Por: Paola Sosa.

Cuando mi corazón palpita, mi alma lo siente y mi cuerpo lo agradece.

Si yo supiera de verdad quien soy, no sentiría angustia, ansiedad, miedo y desasosiego. Pero.. Me doy cuenta que estoy pasando por esta montaña al llegar la noche, todo porque me siento “tranquilo”, es aquí donde confirmo que los pálpitos de mi corazón es una enorme angustia, que mi alma siente ansiedad y miedo, mientras mi cuerpo agradece al manifestar este enorme desasosiego.

Me preocupo por todo lo que debo hacer y aún no hago nada para que eso pase. Logro darme cuenta que cuando me imagino todos mis pendientes (algo que debo hacer a futuro) angustio mi hoy, mi ahora, mi noche. Cuando me imagino en todo aquello que no pasado por muchas razones.

Hoy sólo quiero estar tranquilo, sintiendo lo que me produce esta enorme montaña de emociones. Creo que llegó el momento de agradecer mi camino, mis pasos, mis deseos y lo que hasta hoy he realizado.

Dejo la angustia y veo todo lo que hasta hoy ha ocurrido en mi vida. Dejo la ansiedad y decido descansar, mi alma, cuerpo y mente necesitan de una mejor noche. Dejo el miedo porque esta planta negativa no quiero alimentarla más.

(Respiro profundo) No sé qué me pasó con el desasosiego, ya no lo siento… Cuando mi corazón palpita, mi alma lo siente y mi cuerpo lo agradece.

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