Por: Paola Sosa.
Cuando ingreso a Linkedin y leo los estados de alguna de las personas con las que estoy conectada pienso: Entre el desasosiego, la angustia, las responsabilidades, las mil preguntas me doy cuenta que muchos, pocos o ningún proceso de selección ha pasado por mi o yo por ellos… Palabras similares de muchos estados de desempleados e incluso, empleados actualmente.
Hay quienes se preguntan: ¿Qué estoy haciendo mal? ¿En qué estoy fallando? ¿Qué me hará falta? ¿Cuánto tiempo más seguiré así? ¿Por qué me pasa esto a mí?.
En medio de un suspiro me pregunto: ¿Para qué nos preguntamos el por qué? ¿Obtener la respuesta quizá nos permita avanzar? Me causa incluso curiosidad si esas personas que se autoflagelan se han preguntado qué es exactamente lo que quieren, cómo lo quieren y en quiénes se deben convertir para lograrlo.
“…Bueno pero es que las responsabilidades aumentan, las deudas crecen, la esperanza se apaga, siento que nada me sale bien y no me doy cuenta que caí en sólo reacciones que no me permiten tomar acciones”.
Son tantas las causas pero el verdadero peso está en tener claro qué QUIERO para mi vida. Simple, pero complejo tener claridad. Normalmente pasa que tengo MUY claro lo que NO quiero pero… y lo que SI quiero? ¿Cuesta claridad?
Señores NO nos conocemos lo suficiente para no tener claro lo que nos mueve, nos motiva, nos ilusiona, nos apasiona, eso es lo que sucede en mucho de nuestros casos. Ahora bien, sabes para qué te sirve tener claro qué te motiva? Qué te apasiona? Qué te ilusiona? Para vivir con plenitud, satisfecho, logrando metas, objetivos, aspiraciones, como lo quieras llamar. Porque al final de todo, lo que buscamos es sentirnos satisfechos, tranquilos, felices y motivados.
¡Para, conócete y genera tu foco, así todo fluye a tu favor! Por eso un proceso de coaching es el mejor regalo que nos podemos dar… Porque el conocerte te durará TODA LA VIDA.
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