Por: Fernando Lee.

Teniendo en cuenta que Colombia cuenta con reservas petroleras para abastecer la demanda solo para los próximos siete años, y que el 25%, aproximadamente de nuestra economía depende, directa o indirectamente, del sector de los hidrocarburos la búsqueda de estos recursos se hace indispensable para el Gobierno colombiano.

Después de 40 años aproximadamente del descubrimiento de gas natural en los campos Ballenas y Cúcuta, en La Guajira, solo tres pozos bajo el concepto de off-shore o exploraciones en el Océano Atlántico se han perforado en los últimos 20 años. Pero la historia ha cambiado, la actividad petrolera y de gas cuentan hoy en día con 27 bloques off-shore para ser explorados; 26 en el Mar Caribe y 1 en el Pacifico.

Durante las últimas dos rondas la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ha entregado 12 áreas para exploración y explotación: 5 en el 2012, y 7 en el 2014, participando empresas de primer nivel como ECOPETROL, Shell, Exxon-Mobil, Anadarko, Repsol, Statoil y Petrobras, entre otras. De esta forma renace la posibilidad de la existencia, nuevamente, de gas y también petróleo, pero mar afuera en el Caribe Colombiano.

Tomando los dos escenarios planteados por la Asociación Colombiana de Petróleos (ACP), el primero de estos nos muestra descubrimientos de más de 800 millones de barriles diarios en la próxima década, cuya producción comercial se podría iniciar a partir del año 2023, y el segundo escenario (optimista) asume la producción de 1.200 millones de barriles diarios en los próximos diez años, iniciando su producción comercial en el año 2020.

Con el descubrimiento en el 2014 de gas en el pozo Orca 1 (por parte de Petrobras-Repsol y ECOPETROL) perforado en el bloque Tairona, se ha difundido el estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia, en el que demuestran que se podrían multiplicar por cinco veces las reservas de crudo, y a su vez triplicar las reservas de gas natural para nuestro país, a través de los recursos en esta área geográfica de la Región Caribe.

Recientemente, el Ministro de Minas y Energía (El Tiempo 07-06-2015) anunció medidas de apoyo encaminadas a estimular la competitividad en este campo e incentivar los proyectos off-shore, cuya inversión extranjera se calcula en US$1.600 millones en los próximos cuatro años. Entre las medidas adoptadas encontramos la revisión de los términos fiscales, establecimiento de zonas francas, mejoramiento de las condiciones tributarias y de participación, ofrecimiento de mayor claridad y transparencia en lo jurídico, ambiental y regulatorio desde el punto de vista técnico. Estas buenas noticias se suman a la aprobación de la licencia ambiental de la planta de gas licuado, la cual permitirá ser mucho más viable y rentable este tipo de exploraciones en la Región.

¿Qué impacto tendría un proyecto de este género para la Región Caribe colombiana? Para ilustrar la incidencia de este tipo de proyectos y su impacto social y económico, tomaremos como ejemplo lo sucedido en 1960 en la ciudad de Aborden, en la Costa Este de Escocia (Reino Unido). Esta población era considerada como “relativamente pobre”, pero después del desarrollo de uno de los proyectos off-shore más importantes en el Mar del Norte, pasó a ser considerada como una de las zonas con el más alto nivel de bienestar social y desarrollo, después de Londres. De acuerdo con Mat Youkee, gerente de desarrollo de negocios de Colombia UK Trade, Barranquilla y Cartagena deberían convertirse en líderes en el clúster de servicios para el desarrollo del “boom” de campos off-shore. (*)

De continuar con importantes hallazgos, especialmente de gas (ya que los precios actuales del petróleo no los hace económicamente productivos), en los mares del Caribe colombiano veremos llegar un nuevo rumbo de prosperidad para muchos de los habitantes de esta Región. Aquí lo importante es definir como abordamos esta oportunidad de inversión y de empleo al rededor de estos sectores productivos y por lo tanto la Región Caribe debería desde ya desarrollar cluster de compañías de servicios y unidades de capacitación y entrenamiento capaces de ofrecer el debido soporte a la producción “offshore” en esta parte del país.

(*) La búsqueda de petróleo en los mares está en auge