Brasil sufre de Neymardependencia y en el inicio de la Copa América de Chile-2015 se manifestó crónica. El antídoto es mejores jugadores, pero como no hay le toca al astro del Barcelona salir al campo y echarse el equipo al hombro para ganar partidos y mantener vivo el sueño.

El DT Dunga acertó cuando le dio el brazalete de capitán a Neymar. Impresiona verlo correr a toda velocidad por el campo y en el camino dar instrucciones a sus compañeros para posicionarse en el campo y hacer sus jugadas.

La victoria 2-1 ante Perú en el debut en el Grupo C, en la fría Temuco (sur), fue un monólogo de Neymar: de un lado a otro, solo, buscando abrirse espacios para llegar al gol. Cuanta falta le hizo Luis Suárez para ahorrarle algunos choques con los defensores rivales o su mentor Lionel Messi para apoyarlo en aquello de hacer goles.

También le hizo falta Oscar, su aliado en la creación, que ni fue convocado por una lesión. De su grupo ‘culé’ estaba a Dani Alves, otra decisión acertada de Dunga, aunque tardía. El experimentado lateral fue llamado en el último minuto para sustituir a Danilo, lesionado. Y una vez en el equipo se hizo titular de inmediato.

Y fue Alves quien lanzó el centro a Neymar para que éste anotara de cabeza el empate, dos minutos después de que Perú sorprendiera con el gol de Christian Cueva a solo tres minutos de que comenzara el partido.

Fue su gol 44 en 64 partidos con la Seleçao, con la debutó en 2010 después del Mundial de Sudáfrica, al que Dunga, en su primer paso por el seleccionado, no lo convocó. Está a 33 del ‘Rey’ Pelé.

“Quiero continuar consiguiendo marcas, ayudando al equipo con goles, pases, lo que sea”, dijo Neymar al terminar el partido en Temuco.

Ayudar al equipo con “lo que sea” implica echárselo al hombro y subir esta difícil colina que es la Copa América, el torneo de selecciones más antiguo del mundo y que Neymar no ha podido ganar.

Y fue así cuando el equipo comenzaba a desesperarse con el empate, que el ’10’ puso la sobremarcha, dejó varios rivales atrás y cuando todos pensaban que iba a rematar, dio ese tremendo pase a Douglas Costa que anotó en los descuentos el gol de la victoria.

Antes, una finta y un misil desde fuera del área que pegó en el travesaño. Los tenía locos a los defensores.

Lo colectivo:

Neymar impidió que Brasil se sumara a la estadística de sorpresas en esta Copa América: el empate de Argentina y la derrota de Colombia. La ‘canarinha’ selló un triunfo agónico, pero que vale igualmente tres puntos en la tabla.

Son 11 partidos con victorias desde que Dunga reasumió la selección, en julio pasado. Y Neymar ha sido el responsable de casi la mitad de los goles anotados en este período.

“Es mejor tenerlo jugando de nuestro lado que contra nosotros”, dijo el zaguero David Luiz, que ya probó varias cucharadas del jarabe ‘Ney’ en los cuartos de final de la Liga de Campeones, en el que su París Saint Germain fue eliminado por el Barcelona.

Con su club Neymar lo ganó todo, con la seleçao hay hambre de un título después del fracaso del Mundial-2014.

En la última Copa América, en Argentina hace cuatro años, el combinado ‘canarinho’ fue eliminado en cuartos de final por Paraguay en penales. Era otro Neymar entonces: talentoso, pero no protagonista.

La dirección del discurso ahora en el equipo busca resaltar lo colectivo, sin desestimar la labor de Neymar.

Es así como Dunga sobre el partido del domingo dijo: “Neymar fue decisivo, Daniel Alves fue decisivo, Miranda, en momentos puntuales, Douglas Costa fue decisivo”.

Neymar “es lo que es, pero él no va a resolver todo, tiene que ser colectivamente y juntos vamos a resolver esa Copa”, repitió el novato Roberto Firmino.

Perú cometió varios errores, dejando muchos espacios por las bandas que supieron aprovechar los laterales que buscaban a Neymar: Filipe Luis y Dani Alves.

El próximo rival es Colombia, que perdió ante Venezuela y necesita ganar. La última vez que se midieron, Neymar salió en una ambulancia. ¿Una orden de restricción para Juan Camilo Zúñiga? (AFP)

Neymar es marcado por Carlos Lobaton de Perú. AFP PHOTO / RODRIGO BUENDIA