Por: Lenche Zdravkin.
Hicieron falta sólo dos días para darme cuenta de quiénes eran y por qué pasaban junto a mi casa por las vías del tren.
Empecé a preparar té, cocinar huevos y comprar fruta para ofrecérselos. Pero comenzaron a llegar cada vez más personas refugiadas —algunos días recibía entre 300 y 400—, por lo que empecé a hornear pan. Era una tarea físicamente agotadora, hasta que mi esposo me compró una máquina de amasar.
Solía sentarme en el jardín para esperar su llegada. A veces, me iba a dormir a las 9 de la noche, dormía hasta la medianoche y luego esperaba afuera otra vez.
Ferdi, de Siria, pasó por aquí el año pasado. Medía más de 1,80 m. Cuando lo vi en las vías, usaba sandalias de plástico talla siete, mucho más pequeñas que sus pies. Vendé sus heridas y le preparé café.
Ferdi había dejado a su esposa y dos hijos en Turquía, con la esperanza de llegar a Holanda y traerlos más tarde a ese país. Cuando llegó a Holanda, nos mantuvimos en contacto. Si Ferdi no tenía noticias nuestras durante algunos días, se deprimía.
En abril, pagamos los pasajes de su esposa e hijos para que se reunieran con él en Holanda. Cuando le contamos, no podía creerlo. Me contestó: ‘Si mi esposa viene, me casaré con ella por segunda vez y usted será la madrina’.
Mi vida se simplificó desde la crisis. Ya no me preocupo por tonterías, como qué detergente comprar… Vi lo que significa no tener nada. Vi a niñas y niños hambrientos caminar sobre las piedras. Cambia toda la perspectiva.
Lenche Zdravkin es una leyenda en la antigua República Yugoslava de Macedonia por su trabajo con las personas refugiadas. Por su casa, ubicada en Veles frente a las vías del tren, pasaron miles de personas refugiadas en busca de un lugar seguro en Europa al comenzar la crisis. Lenche Zdravkin ayuda a las personas refugiadas y migrantes con alimentos, agua, ropa y otras necesidades cuando llegan a su casa junto a las vías del ferrocarril.
Además, visita a personas refugiadas en los centros de tránsito ubicados en Tabanovce y Vinojug, donde ONU Mujeres ofrece apoyo a las mujeres y las niñas a través de sus aliados locales. Colecta y ofrece donaciones para ayudar a las personas refugiadas. Su trabajo está estrechamente vinculado con el ODS 16 sobre la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible. También contribuye a la meta del ODS 10 de posibilitar una migración segura para las personas.
Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: ONU Mujeres
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