La ruptura de un arco de hielo en el glaciar Perito Moreno, en Argentina, suele ocurrir cada dos o cuatro años y este jueves miles de turistas tuvieron la puntería de estar allí para ver el fenómeno natural que en 2012 no pudo ser registrado.
La anunciada ruptura en el remoto parque nacional argentino fue anunciada a principios de esta semana, lo cual permitió a turistas de zonas cercanas viajar al lugar mientras otros tuvieron la suerte de que su plan vacacional coincidiera con el evento ocurrido a las 10H55 de la mañana.
Incluso pudo verse en directo en el stand de Argentina en Berlín donde se celebra la ITB, la mayor feria de turismo del mundo.
“Ni que lo hubiéramos programado, fue como la fiesta de gala a la que invitamos los argentinos”, dijo Alejandro Lastra, secretario de turismo nacional, al describir la enorme atención que acapararon las pantallas argentinas en la feria alemana al transmitir en directo la ruptura de hielo.
El arco, de 250 metros de ancho y 70 de alto aproximadamente, forma parte del Perito Moreno, considerado un glaciar en equilibrio que sigue creciendo y que a veces forma un dique natural de hielo, impidiendo el paso del agua del brazo Rico sur hacia el lago Argentino a través del canal de los Témpanos.
“Es un espectáculo único que obviamente incrementó el número de visitas para esta época del año”, dijo Matilde Oviedo, portavoz del parque nacional Los Glaciares, en la Patagonia, a unos 2.000 km al sudoeste de Buenos Aires.
Gritos propios de pasajeros de una montaña rusa se mezclaron con el estruendo de la enorme masa de hielo cayendo sobre el agua. La expectativa creció el segundo día de iniciado el desprendimiento de enormes bloques de hielo que culminó con la caída final del arco ante la vista de más de 3.000 turistas.
En Argentina, donde está por empezar el otoño, este parque viene de recibir durante el verano un promedio de 4.500 turistas por día y hasta 700.000 al año.
Crónica de una fractura anunciada:
La ruptura del glaciar Perito Moreno declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, “suele atraer a miles de curiosos cuando llega la hora de este fenómeno”, explicó Oviedo.
Los encargados del parque han aclarado que se trata de un fenómeno completamente natural que se produce por lo general cada dos a cuatro años, aunque entre 1988 y 2004 pasó 16 años sin romperse.
“Es un fenómeno natural, puede durar entre cuatro o tres días, no es para nada problemático ni asociado al calentamiento climático. Es más bien un maravilloso proceso debido al avance del glaciar desde los cerros”, precisó la portavoz.
Desde 2004 volvió al intervalo que se conocía, fracturándose en 2008, 2012 y ahora este año. Pero ese último año no pudo ser registrado porque el fenómeno eligió las 03H45 de la madrugada para su desmoronamiento y no pudo ser fotografiado ni filmado.
Mientras las cámaras de los celulares de los turistas y de científicos así como de canales de televisión estuvieron paradas durante largas horas desde el martes para registrar la fractura final, los expertos advertían que el fenómeno podía ocurrir a cualquier hora del día.
“Se puede estar en la parte de pasarelas (del parque) mientras haya luz y por la mañana se puede ingresar desde las 8. Cada ruptura es diferente, ha habido rupturas en febrero y marzo, pero una vez hubo en julio”, precisó la portavoz de este parque rodeado de cerros con nieves eternas que se van depositando sobre el glaciar.
La explicación de la formación del arco que dan los científicos del centro de interpretación Glaciarium es que “al principio el agua se filtra a través de un pequeño canal subglacial, que se agranda por la fusión de las paredes del túnel y el hielo basal en flotación”.
Es la misma presión del agua la que erosiona el túnel y el agua comienza a pasar del lago Rico al canal de los Témpanos. El próximo espectáculo será para agendarlo ¿en 2018 o 2020? Nunca se sabe, pero el jueves se cumplió el mayor deseo de científicos y turistas: se rompió a la luz del día. AFP
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