La OCDE y la FAO ven probable el fin del período de precios agrícolas altos, pero instan a permanecer atentos.
La demanda de alimentos subirá fuertemente en la próxima década, y los aumentos de producción no bastarán por sí solos para erradicar el hambre.
El reciente período de precios altos de los productos básicos agrícolas muy probablemente ha terminado, según señalan la OCDE y la FAO en su último informe de perspectivas para los próximos 10 años. Pero las dos organizaciones advierten de la necesidad de estar alerta, ya que la posibilidad de grandes fluctuaciones de los precios continúa siendo elevada.
El informe OCDE-FAO Perspectivas agrícolas 2016-2025, publicado hoy, prevé que los precios de los productos básicos agrícolas ajustados a la inflación se mantengan relativamente sin cambios en conjunto durante la próxima década. Sin embargo, se espera que los precios del ganado aumenten en relación a los de los cultivos.
A medida que la población cuente con mayores ingresos -en especial en las economías emergentes-, la demanda de carne, pescado y aves de corral experimentará un fuerte crecimiento. Ello genera una demanda adicional de piensos, en especial a partir de cereales secundarios y harinas proteicas, haciendo que sus precios suban en relación con alimentos básicos como trigo y arroz.
A nivel mundial, se prevé que el aumento de la demanda de alimentos y piensos para una creciente y más opulenta población se cubra principalmente a través de incrementos de la productividad. Se espera que las mejoras de rendimientos representen cerca del 80 por ciento del aumento en la producción agrícola.
Según el análisis de referencia realizado en las Perspectivas, suponiendo que no se produzcan cambios en el presente escenario -con la productividad agrícola aumentando al ritmo actual y sin que se toma ninguna medida importante para reducir el hambre- el crecimiento previsto de la disponibilidad de alimentos se traduciría en una reducción del número de personas subalimentadas en el mundo de alrededor de los 800 millones de hoy a menos de 650 millones en 2025.
El análisis indica que en África subsahariana la tasa de subalimentación se reduciría del 23 al 19 por ciento. Pero debido al rápido crecimiento demográfico, la región seguirá contando con una proporción creciente de la población mundial víctima del hambre.
Esto implica que, sin medidas contundentes para salir del escenario actual, no se erradicará el hambre en 2030 -como señala uno de los objetivos adoptados recientemente por la comunidad internacional- lo que hace necesario actuar con decisión.
Atención al África subsahariana:
El informe de este año presta atención especial a las perspectivas y desafíos de la agricultura en África subsahariana. El desarrollo del sector agrícola del continente viene determinado por el aumento de la clase media y la rápida urbanización, así como el mayor interés comercial en los recursos y tierras de cultivo africanas. Al afrontar la región un fuerte crecimiento demográfico, la agricultura seguirá siendo la principal fuente de empleo para muchos jóvenes.
Las Perspectivas agrícolas prevén un nuevo aumento de las importaciones alimentarias en África subsahariana, ya que se espera que la demanda de alimentos crezca más de un 3 por ciento en la próxima década, mientras que el incremento de la producción agrícola total sería de sólo un 2,6 por ciento anual, a pesar de la mejora de la productividad. Los responsables de las políticas tendrán que tomar medidas adicionales para impulsar esa productividad, incluyendo la promoción de una adopción más rápida de las tecnologías, un mejor acceso a los mercados y una mayor integración de los pequeños agricultores en las cadenas de valor.
Actores principales dominan el comercio alimentario:
La OCDE y la FAO señalan que el grueso de las exportaciones de productos básicos continuará teniendo origen en unos pocos países. Las importaciones, sin embargo, estarán mucho menos concentradas. Aunque se prevé que China siga siendo un mercado clave para algunos productos, en particular la soja. El estudio hace hincapié en la importancia de mercados que funcionen de forma correcta para permitir que los alimentos fluyan desde las regiones excedentarias a las deficitarias y mejore así la seguridad alimentaria.
En la presentación en Roma de las Perspectivas agrícolas, el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, aseguró que: “a pesar de que asistimos a un período de menores precios agrícolas, tenemos que estar alerta, ya que los cambios en los mercados pueden ocurrir rápidamente. La prioridad principal para los gobiernos en el contexto actual. es implementar políticas que incrementen la productividad agrícola de manera coherente y sostenible. Acertar con nuestras políticas agrícolas es fundamental para acabar con el hambre y la subalimentación en las décadas venideras”.
“Es necesario un crecimiento significativo de la producción para satisfacer la creciente demanda de alimentos, piensos y materias primas para usos industriales, y todo ello debe hacerse de manera sostenible”, señaló por su parte el Director General de la FAO, José Graziano da Silva. “Somos optimistas –añadió- respecto a que la mayor parte de la demanda futura de productos agrícolas se cubrirá principalmente con aumentos de productividad, en vez de con la expansión de las tierras cultivo o de la cabaña ganadera”.
Entre otras conclusiones del informe figuran las siguientes:
- Se espera que el comercio agrícola mundial crezca un 1,8% anual en volumen durante los próximos diez años, en comparación con el 4,3% anual durante la última década.
- Los precios al consumidor de los alimentos se prevé sean menos volátiles que los precios de los productores agrícolas en la próxima década.
- En los países en desarrollo, se calcula que el consumo de azúcar aumentará en un 15 por ciento per cápita y el de los productos lácteos en un 20 por ciento durante el período de la proyección.
- Tras los fuertes aumentos en los últimos años, se prevé que la producción agrícola aumente en torno al 1,5 por ciento anual a nivel mundial.
- En Asia meridional y oriental, se espera que la producción agrícola se incremente un 20 por ciento en la próxima década.
- En América Latina, el cultivo de soja protagonizará la mayor parte del aumento estimado del 24 por ciento de la superficie cultivada en los próximos 10 años.
FAO
SOURCE: FAO
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