Francisco está renovando la Iglesia, dice el padre de la Teología de la Liberación

Foto suministrada por L'Osservatore Romano septiembre 24, 2015 en Washington, DC. AFP PHOTO/L'OSSERVATORE ROMANO/HO =

Foto suministrada por L’Osservatore Romano septiembre 24, 2015 en Washington, DC. AFP PHOTO/L’OSSERVATORE ROMANO/HO =


El Papa Francisco renueva el rostro de la Iglesia católica “con valentía y creatividad” retomando la esencia del evangelio: la opción preferencial por los pobres, dijo el sacerdote Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la Teología de la Liberación.

“Toda vuelta a las fuentes, a la frescura del evangelio, renueva el rostro de la Iglesia. Francisco lo hace con valentía y creatividad, a través de palabras y gestos enteramente comprensibles”, declaró Gutiérrez en una entrevista a la AFP desde Washington, donde sigue la visita del Papa argentino a Estados Unidos.

El teólogo peruano, que había sido mantenido en las sombras por el Vaticano desde Juan Pablo II hasta septiembre de 2013, cuando lo recibió el hoy papa, dijo que “Francisco ha creado un momento esperanzado y abierto al tiempo presente”.

El sacerdote consideró “significativa” la visita de Francisco a Cuba y Estados Unidos, “un llamado a una humana y respetuosa relación entre ellos”, acotó el sacerdote de 87 años. “Todos sabemos lo importante que fue su ayuda para acabar con una situación de marginación, que afectó sobre todo a los más débiles del pueblo cubano”, acotó.

Recordó que en el canal estadounidense Fox News se habló de Francisco como “el hombre más peligroso del mundo debido al enérgico cuestionamiento que la encíclica (sobre cambio climático) hace de una política económica centrada en el lucro, que olvida a las personas y atenta contra la naturaleza”.

Un libro de Gutiérrez, “Teología de la Liberación”, publicado en 1971, dio nombre a esta corriente que nació en América Latina y se convirtió luego en “la piedra en el zapato” del Vaticano, que la acusó de marxista.

Esa teología, que tiene como principio básico la “opción preferencial por los pobres”, surgió con el objetivo de renovar el mensaje central del catolicismo en una de las regiones con mayores desigualdades del mundo.

Desafíos en América:

El fundador de la Teología de la Liberación (TL) considera que el problema mayor que enfrenta la iglesia católica en América no es la migración hacia otras confesiones, sino la fidelidad al mensaje de Jesús: privilegiar a los pobres.

“Lo que importa es la fidelidad al testimonio de Jesús, su mensaje de servicio a toda persona, la respuesta al amor de Dios, su opción preferencial por los pobres y marginados. La primera exigencia del mensaje evangélico no es ser un producto que se venda bien en una especie de mercado de religiones. Su valor está en su autenticidad, humanidad y respeto por otras posiciones”, dijo Gutiérrez.

Según el teólogo, “la comunicación de la ‘Buena nueva’ requiere, ante todo, calidad de vida personal, servicio al otro, en especial al más necesitado, sea quien fuere. A eso llama el papa Francisco y eso es lo que toca hacer a la Iglesia”.

Gutiérrez, quien ha comparado a Francisco con el papa Juan XXIII (1958-1963), resaltó que “siglos atrás se acuñó una fórmula que, pese a su carácter tradicional, muchos olvidan y que dice que ‘la Iglesia está siempre en reforma’. Siempre es necesaria”.

La opción preferencial por los pobres entusiasmó en un primer momento a Roma, bajo el papa Pablo VI (1963-1978), quien designó obispos progresistas en la región con el mayor número de fieles católicos. Sin embargo, Juan Pablo II (1978-2005), formado en el anticomunismo, la cuestionó alegando que fomentaba la lucha de clases y podía distanciar a los fieles de sectores medios y altos.

La ofensiva del Vaticano contra la Teología de la Liberación se tradujo en el nombramiento de obispos conservadores y se selló con dos documentos del entonces prefecto de la Congregación de la Fe, Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI (2005-2013).

Uno de los cambios fue subrayar que la Iglesia optaba por los pobres, pero que no tenía una “opción preferencial por los pobres” como pregonaba la Teología de la Liberación, una idea que Roma atribuía al análisis sociológico y a la lucha de clases.

El Vaticano sancionó a quienes creían que la Iglesia debía “reinventarse desde abajo”, como el brasileño Leonardo Boff o el nicaragüense Ernesto Cardenal. Gutiérrez nunca fue censurado ni sancionado, aunque sí se le pidieron aclaraciones. AFP


 

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