Diez millones de personas podrían morir antes de 2050 por el incremento de la resistencia a los antibióticos, indica un informe publicado este jueves, que pide medidas urgentes para hacer frente al problema.
Encargado por el gobierno británico, el estudio ‘Review on Antimicrobial Resistance’ advierte de la existencia de infecciones que se están volviendo inmunes a los medicamentos actuales, con lo que enfermedades que hoy se curan fácilmente podrían volver a ser mortales.
“Hay que considerar [la resistencia a los antibióticos] como una amenaza económica y para la seguridad y debería estar entre las prioridades de los jefes de Estado”, dijo Jim O’Neill, el economista que dirigió el estudio.
Según el informe el problema se puede atajar reduciendo la gran cantidad de medicinas suministradas a los animales de granja, evitando recetar antibióticos sistemáticamente y haciendo campañas de información.
Los antibióticos son medicamentos utilizados para la prevención y el tratamiento de infecciones bacterianas. El fenómeno de resistencia se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos.
Son las bacterias, y no los seres humanos, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Las bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y son más difíciles de combatir que las que no lo son.
La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad. Se estima que solo en la Unión Europea las bacterias farmacorresistentes causan cada año 25 000 muertes y entrañan un costo de US$ 1500 millones en gastos sanitarios y pérdidas de productividad.
El mundo debe cambiar urgentemente las prácticas en materia de prescripción y utilización de antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los hábitos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos y una buena higiene de los alimentos.
Fuente: OMS
El estudio también propone poner en marcha nuevos antibióticos con un programa de financiamiento mundial. El costo de estas medidas está estimado en 40.000 millones de dólares, según el estudio, que advierte de que “ya no hay excusas para la inacción teniendo en cuenta lo que sabemos”.
Jim O’Neill, un economista conocido por haber inventado el término BRIC (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para describir a los países emergentes, recuerda además que un millón de personas han muerto como consecuencia de la resistencia a los antibioticos desde mediados de 2014, cuando empezó a elaborarse el informe.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha advertido del peligro de volver a los tiempos en los que “millones de personas morían en pandemias antes de se descubrieran fármacos para tratarlas”. AFP, OMS
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