Por: Mario De La Puente.
La educación en el siglo XXI se caracteriza por la necesidad que nuestros jóvenes adquieran habilidades y competencias multidisciplinares sin perder de vista un área del conocimiento con mayor destreza.
En ese sentido, es fundamental que en nuestra región se fortalezca mucho más el conocimiento alrededor de las finanzas personales y se acerquen las organizaciones que rodean la creación y consolidación de un emprendimiento empresarial en aras de disminuir de una vez por todas y de forma sostenida los altos niveles de pobreza que presenta nuestro territorio.
Es alarmante el nivel de ignorancia financiera y emprendedora con la que muchos de nuestros bachilleres y universitarios se enfrentan a la vida laboral que termina por no reconocer oportunidades de ahorro, inversión y distinción de ingresos para lograr en el futuro una independencia financiera.
Desafortunadamente todavía se piensa que únicamente ingresando a una empresa que ofrezca un alto salario se podrá lograr una estabilidad económica de cara a una economía más competitiva e interconectada que nunca donde la idea de iniciar un negocio o empresa de forma alterna es poco concebible debido (en muchos casos) al grado de conformismo y sensación de estabilidad en el presente.
La academia, y más precisamente, nosotros los docentes debemos profundizar esfuerzos por no solo enseñar para un curso o clase, sino también para la vida y los múltiples retos que esta presenta. Iniciativas como las impulsadas por el CEDU en las que destacan los Laboratorios Pedagógicos y las Comunidades de Aprendizaje necesitan ser replicadas bajo un enfoque emprendedor para hacer de nuestros estudiantes de la región no solo aptos y competentes en un área del conocimiento, sino también con una percepción de estar listos para afrontar los complejos retos y oportunidades a la que se enfrentan.
Es necesaria la inclusión de asignaturas entorno al tema financiero personal en todas las asignaturas, así como la de conocimiento de organizaciones alrededor del emprendimiento tanto a nivel escolar como universitario sin importar la carrera que se curse.
Solo así se sentirán que la educación no es solo un requisito para encontrar un trabajo bien remunerado y posición social, sino que es una experiencia que prepara para los avatares profesionales, laborales, personales y que sumado a la pasión personal, se puede encontrar una satisfacción cercana a la plenitud.
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