La extracción del gas de esquisto con la técnica de fracturación hidráulica podría tener un efecto nefasto en la calidad y la disponibilidad de agua potable en Estados Unidos, concluyó el martes un reporte de la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
“Esta evaluación es la compilación más completa hasta ahora de datos científicos nacionales sobre el impacto que tiene la fracturación hidráulica sobre los recursos hidráulicos”, subrayó Thomas Burke, asesor científico de EPA.
Se trata de las conclusiones definitivas de la Agencia basadas en más de 1.200 fuentes científicas, una evaluación independiente por el consejo científico de la EPA e informaciones suministradas por las diferentes partes interesadas.
Este reporte, solicitado por el Congreso de Estados Unidos, entregó las pruebas científicas de que está técnica de extracción podría tener efectos indeseables sobre las reservas de agua en ciertas circunstancias.
En sus conclusiones preliminares, la EPA no constataba el impacto de la fracturación hidráulica en las reservas de agua del país.
En esta evaluación final, la Agencia de Protección del Medio Ambiente identificó los factores por los cuales los efectos de la fracturación sobre los recursos hidráulicos pueden ser nefastos, más frecuentes y más severos.
Estos efectos se producen generalmente en la proximidad de los pozos de producción de gas y de petróleo de esquisto.
El impacto sobre la calidad del agua puede ser temporal o resultar en una contaminación que impida el consumo de agua de las fuentes y puntos cercanos.
El reporte de la EPA menciona también una importante disminución de la disponibilidad de las reservas hidráulica en los lugares donde la fracturación requieren importantes cantidades de agua para romper las rocas y poder acceder al gas o al petróleo.
La manera en que las empresas disponen de agua para la perforación, que contienen una gran concentración de substancias químicas podrían afectar los mantos de agua subterránea, causando otro problema. Estos fluidos son reinyectados en el suelo.
El reporte cita como riesgosas las estructuras insuficiente sólidas de las salidas de los pozos en los que son inyectados esos líquidos a alta presión para romper las rocas.
La EPA identificó lagunas en los datos recolectados que limitan su capacidad de evaluar el impacto de la fracturación hidráulica sobre los recursos de agua potable, lo mismo a escala local que a nivel nacional. AFP
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