El petróleo y el carbón también toman asiento en la COP24

Por: Patrick Galey.

Las contaminantes industrias del petróleo y del carbón también tendrán su hueco en la Conferencia sobre el Clima de la ONU, aprovechando que no existe ningún marco sobre los conflictos de intereses para seguir defendiendo las energías fósiles.

En la COP24, que congregará a delegados de casi 200 países a partir del domingo en Polonia, las federaciones y asociaciones del sector encontrarán su espacio habitual, libres -o casi- de ejercer su influencia.

La Convención del Clima de la ONU (CCNUCC), permite que el proceso esté abierto a actores no estatales, principalmente “organizaciones empresariales e industriales”.

Las entidades acreditadas pueden participar en las sesiones como observadores (algo vetado a los medios) y frecuentar los mismos pasillos que los políticos encargados de tomar decisiones.

Cada día, sabemos más cosas sobre lo que hacen los grandes contaminantes para sabotear las políticas sobre el clima, y a pesar de eso, sus asociaciones profesionales siguen siendo libres de circular por los pasillos de la CCNUCC: Jesse Bragg, de la oenegé Corporate Accountability, dedicada a la responsabilidad social de las empresas.

Otros procesos de Naciones  Unidas, como la convención marco de la OMS para la lucha antitabaco (FCTC) establecieron regulaciones para evitar los conflictos de intereses. La CCNUCC, en cambio, no previó ninguna.

En enero, el grupo África, que agrupa a los negociadores del clima del continente, presentó una propuesta formal para dotar a la negociación de tales protecciones.


cambio climático carbón

Kellingley Colliery, cerca a Knottingley, norte de Inglaterra. La mina cerró el 18 de diciembre, 2015.
AFP PHOTO / OLI SCARFF /


‘Amenaza a la legitimidad’

Un conflicto de intereses puede “emerger cuando un actor no estatal, cuyo interés implica limitar o influir en ciertas nociones científicas sobre el clima, participa activamente en la CCNUCC”, advierte el texto.

El problema de la representación de las industrias fósiles es tal, que “amenaza la integridad y la legitimidad” del acuerdo de París sobre el clima, apunta la propuesta.

Según fuentes próximas a las negociaciones, la propuesta fue finalmente enterrada, por la presión de países desarrollados, en las negociaciones de la CCNUCC en Bonn el pasado mayo.

Las naciones reconocieron “la importancia de reforzar el compromiso de las partes no estatales”, se limita a firmar el texto final de la reunión, que toma “nota de los distintos puntos de vista expresados”.

Para Ovais Sarmad, secretario adjunto de la CCNUCC todos los observadores acreditados son evaluados según las reglas adoptadas por los propios países. “Ningún grupo de interés particular tiene ninguna influencia en el proceso de decisión”, aseguró a la AFP.

“Podría dar la impresión [de que existe un conflicto de interés] pero nos tomamos esto muy en serio y pasamos por un procedimiento de verificación previo para asegurarnos de que estas cuestiones ni se plantean”.

En octubre, el Parlamento Europeo aprobó una resolución para tomar medidas que protejan las negociaciones sobre el clima de estos conflictos.

Sin ánimo de lucro

A principios de año, 16 oenegés medioambientales hicieron un llamado a la CCNUCC, quejándose de que la ONU solo pone dos condiciones a los observadores: que se declaren sin ánimo de lucro y que su trabajo tenga alguna relación con el cambio climático.

“Desgraciadamente, algunas de las organizaciones más nocivas para el clima, responden a multitud de esos criterios”, indicaba el texto, “precisamente, aquellas que directa o indirectamente representan los intereses de grupos petroleros como ExxonMobil, Chevron, Shell y BP”.

De la media docena de organizaciones empresariales contactadas por la AFP, solo dos quisieron hablar.

La Asociación Mundial del Carbón (WCA, por sus siglas en inglés) “reclama soluciones para reducir las emisiones globales”, respondió su portavoz. En las negociaciones del clima, “continuará pidiendo” que “las tecnologías del carbón de baja emisión” sean consideradas una solución, igual que el resto, agregó.

Sin embargo, el “Competitive Enterprise Institute”, que defiende los intereses de la industria petrolera, no asistirá a la COP de este año, según su dirigente Myron Ebell -escéptico con el cambio climático-, al que Donald Trump le encargó dirigir la transición de la política medioambiental estadounidense.

“No vemos realmente el interés”, en términos de nuevos eventuales beneficios.

En cuanto al país que acoge la COP24, Polonia, anunció que el evento estará apadrinado por tres grandes grupos energéticos, incluido JSW, primer productor de carbón de coque de la UE, y PGE, que gestiona la segunda central de carbón más grande del mundo.

El gobierno aseguró que se trataba de “unos patrocinadores entre otros”.

Pero Harjeet Singh, de ActionAid International, advirtió que “mientras que los científicos nos anuncian una ‘catástrofe climática’, los grupos de presión de las energías fósiles se preparan para estar en el centro de las negociaciones de la ONU en Polonia”.


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