Colombia, una nación inundada de coca y con la paz en vilo

La paz con las FARC encharcada y la producción de cocaína disparada. De cara a las elecciones del domingo, los retos históricos que heredará el sucesor de Juan Manuel Santos como presidente de la cuarta economía latinoamericana.


FARC acuerdo de paz Tognato cortes reconciliación

AFP PHOTO / LUIS ROBAYO


Paz encharcada:

A finales de 2016 Colombia puso fin a un conflicto armado de medio siglo con la guerrilla más poderosa del continente: las FARC. El gobierno de Santos firmó un acuerdo que el año pasado desarmó y transformó en partido a los rebeldes comunistas.

Cerca de 7.000 combatientes depusieron las armas y el país sudamericano, profundamente dividido por el proceso con la guerrilla, se encaminó hacia el fin del último enfrentamiento interno de América. Pero el pacto, celebrado por buena parte del mundo, se encuentra en su peor momento, según alertan los exguerrilleros, que denuncian incumplimientos estatales.

El acuerdo prevé reformas políticas, agrarias, un sistema judicial para juzgar a los combatientes y reparación a las víctimas, pero para las FARC lo convenido avanza a paso lento.

La derecha, que lidera los sondeos con su candidato Iván Duque, amenaza con modificar un pacto que busca superar enfrentamientos que en más de cinco décadas han dejado unas ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.

Santos, que abandonará el poder en agosto tras ocho años, también le heredará a su sucesor unas complejas negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), reconocida como la última guerrilla del país.

“Inundada” de cocaína:

Colombia es el primer productor mundial de hojas de coca, materia prima de la cocaína, y el mayor productor de esa droga, según la ONU.

El país está “inundado en coca, sobre todo en las zonas fronterizas”, alertó recientemente Fernando Carrillo, procurador general, encargado de vigilar y castigar a funcionarios públicos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó en 2017 con descertificar al país en su compromiso antidrogas, poniendo en riesgo la millonaria ayuda estadounidense que recibe desde hace casi dos décadas para enfrentar el problema. El gobierno colombiano espera erradicar por la fuerza 65.000 hectáreas este año, que se suman a 52.000 en 2017.

Tras su desarme, las FARC se comprometieron a combatir el narcotráfico, por décadas fuente de financiación de su lucha armada. Pero las zonas cocaleras donde hacía presencia la otrora guerrilla comunista han sido copadas por el ELN, disidentes de FARC y narcotraficantes.

Crecimiento lento:

Por la lenta recuperación de los precios del petróleo y el aumento de impuestos, la cuarta economía de América Latina registró en 2017 su peor crecimiento en casi una década (+1,8%).

Desde la llegada de Santos a la presidencia en 2010, el país registró un crecimiento promedio de 3,85%. Santos deja un déficit fiscal de 3,6% del PIB, una tasa anual de desempleo de 9,4% y una inflación de 4,1%.

Además de enfrentar adversidades propias de un Estado social de Derecho, como el costo de pensiones o el sistema de salud, el gobierno deberá costear la implementación del pacto con las FARC, calculado en 44.000 millones de dólares en los próximos 15 años.

Diáspora venezolana:

Colombia se enfrenta también a un desafío desconocido: la llegada masiva de venezolanos que huyen de la crisis política, económica y humanitaria de su país. Unos 762.000 venezolanos han migrado a Colombia en los últimos dos años, y de ellos casi 518.000 pretenden quedarse, según un balance oficial actualizado.

En una coyuntura económica compleja, Bogotá, que encabeza la oposición regional contra el gobierno de Nicolás Maduro, ha solicitado ayuda internacional para hacer frente a las migraciones.

Venezuela, que comparte 2.200 kms de frontera con Colombia, recibió durante años a miles de colombianos que huían del conflicto armado.

El mejor café:

Colombia, la nación del nobel Gabriel García Márquez, es el principal productor de café de calidad del mundo. El país sudamericano mantuvo el año pasado su cosecha en 14,2 millones de sacos de 60 kilogramos.

Tercer productor del grano por detrás de Brasil y Vietnam, cuenta con 931.000 hectáreas de cultivos. La actividad representa uno de los principales sectores de exportación, detrás del petróleo y la minería.

Pero enfrenta varios retos como el cambio climático y la caída del precio del grano.


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