Internet. Este manejo puede ahorrar hasta el 50% en el consumo de energía .
La data, que estos billones de sensores está generando, también supera la imaginación. Para dar una idea: en el 2010 se calculaba en 2 zetabytes ( 10 a la 21) , cantidad que se multiplicó 32 veces en 10 años!!.. Para el 2030, se calcula una cifra astronómica de 10 a la 24.
Las implicaciones de esta revolución tecnologia son inmensa. Los agricultores van a tener información muy valiosa para monitorear sus cultivos. Los médicos van a estar recibiendo la data del paciente en tiempo real 24 hrs al día. Esta “piel electrónica ’ como la denomina Diamendis, va a producir información que, sumado a los avances en IA y el aprendizaje de máquinas, va a permitir cambios que desbordan nuestra imaginación.
Y mientras todo esto sucede ente nuestras narices, en Colombia nos entretiene Petro hablando de “la Paz Total”, donde el gobierno le tiende puentes a los asesinos, mientras le pone minas quiebra patas a las relaciones con el sector productivo del país. Para llorar!.
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