Ocupa la portada de los diarios, divierte a los humoristas políticos y desespera a los republicanos: el candidato Donald Trump ha logrado sacudir la campaña presidencial estadounidense a fuerza de declaraciones estruendosas que desafían lo políticamente correcto.
Desde el lanzamiento de su campaña el 16 de junio, el espectáculo es casi diario: el multimillonario que hizo fortunas en el sector inmobiliario, campechano y populista a la hora de hablar, ha atacado a los inmigrantes ilegales mexicanos y al senador republicano y héroe de la guerra de Vietnam John McCain.
Trump trató de “peso pluma total” a uno de sus adversarios republicanos, Lindsey Graham, que lo había calificado de “bruto” y se vengó divulgando su número de teléfono celular ante las cámaras.
Otro republicano que osó criticarlo, el exgobernador de Texas Rick Perry, no escapó a su lengua mordaz: “Usa anteojos para hacer creer que es inteligente”, dijo de él.
Los medios, la candidata demócrata Hillary Clinton… Trump no perdona a nadie. Clinton “es la peor secretaria de Estado de la historia del país”, dijo el jueves desde Laredo (Texas), en la frontera con México. “Será derrotada y yo seré quien la derrote”, aseguró.
Los estadounidenses se divierten y los canales de televisión corren detrás de sus declaraciones incendiarias, pero los políticos no ocultan su preocupación. Es que, entre los 16 candidatos republicanos, Donald Trump, al que algunos solo ven como un payaso rubio de 69 años con su curioso corte de pelo, encabeza cómodamente los sondeos de intención de voto para la investidura de su partido, con 24% de apoyo
Algunos electores decepcionados del discurso político habitual ven en Trump al que les dice las cosas tal como son.
Asfixiados:
¿Qué espacio queda para los otros candidatos republicanos o demócratas de discursos cuidadosamente pensados? No mucho. Todo es Trump, Trump, Trump.
“Donald Trump deja sin aire a todo el mundo. Es difícil atraer la atención o tener visibilidad para hablar de temas que les interesan cuando todas las miradas se concentran el Donald”, comentaba esta semana en NBC Stuart Rothenberg, fundador de la revista política Rothenberg & Gonzales.
El decimosexto aspirante republicano, John Kasich, acaba de vivirlo en carne propia, ya que el lanzamiento de su candidatura pasó casi desapercibido.
Otro republicano, el senador Rand Paul, intentó en vano atraer la atención con un video que lo muestra cortando con una motosierra las 70.000 páginas del código impositivo.
“Las campañas serias tratan de entender quiénes son las personas que se interesan en su candidatura. Se preocupan porque cuanto más lo atacan y marginan, más fuerte se vuelve y sus seguidores, que se sienten ellos mismos marginados, más lo quieren apoyar”, explicaba el martes el director de política de NBC News, Chuck Todd.
Trump, que financia de su propio bolsillo su campaña gracias a un patrimonio que estimó en 10.000 millones de dólares (una afirmación que ha despertado dudas), parece apreciar su éxito tanto como los humoristas de las emisiones sobre política en la televisión, que a diario analizan desde todos los ángulos sus apariciones y declaraciones.
“Gracias Donald Trump por haber hecho de estas últimas seis semanas las mejores de mi vida”, declaró el presentador Jon Stewart, quien el próximo 6 de agosto pondrá fin a su célebre Daily Show, copia satírica de un telediario.
Algunos republicanos ya se inquietan por el tono que tendrá su primer debate el 6 de agosto, en el que estarán presentes los diez candidatos mejor posicionados en las encuestas.
Pero los estrategas políticos pueden dormir en paz: en el mismo sondeo de The Washington Post/ABC News que ubica a Donald Trump como líder entre los candidatos republicanos, el 61% de los encuestados dice que jamás en su vida votarán por el magnate. (AFP)
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora