La historia detrás del proceso separatista de Cataluña

Por: Francisco Manrique.

La noticia internacional esta semana ha sido la situación que ha producido la votación por el sí a la separación de Cataluña. Es la más grave crisis que ha enfrentado la democracia española desde que se formalizó la nueva Constitución  en 1978 y se acabó la era de Franco en ese país. Para mi fue una tremenda oportunidad de sentarme este martes, con un querido amigo mío de Barcelona, que hasta hace dos años, estuvo muy cerca de la política regional.

Durante esta reunión, estuve escuchando interioridades del proceso que hoy tiene convulsionada a España. A pesar de la abundancia de información en los medios locales e internacionales, hay una historia que está detrás de la noticia, que no se ha tocado y que explica la situación absurda en que se encuentran Rajoy  y Puigdemont. Y de paso, lo que realmente explica el problema, se parece mucho con lo que hoy está sucediendo en Colombia. Veamos.

Como sucedió en UK con el Brexit, con Trump en US y el No en Colombia, la distorsión de la verdad ha sido la norma en el caso de Cataluña.  Utilizando los medios oficiales de la TV y la Radio de Cataluña, el gobierna de Puigdemont ha difundido varías mentiras para buscar su objetivo de lograr la independencia de su región.

La primera mentira que se han vendido, es que Cataluña, siendo una de las tres regiones más ricas de España, junto con Madrid y Baleares, le quedaría mucho dinero para invertir localmente al dejar de transferirle recursos al Gobierno Central. La verdad parece ser muy diferente: el neto transferido está del orden de los € 6000 millones al año. Esta suma es menor que la transfiere Madrid. Y la realidad es que la separación de Cataluña, que hoy está muy endeudada con el Gobierno Central, la dejaría por fuera de la CE, situación que tendría un impacto mucho mayor al del Brexit en el Reino Unido.


independentistas Cataluña

AFP PHOTO / PAU BARRENA


La segunda mentira: la mayoría está a favor de la independencia. La realidad es  que dos de cada tres catalanes, tienen sus raíces en otras regiones. Y en las encuestas recientes, el 57% consideran que sería un absurdo separarse de España. El problema es que esta gente se ha mantenido pasiva durante estos dos años. Solo en esta semana, salieron más de 800.000 personas a manifestar su rechazo contra la separación.

Y la tercera mentira es que históricamente Cataluña tienen que recuperar su independencia. Pero esta región nunca lo ha sido. En la Edad Media había los condados, y donde el conde de Cataluña era la cabeza. A mediados del siglo XV, estos señores feudales buscaron su protección, y se integraron con la Corona de Aragon. Esta les respeto sus fueros. Más tarde  se realiza la alianza por matrimonio de  Aragon con Castilla. Y desde entonces, Cataluña forma parte de este proceso histórico de integración.

Este problema lo manejó Rajoy de manera muy descuidada pensando solo en movilizar los instrumentos administrativos del Estado y a los jueces. Nunca le vio la dimensión política. El conflicto se ha vuelto insuperable, porque se encuentra con el partido del PP, con una posición centralista e intransigente, y la alianza entre Convergencia Unión y el ER, donde este partido minoritario domina la conversación desde el otro extremo. Y como me lo decía mi amigo español: si hubiera estado Felipe Gonzales de Jefe del Estado, nunca hubiera dejado llegar el problema a donde llegó.

Me explicaba algo insólito de esta dinámica tan destructiva. Ambas partes hablaban de dialogar, del papel de la democracia y del derecho a la autodeterminación. Este último punto, claramente no aplicaba para el caso de Cataluña, ya que no es una colonia, ni ha estado sometida a una represión violenta. Pero además, durante los dos últimos años que ha crecido el problema, las dos partes no se sentaron a conversar una sola vez. Todo se manejó a través de titulares y manifestaciones callejeras.

No es de extrañar entonces el resultado. En los últimos dos años, esta confrontación se ha convertido en una pelea de gallos. Los separatistas han venido agitando a las masas a favor de su bandera. Y solo hasta este 8 de octubre, la gente que no estaba de acuerdo, viendo el retiro de las grandes empresas y el nulo respaldo externo, se manifestaron masivamente en las calles.

Los independentistas han venido trabajando en este último periodo el escenario internacional pero sin ningún resultado. De hecho, en la CE hay mucha prevención a lo que sucede en Cataluña porque se puede abrir una caja de Pandora muy compleja de cerrar.

La tremenda inestabilidad de este proceso, ha generado el retiro de se sede social de un número importante de empresas, y que representan un % muy alto del PIB Regional. Empresas emblemáticas como el Grupo Planeta, Bimbo, Gas Fenosa, etc, han decido mover su sede fuera de Cataluña. y de paso, le han mandado un mensaje muy contundente al grupo separatista, creándole  otro foco de gran tensión.

¿Pero que hay realmente detrás de esta historia de la separación de Cataluña?

Pascual Maragall fue por 15 años el alcalde de Barcelona y  y presidente de la Generalidad de Cataluña entre 2003 y 2006. Hace cinco años, ya retirado de la vida pública, mencionó en el parlamento, que Convergencia Unión, partido que había dominado la política regional por muchos años, tenía el problema del 3%.

Con esta declaración de una figura muy respetada en Cataluña, se estaba destapando el cancer de la corrupción, tema que hasta ese momento, había sido cubierto por un pacto de silencio por muchos años. Era algo que se sabía y que desencadenó una serie de investigaciones judiciales sobre todo al partido de Convergencia Unión de Jordi Pujol. Las investigaciones han avanzado y demostrado una corrupción sistémica y a gran escala con  comisiones de más del 10%.

Convergencia Unión fue una alianza entre los Liberales (Convergencia) y los Demócratas Cristianos ( Unión). Cuando comenzó el escándalo hace cinco años, el lider del segundo partido se retiró de la coalición.

Para agravar aún más el problema, Pujol reconoció haber tenido dinero en paraísos fiscales y que sus hijos habían hecho negocios desde la Generalitat. Con la admisión de este dirigente político, se precipitó el principio del fin del partido de Convergencia Unión, alianza que siempre había ganado las eleciones. Todo sucedió en medio de la crisis económica y social más profunda de España.

Ante el inmenso escándalo destapado, y tratando de encubrirlo de alguna manera, a los dirigentes políticos se les ocurrió la idea de buscar un enemigo común, para lo cual,  buscaron al partido de extrema izquierda Esquerra Republicana [ER], que promovía la separación de España y el retiro de la CE.

Buscar enemigos ha sido el recurso de los políticos, y de los dictadores como Maduro,  cuando quieren distraer a la opinión pública. Y en este caso no fue la excepción. Era una buena manera de distraer la atención de la gente. Pero potencialmente habían otros beneficios para estos políticos corruptos: poder nombrar a sus jueces si había separación de España, lo cual les caería muy bien a quienes estaban acusados e interesados en parar las investigaciones en su contra.

En medio de esta situación, se acordó con el partido ER, ir a elecciones con la bandera de la independencia. Y se montó el lema: Juntos por el Si. Para los observadores políticos, no les  era fácil entender esta coalición entre un partido de la burguesía Catalana con la extrema izquierda. Sin embargo, Arturo Más, que era el heredero de Puyol, convenció a su partido de la alianza y la independencia. ER tradicionalmente había representado no más  del 10% del electoral regional.

Hace dos años se lanzaron a las elecciones, pero para desgracia de Convergencia Unida, no lograron ganar la mayoría absoluta. Por lo tanto, necesitaban siete de los nueve diputados de ER para lograr el control, para lo cual se acuerda una alianza con el ER. Pero esta colectividad minoritaria puso una condición: se declarara la independencia en un año y medio, y exigieron el retiro de Arturo Más como jefe de Convergencia. Los izquierdistas habían tenido muchos enfrentamientos con este político que se tradujeron en un odio personal muy fuerte.

Y lo que parecía imposible sucedió. Más accedió a retirarse aduciendo el bien del partido. Pero la realidad parece que era otra: estaba metido hasta el cuello en los escándalos de corrupción, dejándolo en una posición insostenible. Para remplazado, pusieron de presidente al Sr Puigdemont, alcalde de Berona. Un político mediocre, que era percibido como alguien manejable por Convergencia Unión,  terminó a la cabeza del terremoto que hoy conmociona a toda España. .

Mientras todo este drama se desarrollaba, el proceso judicial siguió adelante de manera silenciosa. Pero el impacto ya ha sido devastador: todas las sedes de Convergencia Unión están hoy embargadas. Este partido está acusado de ser responsable muchas causas penales. Tratando de salvar algo de este desastre, le han cambiado de nombre por el del Partido Demócrata de Cataluña.

Esta parece ser la verdadera historia que ha precipitado la crisis más grande de la democracia española, desde que se promulgó la constitución en 1978. La situación está para alquilar balcón, y la solución propuesta por Puigdemont, declarando pero suspendiendo la separación, ha puesto en marcha el proceso que puede agravar aún más la situación: suspender la autonomía de Cataluña de acuerdo al artículo 155 de la Constitución, y terminar con el presidente y los parlamentarios separatistas en la cárcel. Este artículo nunca había sido aplicado en el pasado

La solución es muy mala para todos. Sin embargo, es un escenario que quisieran los separatistas. Para el PP es un golpe de opinión bien recibido en el resto de Esñaña donde están reclamando mano dura. Pero los que no están a favor de la separación, y que viven en Cataluña, quieren que las dos partes se sienten a hablar.

Esta situación salida de madre, muestra que los políticos han fallado. Han demostrado una incapacidad infinita para sentarse a negociar. Y negociar es de la esencia del ejercicio de la política y lo que le ha permitido a las sociedades avanzar. Pero cuando las diferencias se llevan a la calle, y no se manejan en el Parlamento, es una clara demostración del fracaso e incompetencia de los políticos y de sus partidos.  Han permitido poner a la sociedad en un estado de pre violencia. Y cuando esto sucede se genera el odio.

Hoy está en juego la recuperación de la economía española después de nueve largos años desde que estalló la crisis financiera.

Una reflexión final y muy relevante para Colombia. Fíjese el lector el papel que ha jugado el destape de la corrupción en Cataluña en el desmantelamiento del partido invencible, y de la caída de sus cabezas visibles. Y ahora veamos lo que sucede en nuestro medio, para entender como este componente, junto con la tremenda polarización que hoy tenemos, puede ser la mezcla explosiva que vuele todo el establecimiento. Y los responsables van a decir después: “ve yo se los dije”.

Es evidente que el caso de Cataluña, el del Brexit, la llegada de Trump, y la polarización en Colombia tienen un común denominador: un vacío profundo de liderazgo y unos dirigentes políticos irresponsables, que no han estado a la altura de los grandes cambios de la sociedad contemporánea.


 

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