La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó el viernes que se necesitarán meses para saber con certeza que el virus del Zika es la causa del nacimiento de niños con microcefalia, si bien hay cada vez más indicios de que es así.
“Hay una creciente acumulación de indicios que (nos hacen pensar que) estos fenómenos pueden estar asociados”, declaró Bruce Aylward, quien tiene a su cargo los brotes epidémicos y las emergencias sanitarias en la OMS.
La propagación del virus del Zika, descubierto en Uganda en 1947, es una preocupación mundial debido a las sospechas de que provoca enfermedades neurológicas en los recién nacidos, como la microcefalia, o el síndrome de Guillain-Barré.
Aylward también dijo que los investigadores posiblemente logren probar más rápido que el virus del Zika causa este síndrome que su relación con la microcefalia.
Datos y cifras (OMS):
La microcefalia es una malformación neonatal caracterizada por una cabeza de tamaño muy inferior a la de otros niños de la misma edad y sexo. Cuando se acompaña de un escaso crecimiento del cerebro, los niños pueden tener problemas de desarrollo discapacitantes. La microcefalia puede ser leve o grave.
- La microcefalia es una malformación en la que el niño nace con una cabeza pequeña o en la que la cabeza deja de crecer después del parto.
- La microcefalia es rara: un caso entre varios miles.
- La forma más fiable de determinar si un niño tiene microcefalia es medir su perímetro craneal 24 h después del parto, compararlo con los patrones de crecimiento de la OMS y seguir midiendo el ritmo de crecimiento de la cabeza en la primera infancia.
- Los niños nacidos con microcefalia pueden tener convulsiones y presentar discapacidades físicas y de aprendizaje cuando crecen.
- No hay pruebas específicas para determinar si un niño nacerá con microcefalia, aunque a veces la ecografía en el tercer trimestre permite identificar el problema.
- No hay tratamiento específico para la microcefalia.
Mientras tanto, “se considera que el virus es culpable hasta que se demuestre su inocencia”, agregó Aylward, quien también recalcó “la necesidad de ser sumamente enérgicos” para frenar la transmisión por intermedio del mosquito Aedes aegypti, que también es vector de dengue y chicunguña. “Estamos enfrentando una situación sumamente cambiante”, destacó.
El zika provoca síntomas leves como fiebre, dolor de cabeza y articular o sarpullidos. Pero se sospecha que en embarazadas puede causar microcefalia, una enfermedad congénita que provoca daños neurológicos irreparables en el desarrollo del bebé.
Con más de 1,5 millones de enfermos en Brasil, América del Sur es la región del mundo más afectada por el zika.
Pedro Alonso, responsable del programa mundial de paludismo en la OMS, dijo a la prensa que la agencia planea reunir a mediados de marzo a los principales expertos del mundo en el control del vector, con el fin de determinar si una serie de nuevos métodos radicales se podrían usar de modo seguro y eficiente.
Dichos métodos incluyen la puesta en libertad de mosquitos transgénicos o de grandes cantidades de mosquitos machos esterilizados para frenar la reproducción.
También se baraja la posibilidad de poner en libertad mosquitos transmisores con la bacteria Wolbachia que anula la capacidad de transmitir enfermedades.
Los participantes en esta reunión podrán “evaluar si cabe acelerar (el desarrollo de) una o varias de estas nuevas estrategias”, prosiguió Alonso.
No obstante, métodos más tradicionales “pueden tener un gran impacto”. No obstante, “no estamos esperando ninguna fórmula mágica”, aseguró. AFP, OMS
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