Embalse de Alqueva, espacio natural en Portugal

Con un área de 250 kilómetros cuadrados inundados por el curso del Guadiana, el gran embalse de Alqueva constituye uno de los espacios naturales más bellos que Portugal aporta a la Red Natura 2000 con el beneplácito de cinco municipios españoles, bañados “de refilón” por este inmenso plano de agua.

Desde su presa hasta la cola, el mayor lago artificial de Europa, de 152 metros de profundidad máxima y con capacidad para albergar más de 4.000 hectómetros cúbicos de agua, recorre una distancia de 83 kilómetros y luce una costa de 1.160 kilómetros de longitud salpicada de calas que en nada tienen que envidiar a las de agua salada.

En tierras portuguesas, podría compararse con las muchas albuferas que adornan su geografía, pero el paisaje típicamente alentejano, salpicado de olivos, alcornoques, encinas y dehesas, le otorga un aspecto singular y diferenciado, como lo es en sí misma su vecina Extremadura.
En España, ocupa tan sólo 33 kilómetros cuadrados, pero a su paso por la localidad pacense de Olivenza, el río Guadiana dibuja no sólo la frontera portuguesa, también conforma un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de gran valor paisajístico y vegetal por sus cortes geológicos y bosques de ribera.

El LIC rodea el embalse, roza la localidad de Cheles y llega a Villanueva del Fresno, al suroeste de la provincia, convertido en una extensa masa de dehesas, la de mayor continuidad de la península Ibérica, Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Red Natura 2000.
Aquí, retamares, coscojares y galerías de vegetación ribereña asociadas a los cursos de agua sirven de refugio a una decena de especies de mamíferos, otras tantas de anfibios, 16 tipos de reptiles, cuatro de invertebrados y trece especies vegetales, algunas incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura.

Los largos brazos de Alqueva se extienden hacia el este hasta los municipios de Alconchel y Táliga, separados entre sí por el LIC de las Sierras de Alor y Monte Longo, en las estribaciones de Sierra Morena, donde predominan los retamares, coscojares, acebuchares y especies endémicas en peligro de extinción.

Tantos recursos naturales y culturales -castillos, fortalezas, palacios o puentes- compartidos por los cinco municipios y estructurados en torno al embalse, motivaron en el año 2013 la creación del Parque Temático Natural de Alqueva, una infraestructura para disfrute de locales y turistas.
Impulsado por la Consejería de Turismo de Extremadura con el apoyo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la UE, se trata de un espacio de ocio y esparcimiento en el que la naturaleza se convierte en la mejor de las atracciones y que presume de cumplir con los principios de sostenibilidad.

Con un enfoque básicamente familiar, múltiples alojamientos y cómodos accesos, el parque ofrece la realización de actividades náuticas, senderismo, observación de aves, pesca deportiva o vuelo en parapente, en una clara apuesta por el turismo activo como fuente de riqueza para la zona.
Esta iniciativa española tiene su prolongación en Portugal, donde el Ministerio de Medio Ambiente declaró el “Grande Lago” Reserva Ecológica Nacional, limitando así las construcciones y edificaciones ribereñas a un diez por ciento del perímetro del embalse y dejando el resto en su estado natural.

Por eso muchas empresas portuguesas decidieron reciclarse y adaptar sus negocios hacia el turismo de naturaleza, en localidades como Portel, Alqueva, Amieira, Mourão, Moura, Reguengos de Monsaraz o Juromenha, logrando la armonía perfecta entre desarrollo y conservación. (EFE)


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