El ejército colombiano debe seguir actuando contra las FARC mientras se desarrolla el proceso de paz, afirmó el Procurador Alejandro Ordóñez, quien reiteró su oposición a la suspensión de las fumigaciones de cultivos ilícitos, en entrevistas con los diarios El País y ABC de España.
“El beneficiario directo (de la suspensión de las fumigaciones) es el cártel de las FARC. Sus alforjas se llenarán de millones con los cuales financiarán la guerra terrorista”, dijo Ordóñez a ABC, recordando que “hay un triángulo entre los oficiales venezolanos, las FARC y los cárteles mexicanos. De ahí lo grave que significa la suspensión de fumigaciones”.
El Procurador insistió en que el ejército debe seguir actuando contra la guerrilla para que entienda “que si no se firma pronto (la paz), el Estado mantiene la voluntad política de cumplir con sus deberes constitucionales de defender los derechos de los colombianos ejerciendo legítimamente la fuerza”.
“A los militares no se les puede amarrar y deben dar los golpes que han dado estos días, eso es lo más benéfico para el proceso de paz”, dijo a El País, un hombre que se declara abiertamente “escéptico” con las conversaciones que retomaron el lunes el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, interrumpidas el viernes después de un bombardeo a un campamento de la guerrilla.
Las FARC suspendieron también ese día el alto el fuego unilateral que observaban desde diciembre. “Nunca hubo un alto el fuego unilateral”, dijo a ABC Ordóñez, según el cual, “la guerrilla siguió traficando droga, sembrando minas antipersona y reclutando niños”.
Para el procurador general colombiano, que se ha mostrado crítico en varias ocasiones con el presidente Santos, el proceso de paz se encuentra en crisis “porque la sociedad colombiana es escéptica con el proceso”, del que afirmó que debería tener “una fecha límite”.
“Ha servido para dividir al país. Tanto por el Gobierno como por los que no están de acuerdo. El Gobierno ha sido incapaz de generar consensos”, añadió a El País.
“El proceso de paz está en crisis, pero no hay que matarlo, sino que hay que rescatarlo”, insistió, abogando por que el ejecutivo pueda lograr un consenso entre partidarios y críticos del mismo. “Ni el proceso de paz es perverso ni los críticos pueden ser catalogados como enemigos de la paz”, concluyó. (AFP)
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