El papa dio inicio el domingo por la tarde en Filadelfia a la multitudinaria misa de cierre de su gira por Estados Unidos, tras reunirse con víctimas de abusos sexuales de sacerdotes católicos.
Francisco recorrió la calles de la ciudad del este del país a bordo del papamóvil en medio de la ovación de miles y miles de personas hasta llegar al escenario gigante instalado en la avenida Benjamin Franklin Parkway, constató la AFP.
Acompañado de obispos estadounidenses, el sumo pontífice argentino de 78 años efectuó pasadas las 16H00 locales (20H00 GMT) los primeros ritos de la ceremonia que sirve de clausura al VIII Encuentro Mundial de las Familias en una tarde nublada y fresca.
“Nunca vi tanto entusiasmo. Todo el mundo está unido”, dijo el guatemalteco Manuel Portillo, de 54 años y que vive desde hace 22 en Filadelfia.
Para Nicole, de 31 años, no es católica pero aseguró “apreciar que Francisco se más abierto de espíritu que sus predecesores”.
La misa pone punto final a seis días de una histórica visita que comenzó en Washington y pasó por Nueva York antes de llegar a Filadelfia.
“Dios llora”:
Antes de la misa, por la mañana, Francisco se reunió con víctimas de actos pedófilos cometidos por sacerdotes, les dijo que “Dios llora” por esos abusos y les prometió que los responsables “rendirán cuenta”.
“Dios llora. Los crímenes contra menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo”, afirmó en una reunión con obispos estadounidenses en la que informó del encuentro.
“Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuenta”, agregó el primer papa del continente americano.
Francisco recibió durante una media hora en el seminario San Carlos Borromeo a tres mujeres y dos hombres “víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero, educadores y miembros de sus familias”, según el Vaticano.
Filadelfia, ciudad de la costa este a medio camino entre Washington y Nueva York, fue una de las más afectadas en Estados Unidos por este escándalo en los años 1980.
El papa había hablado de lo ocurrido durante este viaje, pero siempre de manera discreta. Su antecesor Benedicto XVI se había reunido con víctimas en Boston en 2008.
Desde el ala más dura de los afectados, la red de sobrevivientes de aquellos abusados por sacerdotes (Snap, por sus siglas en inglés), la reunión fue “una simple operación de relaciones públicas”, según un comunicado.
Visita a prisión:
Antes de la misa el papa cumplió con una actividad que a menudo forma parte de sus viajes pastorales, dirigiéndose a la prisión de Curran-Fromhold en las afueras de esta ciudad del este del país.
“He venido como pastor pero sobre todo como hermano a compartir su situación y hacerla también mía”, dijo en un discurso antes de estrechar la mano uno por uno a los presos sentados en filas en un amplio hall.
En su mensaje en español, criticó que “es penoso constatar sistemas penitenciarios que no buscan curar las llagas, sanar las heridas, generar nuevas oportunidades”, en un país que aplica la pena de muerte.
Este décimo viaje del primer papa del continente americano comenzó en Cuba, donde instó al país a continuar la senda de la reconciliación.
Respaldado por su implicación en la reanudación del diálogo entre La Habana y Washington, Francisco fue recibido de manera muy cálida por el presidente Barack Obama en el aeropuerto y la Casa Blanca.
Desde su llegada a Washington, que incluyó también un inédito discurso el jueves ante las dos cámaras del Congreso, Francisco despertó una explosión de alegría, con multitudes que lo han seguido a cada lugar en que estuvo.
Tratado como una estrella de rock, el papa se mantuvo firme en sus principios de humildad y cercanía con los sectores más vulnerables, desplazándose en un pequeño Fiat 500, almorzando con los sin techo en Washington o visitando a niños y familias inmigrantes en el barrio desfavorecido de Harlem en Nueva York.
En Nueva York, dejó un fuerte mensaje en la ONU contra la opresión financiera sobre el mundo en desarrollo y a favor de la lucha contra el cambio climático, en tanto efectuó un emotivo servicio interreligioso en el Memorial del 11 de Septiembre.
Paladín de los inmigrantes:
Para los millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, Francisco se ha convertido en un verdadero paladín, defendiéndolos en cada instancia y pidiendo respeto por su dignidad e identidad.
Él mismo hijo de italianos, el sábado en Filadelfia los instó a que “no se desanimen” y “no se avergüencen nunca”, en un discurso simbólico en el lugar de la declaración de la independencia de Estados Unidos en 1776.
Muchos inmigrantes latinoamericanos piensan que el papa cambió la dirección del debate sobre reforma migratoria en Estados Unidos, uno de los ejes de la campaña presidencial para 2016.
“El papa puede interceder para ayudar a los inmigrantes y frenar las deportaciones”, dijo a la AFP Marta Domínguez, una mexicana que vive en Norristown (32 km al norte de Filadelfia) que estuvo en el Independence Hall.
El sábado en un discurso improvisado Francisco también defendió a la familia como “fábrica de esperanza”, pidió superar las dificultades con paciencia y amor y nunca terminar el día “sin reconciliarse”. AFP
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