El terremoto que el sábado sacudió Nepal ha supuesto un duro golpe para el importante patrimonio cultural del país, empezando por la emblemática torre Dharahara, que quedó reducida a escombros.
En el corazón de Katmandú, la capital del país, muchos de los templos y estatuas construidos entre el siglo XII y XVIII por los antiguos reyes de Nepal se derrumbaron, matando a decenas de personas y sepultando a otras.
La torre Dharahara, de nueve pisos, una de las principales atracciones turísticas de la ciudad con los 200 escalones de su escalera en espiral, quedo reducida a escombros cuando el suelo tembló hacia el mediodía del sábado. “Acababa de comprar billetes para subir a la torre y estaba en la base cuando noté un súbito temblor “, explica Dharmu Subedi, de 36 años, desde su cama en un hospital de Katmandú. “En pocos minutos, la torre cayó al suelo con unas cien personas dentro”, relata.
En las últimas horas la Unesco está intentando recabar información sobre la magnitud de la destrucción, no sólo en Katmandú sino también en Patan y Bhaktapur, dos ciudades que fueron reinos antes de la unificación de Nepal y tienen numeroso palacios. “Creemos que las plazas históricas de Katmandú, Patan y Bhaktapur han sido gravemente dañadas”, dijo a la AFP Christian Manhart, el representante de la Unesco en Nepal.
“Varios templos se han derrumbado. Dos templos de Patan se han derrumbado totalmente y en la plaza Durbar [de Katmandú] es peor”, explicó.
Según el experto de la ONU todavía es demasiado pronto para saber cuantos monumentos han sido afectados y qué tipo de asistencia necesitarán.
La oficina de Manhart también está intentando averiguar si también se ha visto afectado el pueblo de Lumbini, donde Buda nació hace 2.600 años y que forma parte de la lista de patrimonio mundial de la Unesco.
‘Una pérdida irreparable’:
En Katmandú, los habitantes seguían buscando entre los escombros, usando palas o sus propias manos para intentar encontrar víctimas en la plaza Durbar, que el sábado cuando se produjo el terremoto estaba llena de turistas.
Grandes pilas de ladrillos estaban desparramadas por esta plaza, donde están situados templos de doble techo y otros monumentos construidos por los reyes de la dinastía Malla.
Los monumentos son el centro “social, religioso y urbano” de Katmandú, una ciudad que ha recibido el legado de la cultura hindú, budista y tántrica, según la Unesco. “Katmandú, con su patrimonio arquitectónico único, sus palacios, templos y patios ha inspirado a muchos escritores, artistas y poetas, tanto extranjeros como nepalíes”, dice la agencia de la ONU en su web.
Según P.D. Balaji, jefe del departamento de historia y arqueología de la Universidad de Chennai, en India, es poco probable que los edificios dañados puedan ser reconstruidos.
“Lo que puedo decir es que es una pérdida irreparable para Nepal y para el resto del mundo. La restauración completa no es posible teniendo en cuento el gran daño de los emplazamientos históricos de Nepal”, asegura. (AFP)
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