Por: Francisco Manrique.
Bogotá, Septiembre 12 del 2025.
Leer: Informe especial sobre Colombia en septiembre del 2025 – Parte I
Informe especial sobre Colombia en septiembre del 2025 – Parte II
Nace una nueva arquitectura social de colaboración:
Poco a poco se llegó al convencimiento que los esfuerzos individuales, por mejor intencionados, eran insuficientes para lograr el cambio. Se reconoció que la colaboración era uno de los valores críticos a desarrollar, ya que está cada vez más en el centro de los procesos innovadores. Era necesario generar mecanismos para tener una sociedad civil organizada para enfrentar los grandes retos del cambio de esta
El mensaje era contundente. Se necesitaba dejar los egos y los afanes de protagonismo a un lado. Por esta razón, se adoptó el modelo de Impacto Colectivo, que permitió alinear a cientos de organizaciones públicas y privadas, para generar el cambio en temas tan importantes como la educación. Era una respuesta que aportaba a uno de los escenarios identificados para Bogotá: el Panal de Abejas donde el liderazgo institucional se logró con ” una visión estable , sostenible de largo plazo”.
Doce años después, hay muchos proyectos y emprendedores que han surgido a lo largo de esta historia. Pero tal vez la innovación más importante que han logrado es la arquitectura que se armó para crear acciones colaborativas, entre una gran cantidad de actores. Hoy, en diferentes partes del país, estos grupos tienen una visión compartida y un propósito bien definido, que les ha permitido avanzar.
Llama mucho la atención el surgimiento de redes locales muy fuertes que hoy sustentan el cambio que muestra la sociedad colombiana. En Bogotá, hoy se aglutina a más de 300 organizaciones, que colectivamente están contribuyendo a generar cambios significativos en el sistema educativo, y en otros campos estratégicos. Su impacto se comienza a notar en los resultados internacionales en Educación. Muchos de los proyectos que se han generado como respuesta al ejercicio de escenarios, recibieron el apoyo decidido de esta red de organizaciones.
También es evidente la influencia de estas redes en el surgimiento de cientos de proyectos innovadores, y en la participación de más de 5.000 líderes locales identificados a lo largo de estos años. La mayoría son jóvenes que trabajan también con personas de otras generaciones, combinando el entusiasmo con la experiencia.
Bogotá es líder en América Latina en la construcción de una nueva institucionalidad colaborativa, que le ha permitido a esta ciudad, contar con el capital social requerido para impulsar los cambios que la han transformado en un modelo para el mundo. Se ha consolidado un elemento central del tercer escenario planteado hace una década.
Estos ejemplos colaborativos están comenzando a permear otros sectores de la sociedad colombiana, que ven en ellos unos excelentes modelos para imitar. Sectores como el de la Salud y la Justicia comienzan a capitalizar las lecciones de colaboración, aprendidas para la Educación.
Uno de los entrevistados para este artículo comentaba al referirse a los resultados obtenidos:” a pesar del escepticismo inicial, hoy podemos demostrar que la colaboración si paga y que el liderazgo es fundamental para lograrlo”.
Lo que se evidencia, es que un país individualista como había sido tradicionalmente Colombia, pudo transitar hacia uno, donde la sumatoria de los esfuerzos individuales, jalonados por una visión de futuro poderosa, apoyados en un sistema educativo alineado, pueden multiplicar los resultados colectivos. Para este informe especial del ejemplo colombiano, The Economist pudo evidenciar que los cambios culturales, si bien son difíciles , se pueden lograr con un buen liderazgo.
El liderazgo de los jóvenes como agentes de cambio en la sociedad:
Como se ve en el curso de este informe especial, se entendió que todo proceso de cambio necesita de una masa crítica de personas que puedan ejercer un liderazgo colectivo. En este nuevo entorno, que Colombia comenzó a construir a partir del 2016, se volvió un tema prioritario la formación de nuevas generaciones de líderes muy bien capacitados, para que a nivel nacional y regional, pudieran ayudar a mover a la sociedad, hacia la visión de futuro.
Esta nueva forma de pensar, ha permitido la formación de un movimiento de gente joven, que es cada vez más fuerte, conectado y visible, el cual se atrevió a liderar la experimentación de nuevas ideas de cambio, a través de la innovación, la tecnología, el emprendimiento y la creatividad. Bogotá tomó la delantera ya que este tema fue el más relevante en el ejercicio de escenarios 2025. Instituciones como la CCB, CONNECT y, fundaciones como Origen, impulsaron decididamente este proceso.
Hoy estos jóvenes son agentes de cambio en sus entornos y han logrado un impacto muy significativo, no sólo a través de sus ideas innovadoras y sus emprendimientos, sino al trabajar en redes de colaboración con sus pares de todos los rincones del país, pero también a nivel internacional. Recientemente en Bogotá, se celebró el Congreso Internacional de líderes jóvenes con la participación de 2000 personas provenientes de 70 países. La ciudad se ganó el ser la sede del evento, porque tenía ejemplos espectaculares de liderazgo juvenil transformando la ciudad.
Es interesante que, todos los entrevistados para este informe, coinciden en reconocer el impacto que ha tenido esta nueva generación de jóvenes que han terminado por cambiar el sistema educativo de manera importante. Sus acciones y resultados, han venido generando una conciencia cada vez mayor respecto a la orientación, que debe de tener la educación, para fomentar el liderazgo, la creatividad y el emprendimiento innovador en los alumnos.
Los jóvenes de más de 110 centros de educación superior se han venido uniendo a las redes de liderazgo locales. Hoy son el semillero más importante con el que cuenta la ciudad de personas con una visión distinta de su responsabilidad como agentes de cambio en la Región. Zonas como Soacha, municipio vecino a Bogotá, ha sido un campo experimental en la generación de redes locales poderosas lideradas por jóvenes universitarios de la zona.
Las oportunidades que hoy ofrece el campo colombiano se han vuelto un magneto para muchos. Los jóvenes vieron esta oportunidad y muchos de ellos están regresando a sus regiones de origen para ayudar a la transformación y aprovechar las nuevas oportunidades. Se ha creado una red de innovadores jóvenes en el agro colombiano.
La tecnología, a través de diversas herramientas y plataformas, les permite a los jóvenes compartir experiencias y aprendizajes. Y el resultado más palpable es que en Colombia está emergiendo un grupo numeroso de nuevos líderes, que han venido desplazando del imaginario colectivo, a los “Pablos Escobares”, que durante décadas fueron los modelos de rol, de la juventud de este país.
Están surgiendo unas nuevas camadas de líderes jóvenes, algunos de los cuales han entrado al ejercicio de la política, con gran fuerza. Su impacto está generando un cambio en el imaginario de desprestigio de esta actividad vital para la sociedad. Pero además con una visión diferente, marcada por la idea suprema de trabajar por el bien común. Se está capitalizando una tendencia mundial que mueve a las nuevas generaciones en estas dos ultimas décadas: la de sentirse que quieren ser actores de la transformación social de su entorno. Es una generación que reconoce que los sueños son esperanzas de vida.
El liderazgo de los jóvenes, que apenas eran unos niños cuando se inició el movimiento, facilitó abrir nuevas conversaciones sobre el futuro, que permitieron vincular a la comunidad generando propuestas creativas e innovadoras para la solución de problemas propios de cada Región.
Miércoles 16 de diciembre, Parte IV
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