Lágrimas, abrazos y una ovación del público: así fue la despedida de la supermodelo brasileña Gisele Bundchen que dijo adiós a las pasarelas la noche de este miércoles en Sao Paulo.
De 34 años de edad, la modelo mejor pagada del mundo abrió y cerró el desfile de la marca Colcci en la tercera jornada de la Semana de la Moda de esta metrópoli brasileña.
Fue el centro de atención en un recinto llenísimo de público, periodistas y fotógrafos. No cabía un alfiler. En primera fila, en un espacio reservado, estaban familiares y amigos invitados por ella: sus padres Vania y Valdir, sus hermanas y sobrinas y el ídolo del fútbol americano Tom Brady, su marido y padre de sus dos hijos.
El desfile en total duró un poco más de veinte minutos. Al abrir la presentación, una ovación del público y una lluvia de flashes iluminaron hasta el último rincón del galpón. Caminó con su paso firme y sonrió. Lo mismo al cerrar la presentación, cuando saludó al público y levantó los pulgares.
Pero entonces, vino su despedida real: un grupo de modelos, hombres y mujeres, aparecieron caminando sobre la pasarela vistiendo jeans y una camiseta blanca con una imagen de Gisele estampada en el pecho.
Luego apareció ella, sonriente y con su larga cabellera rubia al viento. Saludó, posó para los fotógrafos, abrazó a sus compañeras. Dio media vuelta y lloró. Salió de la pasarela paulista enjugando sus lágrimas y rodeada del fervor del público.
La modelo que ganó más dinero que ninguna otra durante los últimos ocho años según la revista Forbes y que debutó hace dos décadas cuando precisamente nacía la Semana de la Moda de Sao Paulo, cerró así el último de sus desfiles.
A partir de ahora dedicará más tiempo a su familia, a sus hijos Vivian y Benjamin y a otros proyectos ligados a la industria.
El público la despidió con gritos, vivas, aplausos y emoción. En la red social Twitter, la mayor tendencia de la noche fue la etiqueta #Gisele. (AFP)
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora