Por primera vez se ha visto a osos polares alimentándose de delfines en el Ártico, algo que podría ser consecuencia directa del cambio climático que acerca a especies que antes no interactuaban entre ellas, según los científicos.
La historia de este encuentro fatal entre dos animales muy apreciados por gran parte de la opinión pública echa, en tanto se acerca la Conferencia de París sobre el clima (COP 21) en diciembre, una cruda luz sobre el impacto del calentamiento sobre el ecosistema, más allá de los riesgos de extinción que planea sobre innumerables especies.
Durante investigaciones en el archipiélago noruego de Svalbard (Spitzberg), cuyos resultados acaban de publicarse en la revista Polar Research, Jon Aars, experto en osos polares del Instituto Polar Noruego, observó y fotografió en abril de 2014 un oso alimentándose de delfines de hocico blanco.
Estos cetáceos normalmente no forman parte de la alimentación de los osos polares que se se suelen nutrir principalmente de focas, pero en tanto predador oportunista, puede inclusive devorar pequeñas ballenas, como la blanca o el narval, si la ocasión se presenta. “Es posible que aparezcan nuevas especies en la alimentación de los osos como consecuencia del cambio climático, ya que nuevas especies comienzan a desplazarse hacia el norte”, declaró Aars a la AFP.
Consecuencia del deshielo ‘prematuro’:
Si esta especie de delfín frecuenta estas aguas septentrionales durante el verano cuando la banquisa (hielo marino) se funde, es más raro que sea vista en invierno o primavera, estaciones en que el mar está generalmente cubierto de hielo.
Pero, según los investigadores noruegos, el progresivo deshielo durante el invierno en la región en los últimos años ha podido atraer a los delfines, atrapados por la repentina aparición de banquisa en abril.
Según Aars, el oso capturó probablemente a los delfines cuando estos salieron a la superficie para respirar a través de un pequeño hueco en el hielo. “Incluso si vieron al oso, los delfines no tenían otra opción”, añade.
El oso, un viejo macho visiblemente hambriento, devoró a uno de los dos cetáceos y sepultó al otro bajo la nieve, otro fenómeno visto muy pocas veces. “Creemos que intentó cubrir al delfín de nieve con la esperanza de que no lo encontraran otros osos, zorros o pájaros, y poder así comérselo uno o dos días después, una vez digerido el primero”, avanzó Aars.
No es un “caso aislado’:
Después de estas primeras observaciones, se han visto otros cinco casos de delfines varados o capturados y comidos por osos polares, añadió.
Según los científicos, no se trata de un ejemplo aislado inclusive si los otros casos impresionan menos al ser las “víctimas” individuos de especies menos emblemáticas. “No creo que suponga algo revelador ni un cambio radical” en la alimentación del carnívoro, estimó el científico. “Es solo que el oso polar prueba con otras especies que hasta ahora no tenía el hábito de comer”.
“Hay muchas otras pero son mucho más ‘discretas'”, subraya Gilles Boeuf, uno de los grandes especialistas franceses en biodiversidad y presidente del Museo nacional de historia natural. “El desarreglo climático modifica los campos de las especies y éstas son devoradas por los predadores locales”, añade.
Es el caso también de especies de peces que han remontado hacia aguas del norte. (AFP)
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