Macondo, la aldea imaginaria de 20 casas de “Cien años de soledad”, tomará forma a partir del próximo martes en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, lo que supone un desafío para los organizadores para celebrar el legado del nobel Gabriel García Márquez.
“La idea es sumergir a los visitantes en el mundo de Gabo y de Macondo, esa es nuestra apuesta”, dijo en una entrevista con Efe la gerente de Ferias de la Cámara Colombiana del Libro, Diana Carolina Rey, quien destacó lo “arriesgado” de querer trasladar al mundo real uno de los territorios imaginarios más conocidos de la literatura universal.
Según Rey, el pabellón de Macondo, que ocupará el área central de la feria, será un espacio para la interacción por medio de “un recorrido museográfico, un recorrido donde el espectador va a tener un papel central, en donde vivir la experiencia es fundamental”. “No es un recorrido contemplativo, no es un espacio donde la gente tenga que leer un montón de información, sino unas instalaciones artísticas que sean una especie de detonante de la imaginación para que cada persona cree su propio Macondo”, explicó.
Macondo fue escogido como invitado de honor de la feria para celebrar la vida y obra de “el hijo del telegrafista de Aracataca”, nacido en ese pueblo del Caribe colombiano el 6 de marzo de 1927 y fallecido el 17 de abril de 2014 en Ciudad de México.
Para concebir Macondo en la feria, la Cámara Colombiana del Libro, el Ministerio de Cultura y la Secretaría de Cultura de Bogotá convocaron un equipo de curadores que elaboró una visión conceptual de ese pueblo del realismo mágico y luego a artistas que dieron forma a esa idea.
El grupo de curadores lo integran el director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), Jaime Abello; el académico Ariel Castillo, profesor de la Universidad del Norte de Barranquilla y experto en la obra de Gabo, y la escritora Piedad Bonett, “porque queríamos la mirada de una mujer y también desde la creación literaria”, indicó.
Con base en los conceptos de los especialistas, artistas jóvenes desarrollaron el espacio de Macondo, cuyo corazón va a ser una gallera en la que se celebrarán las conferencias, coloquios, presentaciones artísticas, talleres y demás actividades sobre el nobel y el entorno en el que desarrolló su obra. “Es además un detalle muy bonito porque los gallos de pelea estaban prohibidos en Macondo”, recuerda Rey sobre estos animales que detonaron el trágico episodio de “Cien años de soledad” en el que José Arcadio Buendía asesina a Prudencio Aguilar, cuyo fantasma luego lo atormenta, lo que lleva al protagonista a irse del pueblo, atravesar la sierra y fundar la aldea de Macondo.
En el pabellón de Macondo funcionará una librería temática “que pretende abarcar no solo la obra de Gabo, sino autores del Caribe, estudiosos de su obra y libros que tengan que ver con el cine, con la gastronomía del Caribe”.
Tiene reservado en este espacio la literatura relacionada con otros lugares imaginarios que influyeron en las creaciones de García Márquez, como Comala en la obra de Juan Rulfo, o Yoknapatawpha, el condado del sur de Estados Unidos de la obra de William Faulkner, “mi maestro”, como lo definió Gabo en el discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura de 1982.
El pabellón incluye además instalaciones de vídeo y sonido con imágenes reales de Colombia hechas por el artista Santiago Caicedo en un viaje que hizo desde La Guajira, la región de donde proceden los Márquez de la familia real del escritor y los Buendía de la novela, hasta Aracataca, “en una búsqueda muy personal de Macondo”.
Otra exposición del pabellón está dedicada a 21 viajes del autor para “mostrar también a Gabo como el gran viajero, como un hombre que recorrió el mundo, que le tocó moverse desde siempre, desde su infancia, desde que sus abuelos salen de La Guajira”.
Los inventos que llevaban los gitanos a Macondo en “Cien años de soledad”, “como el catalejo, la brújula, y el hielo por supuesto”, también tendrán su espacio en el pabellón “para redescubrir el mundo que es pasado pero que en este momento podría ser de nuevo un gran invento para muchos”, agregó la directiva de la Cámara Colombiana del Libro.
“Es un homenaje particular con el que queremos salirnos un poco de lo tradicional; queremos que la gente participe, que interactúe con lo que estamos proponiendo y se lleve la idea de un Macondo propio, personal, y que sea un empujón para volver a leer a Gabo”, concluyó Rey. (EFE)
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