En esta serie de artículos, se evidencia una inmensa preocupación por las crecientes señales de deterioro de los valores que han sido pilares del desarrollo humano, particularmente promovidos desde Europa y los Estados Unidos..
Hace dos semanas publiqué un Post sobre el papel de las creencias y escribía: “nuestra mirada basada en nuestras creencias, condiciona los procesos y los resultados, para nosotros y para los demás”. Pues bien, leyendo los diferentes artículos de la revista inglesa, se concluye fácilmente que los valores defendidos por las diferentes corrientes del pensamiento político, se fundamentan en unas creencias sobre temas que definen las relaciones de los seres humanos en la sociedad.
Las reflexiones del Economist son muy pertinentes cuando estamos observando el desmoronamiento paulatino de los partidos políticos en Colombia. Estas instituciones, que deberían representar y defender diferentes corrientes de pensamiento político, han perdido su norte ideológico. Lo único importante que les queda, es la defensa de los intereses egoístas de sus dirigentes y de la tajada que le puedan sacar a los recursos públicos para su propio beneficio.
Hoy, estas instituciones están en el fondo de las en encuestas, refundidas en el fango de la corrupción, del cinismo y sin capacidad de liderar a la sociedad. Como resultado, el ideario que hoy debería tener defensores fuertes, se encuentra huérfanos, la sociedad totalmente desorientada y a la merced de caudillos populistas sin escrúpulos. Hay una terrible confusión sobre los valores que colectivamente deberíamos defender, y por lo tanto, de las creencias que los sustentan.
Veamos las creencias que reflejan al liberalismo en su más amplio sentido. Quienes defienden esta corrientes de pensamiento político creen en varias cosas fundamentales. Veamos.
La generación de riqueza facilita el crecimiento de una sociedad en diferentes dimensiones. La ciencia permite un mejor entendimiento del mundo. A medida que la sabiduría se multiplica la sociedad mejora. Se reconoce que el progreso siempre está bajo la amenaza de personas con una visión retardataria del cambio. Pero también, hay una firme creencia que el flujo de ideas es fundamental para que la humanidad pueda avanzar, lo cual requiere que haya libertad de expresión y capacidad argumental para defender las nuevas ideas.
Pero el liberalismo está también sustentado en la creencia, de que la concentración de poder es muy peligrosa, porque hay una alta posibilidad de abusar de él por parte de los grupos privilegiados que lo detentan. Por esto, la dignidad individual, es una creencia clara para esta corriente de pensamiento , lo que implica que nadie le puede imponer a los demás sus creencias, sin importar lo convencidos que estén de ellas. El liberalismo promueve la libertad del pensamiento.
A diferencia de quienes se definen como conservadores, que buscan el orden, la estabilidad y la tradición, el liberalismo acepta que los conflictos son inevitables en una sociedad, y que el progreso material y de carácter, le permite propiciar las reformas y los cambios que la hacen avanzar.
Para el liberalismo, todos los seres humanos comparten las mismas necesidades fundamentales, lo que implica resaltar que, los valores como la razón y la compasión, son necesarios para lograr un mundo mejor. Se defiende la creencia, que los cambios se pueden lograr, mediante el debate civilizado, la capacidad de compromiso, y el respeto a la diversidad de opiniones.
En contraposición de los valores y creencias anteriores, en la actualidad, la violencia y la rabia, se privilegian sobre los debates civilizados de las ideas. Los intereses particulares están capturando a las instituciones, y corrompiendo estos valores fundamentales, que han permitido los avances más importantes que haya tenido la humanidad en toda su historia. Como resultado, hay un gran clamor por la iniquidad que hoy se evidencia, porque a pesar de los grandes avances conseguidos, se percibe que los beneficios no están equitativamente distribuidos en la sociedad.
Pero como bien lo recuerda The Economist, el liberalismo está siendo atacado desde diferentes frentes . El primero de ellos viene de la confusión de su significado. Por ejemplo, en los Estados Unidos esta palabra se asocia con un ideario de la izquierda que propone tener un gobierno grande, mientras que en en Francia, el término se le relaciona con los conceptos fundamentalistas del libre mercado.
Otro frente viene de la percepción negativa que está teniendo la globalización y la migración, temas asociados a una élite liberal. Los populistas han ganado adeptos atacando estas élites a quienes acusan de ignorar las necesidades de la gente del común. Su propuesta, para ganar adeptos, es ofrecerles el volver a tomar control de sus vidas. Se ha olvidado el hecho, que la democracia liberal, ha estado detrás de los grandes progresos de la humanidad
Pero la vulnerabilidad del concepto liberal está fundamentada por la complacencia de quienes debería defenderlo, y reconocer que las consecuencias han sido graves. Se puso poco cuidado al impacto del libre comercio y la automatización; se subestimó el inmenso impacto del cambio climático; o el surgimiento de las economías emergentes como la China, con un sistema político dictatorial; se ignoró el creciente impacto de la religión, la identidad étnica y la emigración; y se olvidó de cuidar la necesidad que el progreso le toque a todos.
Pero el peor enemigo de quienes dicen ser liberales, es que dejaron de arriesgarse para ser agentes de cambio en la sociedad.
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