El metro de Nueva York tiene su primer ADN recolectado por investigadores universitarios que muestra que miles de gérmenes y bacterias viven en el transporte público más utilizado de la ciudad y una estación tiene incluso un “ecosistema marino”.
Según el estudio, la mitad del ADN hallado no pudo ser identificado y la mayor parte de las bacterias son inofensivas para los millones de pasajeros que viajan a diario en sus más de 400 kilómetros de líneas que nunca se detienen.
“Resolución geoespacial de la diversidad humana y bacteriana en la escala metagenómica de la ciudad” es el título del artículo publicado por Ebrahim Afshinnekoo, Cem Meydan, Shawn Levy y Christopher Mason de la Universidad de Cornell del estado de Nuevas York.
“Los microbios que viven en el metro de la ciudad de Nueva York son inofensivos en su mayoría, pero incluyen bacterias que pueden ser mortales y son resistentes a medicamentos”, afirmó la universidad al referirse al “primer mapa” del ADN del metro de Nueva York.
Entre las más de 1.688 bacterias identificadas, los investigadores hallaron “fragmentos de ADN asociados a ántrax y la peste bubónica”, aunque esto no significa un riesgo real de contagio para la población. “La información recogida indica que el metro, en general, es en principio un lugar seguro. A pesar de la evidencia de ántrax, peste y otros agentes infecciosos hallados, los resultados no sugieren que los habitantes de Nueva York estén en peligro”, asegura el estudio.
“Esta amplia información podría incluso ser combinada con el genoma humano completo para anticipar el grado de protección y riesgo inmunológico de una personas”, agrega.
Un “ecosistema marino”:
Los investigadores señalaron que la ciudad de Nueva York es “el lugar ideal para hacer un estudio de este tipo” porque se trata de la más grande y más densamente poblada ciudad de Estados Unidos, con unos 8,4 millones de habitantes. Por ejemplo, “la rápida dinámica de las bacterias de la estación Penn sugiere que, incluso según la hora, hay un vasto ecosistema bacteriano que es consistente con los pasajeros”.
El estudio demuestra que más de dos años después del trágico huracán Sandy de 2012 aún hay una estación, South Ferry, en el sur de Manhattan, que tiene bacterias más asociadas al mar. “La mayoría de las bacterias de la estación South Ferry son todavía distintas del resto del sistema de metro, y se parecen a las comúnmente asociadas a las especies marinas, los ecosistemas marinos o muy fríos antárticos”, afirman los investigadores.
Uno de los resultados sorprendentes del estudio es que el 48% del ADN recolectado “no pudo ser identificado con ningún organismo conocido”.
El ADN humano es sin embargo el cuarto más abundante recogido, detrás del de dos insectos, la mosca mediterránea de la fruta y el escarabajo del pino, y un tercero no identificado aún. “Observamos que el ADN humano de la superficie del metro podría resumir la demografía geoespacial de la ciudad en la información del censo de Estados Unidos”, dicen.
Los investigadores recolectaron 1.457 muestras en el metro neoyorquino en todas las estaciones abiertas (466) de las 24 líneas.
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