Por: Edith Gómez.

Desafortunadamente, aún no existe una fórmula secreta y única para el éxito; mucho menos algo que nos asegure que al emprender un nuevo negocio todo nos saldrá bien. Debido a esto, son muy pocas las personas que se animan a arriesgarse y dedicarse de lleno a su emprendimiento; no obstante, hay algo que todo negocio necesita y eso es un líder.

Quizás has sentido temor preguntándote cómo actuar para hacer que todos te respeten como líder y si realmente te preocupa, podrás leer más sobre esto en Gananci. Sin embargo, te recordamos que todos los grandes líderes también han sentido este temor alguna vez en su vida. Ya el hecho de que quieras ejercer ejemplo de liderazgo, está demostrando que tienes dotes de ser un buen líder… y no solo bueno, sino exactamente aquel que tu negocio necesita.

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Toma las riendas de tu negocio y ármate con todas las herramientas necesarias para poder crear tú mismo el camino del éxito.

• Tu negocio no es algo externo. ¡Tú eres tu negocio!

Deja de decir “la empresa”, pues esa es tu empresa y no solo tuya… sino de todos aquellos que se esfuerzan para hacerla surgir. Darle vida a tu negocio no es solo abrir sus puertas sino hacer que todo funcione. Por lo tanto, integrarte y ser parte del día a día es la mejor manera de saber cómo liderar y convertirte en el guía del lugar.

¿Quieres ser tomado como un buen líder? Pues es momento de empezar a cambiar las palabras y usar nosotros en vez de ustedes. Solo usar la palabra nosotros puede producir un gran cambio en lo que piensas de ti mismo y también en la percepción que los empleados tengan sobre ti.

Pueden sentir que quizás no eres tan inalcanzable como pensaban y que realmente eres parte del grupo, incluso estando desde una posición de poder.

• No hagas promesas que no puedes cumplir y cumple tus promesas

Un líder es alguien en el que se puede confiar, pues nadie quiere depositar las decisiones importantes en alguien que ha demostrado ser irresponsable y no tener palabra. Sé siempre cuidadoso con lo que dices y asegúrate de cumplir tus promesas pues esto será lo que demuestre tu compromiso con el negocio y directamente con las personas.

Cumplir las promesas denota un grado alto de compromiso, de honestidad y de responsabilidad y esas son cualidades invaluables que todo líder debe poseer.

• ¡Deja de decir lo que se debe hacer!

¿Alguien en posición de liderazgo que no le diga a las personas qué deben hacer? Suena ilógico pero es necesario. Un líder no debe ordenar a hacer las cosas porque sí; un líder toma la delantera y enseña lo que se debe hacer, muestra cómo hacerlo y lo hace para asegurarse de que todos estén en la misma página.

Ten presencia y muestra tu capacidad de hacer lo que se necesita para que todo se dé bien. ¡Recuerda que eres mucho más que simples órdenes!

• Sé asertivo y comunicativo

Comunica todo con lujo de detalles para evitarte malentendidos. Puede ser frustrante que las personas no entiendan tu punto de vista; no obstante, recuerda que el deber de las demás personas no es entender a la perfección a alguien que piensa distinto y por eso, es probable que no todos vean las situaciones de la misma manera.

No asumas que todos te han entendido, asegúrate siempre de que sí lo han hecho. Utiliza las palabras correctas y recuerda que le hablas a personas con una mente distinta. Si no te entienden a la primera no es por falta de inteligencia o por rebeldía, simplemente son personas diferentes.

Además de eso, asegúrate de dar críticas positivas cada vez que puedas, esto le da a los empleados la impresión de que te tomas el tiempo  para observarlos y que has notado también aquello en lo que son buenos y no tan buenos. Eso demuestra interés y hace que los empleados sepan que tienes un ojo visor.

• Ellos pueden hablarte e incluso hacer críticas

Puede que seas el dueño y puede que seas el líder del lugar; sin embargo, eres humano y como ser humano, vas a cometer errores. Es difícil que los notes por ti mismo pero ellos sí podrán notarlos y te conviene (si quieres mejorar como persona) que ellos sientan que pueden venir a ti a decirte en qué sienten que estás fallando o hablarte de los problemas que existen y necesitan resolverse.

Haz que tus empleados vengan a ti y te digan lo que sienten pues realmente no hay mejor líder que aquel que acepta sus errores y decide cambiarlos por el bien de todos.

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