Colombia, el mayor productor de café suave del mundo, ha convertido el grano no solo en una bebida que deleita paladares sino en una experiencia turística y de aventura por las fincas y parajes que cobijan sus cafetales.
Rutas del Paisaje Cultural Cafetero es el nombre de la propuesta turística que aglutina a 400 empresarios en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, y que ha logrado cautivar a visitantes nacionales y extranjeros y beneficiar a numerosas familias campesinas.
El proyecto, que empezó a tomar forma en 2011 en el Quindío, ofrece a los visitantes 27 experiencias agrupadas en cuatro líneas de producto: degustación, deportes extremos, naturaleza y artesanías.
La coordinadora del proyecto, María Claudia Campo, explicó que las Rutas del Paisaje Cultural Cafetero lograron el segundo lugar de la categoría “Innovación en empresas” del Premio Ulises, de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Campo destacó que el galardón le fue concedido a este programa por ser “innovador, competitivo y sostenible”. “Entre más de 200 participantes llamó la atención que hayamos vinculado a tantos empresarios con altos estándares de calidad que hacen posible que el turista encuentre servicios garantizados e innovadores”, indicó.
La ejecutiva señaló que la oferta turística incluye alojamiento, restaurantes, artesanos, fincas, museos, agencias de viaje, guías, transporte y deportes de aventura, entre otros, unificados por un “manual de buenas prácticas” creado para la marca. “Saborea la cultura del mejor café del mundo” es una de las ofertas de las rutas, y consiste en un viaje en el que, de la mano de campesinos, el visitante siembra, recolecta, seca, tuesta y degusta la bebida.
En “Disfrutar de una naturaleza y un paisaje únicos” los participantes tienen la oportunidad de conocer algunas de las más de 1.000 especies de aves que habitan este territorio y visitar el Parque Nacional Natural los Nevados y el Valle del Cocora, entre otros lugares.
“Vivir grandes aventuras en parajes exclusivos” permite cambiar el concepto tradicional en torno al grano y convertir los verdes y fértiles parajes cafeteros en escenarios para aventuras como cabalgatas, vuelos en parapente, desplazamientos en balsas y saltos con cuerdas.
Mientras que en “Aprender sobre oficios muy auténticos” los turistas se pueden sumergir en la elaboración de artesanías con guadua, cerámica, madera o fibras.
Estas alternativas “han hecho que los extranjeros pasaran de ser el 4 % del total de turistas que llegaban al Eje Cafetero años atrás al 10 % actual, principalmente procedentes de Estados Unidos, España, Ecuador, Venezuela y México”, explicó Campo.
Cifras de Migración Colombia indican que 24.664 turistas visitaron el Eje Cafetero entre enero y septiembre de 2014. Lo anterior demuestra que el Paisaje Cultural Cafetero, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología (Unesco) como patrimonio de la humanidad en 2011, “es uno de los mayores potenciales turísticos” de Colombia, añadió la encargada.
A juicio de Campo, esta zona, donde, según la Federación Nacional de Cafeteros, hay unas 24.000 fincas en las que viven y trabajan alrededor de 80.000 personas, “tiene unas posibilidades ilimitadas de crecer y de beneficiar a más colombianos”.
La experta señaló que la meta es que “el turista al regresar a su país de origen se convierta en el mejor vocero” para “promocionar la riqueza cultural y natural que rodea al café colombiano”. (EFE)
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