Por: Elizabeth Robberechts.
Múltiples países de América Latina y el Caribe, beneficiados por sus recursos excepcionales y un marco regulatorio avanzado, han experimentado un rápido crecimiento en proyectos de energía solar, durante los últimos años. Los proyectos a escala de servicios públicos ahora son considerados comercialmente viables y reciben financiamiento privado, mientras la aplicación de energía solar distribuida crece rápidamente.
Sin embargo, la caída de los precios de energía solar sigue presionando a la industria y la incertidumbre macroeconómica continuará poniendo a prueba su estabilidad. Mientras tanto, los desarrolladores de energía solar se consolidan, para ganar una mayor participación del mercado y lograr rentabilidad.
Los caminos hacia la bancabilidad de la energía solar de cuatro países de América Latina y el Caribe pueden proporcionar lecciones para la región y el resto de los países:
1.-Chile
En Chile, el mercado ha experimentado un crecimiento significativo. Desde la proclamación de la Ley de Energías Renovables No Convencionales de 2008, la capacidad solar instalada ha aumentado de casi cero en 2008, a más de 1.6 gigavatios en marzo de 2017. Así, los precios que se pagan hoy a los proyectos solares son tan competitivos como los de otras fuentes tradicionales de energía.
La calidad del recurso solar, la estabilidad regulatoria y la disponibilidad de los Contratos de Compraventa de Energía (CCEs) con las empresas privadas de distribución reconocidas por la Comisión Nacional de Energía (CNE) de Chile son la base para que la energía solar en Chile sea bancable, y el financiamiento está disponible para bancos comerciales, locales e internacionales.
El problema es que los CCEs bancables son limitados, la sobreoferta durante las horas solares se exacerba por las limitaciones de transmisión y los bancos comerciales están experimentando una saturación de sus carteras. Muchos desarrolladores esquivan estas barreras, concentrándose en proyectos calificados como Pequeños Medios de Generación Distribuidos, que ofrecen precios estables de mercado para ciertos proyectos bajo 9 MW. Además, las tecnologías de almacenamiento están a punto de ser el próximo motor del mercado.
2.-México
Al igual que Chile, México tiene un marco regulatorio revisado para promover la energía renovable. El carácter no probado de la nueva regulación mexicana no ha limitado la bancabilidad de los proyectos solares, a través de CCEs con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o con empresas privadas solventes. Muchos proyectos están siendo financiados por bancos locales. El desafío principal para los desarrolladores solares ha sido la competitividad del mercado, lo que permite rendimientos muy bajos, que dependen del acceso a financiación de largo plazo (hasta 20 años).
Los bancos activos en financiamiento solar en México deben sentirse cómodos ofreciendo programas de financiamiento a largo plazo o tomando riesgos de refinanciamiento bajo una estructura mini-perm, pese a la exposición de un nuevo mercado a la vista, la necesidad de préstamos competitivos directamente en pesos mexicanos y la aprobación de financiamiento de proyectos usando la ley mexicana. En respuesta, la Corporación Interamericana de Inversiones (CII) está ofreciendo financiamiento limitado de largo plazo o sin recurso en dólares y pesos, así como estructuras de deuda subordinada para maximizar el apalancamiento y mejorar los retornos.
3.-Brasil
Las licitaciones de energía promovidas por la Agencia Brasileña de Regulación de la Electricidad (ANEEL, en portugués) han estimulado con éxito el desarrollo de la energía eólica, pero la energía solar ha despegado con menos rapidez. El riesgo político, económico y regulatorio ha frenado su crecimiento.
Además, debido a los recientes problemas económicos de Brasil, el financiamiento tradicional a largo plazo de los bancos comerciales no está disponible a tasas que hagan viable los proyectos.
Los desarrolladores solares, con CCEs ganados en las licitaciones de energía, han buscado financiamiento del Banco de Desarrollo de Brasil(BNDES), ya que proporciona tasas de interés subvencionadas y otros términos favorables. Aun así, los requerimientos de contenido local del BNDES y la incertidumbre respecto de su capacidad financiera, para apoyar un número significativo de nuevos proyectos solares, tiene un crecimiento limitado. Los desarrolladores han buscado otras fuentes de financiamiento, incluyendo multilaterales, bancos regionales de desarrollo en Brasil, así como financiamiento de crédito a la exportación.
Los factores claves, que limitan el suministro de deuda a largo plazo de los bancos comerciales, son: la capacidad de prestar directamente en moneda local (los ingresos en virtud de los CCEs se pagan en reales) y la preocupación por la estabilidad económica a largo plazo en Brasil. La CII está trabajando para promover fuentes alternativas de financiamiento para proyectos solares en el país, ofreciendo deuda a largo plazo en reales, así como garantías que respaldan la emisión de bonos de infraestructura para apoyar la participación de inversionistas brasileños.
4.-Argentina
La situación en Argentina es como Brasil, en lo que respecta a las licitaciones que promueven las energías renovables. Las rondas 1.0 y 1.5 del programa argentino de licitaciones RenovAR atrajeron gran atención y participación de los desarrolladores. Un total de 916 megavatios de energía solar se han concedido hasta ahora. Sin embargo, los bancos comerciales han sido menos entusiastas, debido a las preocupaciones sobre el riesgo político y ciertos aspectos de la PPA RenovAR, pese a la disponibilidad de una garantía del Banco Mundial para respaldar parcialmente el pago.
En general, el financiamiento de los bancos comerciales para renovables sólo está disponible con garantías de patrocinadores o en plazos muy cortos, que son insuficientes para la viabilidad del proyecto.
Al igual que en Brasil, la CII ofrece préstamos a largo plazo a proyectos solares en Argentina para establecer un historial de financiamiento de proyectos exitosos y para movilizar préstamos comerciales para futuros proyectos. Contar con patrocinadores que tengan un historial exitoso en Argentina y un compromiso a largo plazo con el proyecto son factores que apoyan la bancabilidad.
Al mirar hacia 2017, el compromiso de la región con la inversión en energías renovables parece fuerte. La expansión hacia mercados jóvenes es clave, por eso la CII lanzó recientemente nuestro primer proyecto solar en El Salvador y continúa explorando otros mercados para promover la energía sostenible y asequible en América Latina y el Caribe.
Se mantienen las interrogantes sobre los precios bajos del petróleo y del gas y los aumentos inminentes de la tasa de interés. El desarrollo de productos financieros flexibles, el apoyo a la transmisión y la diversificación de financiamiento en diferentes monedas locales determinará si la energía solar podrá continuar creciendo a su ritmo actual.
Nota publicada en el blog “Negocios sostenibles” de la Corporación Interamericana de Inversiones-CII (Miembro del Grupo BID), reproducido en PCNPost con autorización.
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