Por:
Es evidente que en nuestra región los grupos más conservadores están conquistando el poder formal, son parte de nuestros Estados, están legislando, están decidiendo sobre presupuestos públicos y están implementando políticas públicas. A su estrategia de cabildeo político tras bastidores han sumado su presencia mucho más visible en el poder formal y como actores de sociedad civil con gran poder de influencia.
Al conjunto de la sociedad nos debería convocar a la acción individual y colectiva que grupos conservadores estén teniendo tanto poder en los Estados, en espacios regionales y globales de derechos humanos, atropellando así las libertades de pensamientos, de elecciones, de democracia plena, en fin, atropellando el ejercicio de ciudadanía activa.
Estos grupos fundamentalistas religiosos, políticos y económicos a la autonomía de las mujeres, donde el derecho a decidir es fundamental, le llaman pecado, en lugar exigir justicia nos dicen que hay que perdonar, la prohibición está por encima de la protección, en lugar de hablar nos piden callar y por supuesto, a mayor sufrimiento más garantías de ganar el “paraíso”.
Todo esto nos debe alarmar porque nos esclaviza, nos hace personas sumisas, sin criterio propios, sin libertad de pensar y actuar.
Cifras que denotan la desigualdad
Veamos algunos datos que me parece son consecuencias de modelos donde se gobierna desde el moralismo y no desde la visión de derechos.
Según la CEPAL el 13% de adolescentes entre 15 y 19 años han sido madres; el 25% de adolescentes entre 15 y 19 años no tiene acceso a la anticoncepción de forma gratuita; 12 mujeres mueren cada día sólo por ser mujeres; sólo en el 2014 en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia y República Dominicana se registraron 3,553 femicidios/feminicidios; el aborto está penalizado totalmente en casi todos los países de la región y en algunos las mujeres cumplen penas de hasta 30 años de cárcel; las mujeres tienen salarios que representan el 83.9% de lo que reciben los hombres aún con los mismos años de estudio; las mujeres son las principales responsables de los trabajos de cuidados; y por supuesto la educación sexual y reproductiva está prohibida y en lugar de eso se disciplina a las mujeres y se reafirman los roles tradicionales de hombres y mujeres.
Todos los datos anteriores están cruzados por unas creencias donde las mujeres son inferiores, son territorios de alguien o de algo y deben ser disciplinadas porque desafían, desobedecen el modelo machista que gobiernos, el gran capital e iglesias refuerzan cada vez más con el mensaje que el derecho a decidir sobre nuestras vidas es potestad de ellos y no de las mujeres ¡Basta!
Nota publicada en Oxfam, reproducida en PCNPost con autorización
SOURCE: Oxfam
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora