Por: Francisco Manrique.
Caminando con mi querida amiga Maria Cecilia Otoya, nos pusimos a comentar la situación después de las elecciones. Ella es una gran aficionada a la jardinería, y nos dimos cuenta que su hobby, podía servir como una metáfora muy potente para proyectar lo que necesitaría nuestro país hacia adelante. Las metáforas tienen el poder de transmitir muy fácilmente conceptos que pueden ser complejos, y de enganchar la imaginación. Veamos, si leyendo este Post, el lector está de acuerdo con la anterior afirmación.
Colombia es una país de muchas regiones muy diversas, que podría verse como un jardín. Si este no se cuida, las plantas que valen la pena conservar se pueden morir, y se las come la maleza.
Me explicaba mi amiga, que en un jardín bien trabajado, se busca que haya una buena diversidad de especies, porque es la forma de protegerlas de las plagas. Y también, que un buen jardinero, tiene mucho cuidado en entender la personalidad y la lógica que tiene cada un de las plantas para asegurar su crecimiento.
El gobernante que Colombia necesita en este momento histórico, es alguien que debería tener el alma de un jardinero. Necesitamos a una persona que esté presente en su jardín todos los días, que sea capaz de cuidarlo, y de entender que su desarrollo se logra respetando el ritmo de cada planta, el de cada flor, y cuando el tiempo sea el adecuado. Pero también, debe estar atento para evitar que las plagas y la maleza le invadan su jardín.
Sin embargo, es desde la humildad, que un buen jardinero permite que sus plantas florezcan a su propio ritmo, y no desde la arrogancia de quien busca empujar su crecimiento. Pero también, siembra a propósito diversas especies, para construir un ecosistema fuerte. Sabe muy bien el valor de cada una de ellas, porque aportan y colaboran, para convertir a su jardín en una obra de arte.
La metáfora del jardín, es un símil poderoso que se puede aplicar muy bien al manejo de un país complejo y diverso como el nuestro. Se necesitan imágenes impactantes, si queremos superar la división profunda que padecemos, para proyectarnos hacia adelante con todo el potencial que tenemos.
En la Presidencia necesitamos a un jardinero que promueva la colaboración entre todos los ciudadanos, y aproveche la diversidad del jardín llamado Colombia. Que sea capaz de impulsar la inclusión, en la huerta de nuestra nación, de tanta gente distinta que es nuestra verdadera riqueza. Que pueda leer con cuidado esa diversidad para cuidarla como el pétalo de una rosa. Y que nos haga partícipes de las construcción nacional desde lo local, y nos invite a sentirnos orgullosos de encontrar el camino que queramos recorrer juntos.
Necesitamos un jardinero, que no genere relaciones de dependencia caudillista, y que más bien nos invite, a apreciar el valor de recuperar la auto estima, con la confianza de que colectivamente podemos más que de manera individualista .
Necesitamos a un jardinero que entienda, que si cuida bien y promueve inteligentemente esa diversidad de la huerta colombiana, está se puede convertir en el más grande activo que nos va a inspirar y unir a todos. Va a ser la roca, sobre la cual, se podrá construir nuestra verdadera riqueza.
La metáfora del jardín nos invita a entender que Colombia es una país que puede, y se merece ser, una verdadera obra de arte. Pero esto sólo es posible, si el Dr Duque, a quien no conozco, y quien asumirá el cargo de Presidente el próximo 7 de agosto, reconozca que tiene que tratar a este país dividido, como un jardín que requiere de un cuidado muy grande.
Hoy a Colombia se la está comiendo la maleza de los odios, las exclusiones y las descalificaciones de quienes no piensan igual. En estas condiciones, difícilmente es posible pensar en un jardín que nos haga sentir orgullosos, y que nos invite a todos a hacer un esfuerzo colectivo, para convertirlo en esa obra de arte que valga la pena defender hacia adelante.
Hoy necesítanos un jardinero que entienda que unir tantas plantas diversas, no significa que no hayan disensos. Y que las diferencias se pueden tramitar sin destruir al otro. Como lo describe muy bien Greg Horowith en su libro The Rainforest, en la selva conviven especies muy distintas y su presencia le da gran valor al ecosistema.
Con mi amiga, estuvimos de acuerdo, que los puntos anteriores, son el gran reto que el nuevo presidente debe de enfrentar en los siguientes cuatro años.
En es periodo tan corto de tiempo, si resulta Duque un buen jardinero, deberá orientar a una gran comunidad diversa de seres humanos, y que hoy se encuentran profundamente desorientados y divididos, pero que tenemos muchas aspiraciones comunes, y la necesidad de encontrar un propósito colectivo que nos una.
En estos escasos cuatro años, deberá tender puentes, y sanar las heridas que se han producido, como consecuencia de una confrontación fratricida sin sentido, promovida por la dirigencia política que hemos padecido, y que no ha estado a la altura del momento histórico que tenemos.
Este milagro sólo será posible, si nos reconocemos todos los colombianos, como habitantes del jardín llamado Colombia, caracterizado por una gran diversidad de plantas que son su riqueza. Pero también, si somos capaces de reconocernos como país, desde los logros que hemos conseguido a lo largo de nuestra historia. Para que esto sea posible, necesitamos recuperar nuestra propia imagen, y auto estima colectiva, que se deberán convertir en unos verdaderos motores de la esperanza para alcanzar con orgullo un futuro mejor para todos.
Y para transitar este largo y difícil camino de sembrar nuestro futuro en el jardín llamado Colombia, se necesita un propósito colectivo que actúe cómo los rayos solares que iluminan y calientan a las plantas para que florezcan con fuerza algún día. Un buen jardinero evita que la maleza le dé la sombra a las especies más débiles. Está constantemente experimentando, con la curiosidad y la mente abierta, que le permite dejarse sorprender por los resultados.
El presidente electo tiene cuatro escasos años, para cambiar el rumbo y unificar a los colombianos. No va a ser una tarea nada fácil porque la oposición de izquierda siente que, los 8 millones de votos que sacó en la segunda vuelta, le da la fuerza suficiente para hacerle la vida imposible al nuevo mandatario hacia adelante. Una manera de contrarrestar esta posible realidad, que llevaría a Petro al poder en el 2022, es aplicando la metáfora del jardín, para que los colombianos se motiven a ver otra perspectiva, porque Duque entendió el reto y nos sorprendió a todos.
Un querido amigo furibista me escribió hace unas semanas, que esperaba demostrarme que tan equivocado estaba por la posición tan crítica que he tenido a lo que Uribe representa y la inmensa duda sobre la independencia de Duque de su mentor y jefe. Por el bien de Colombia, nada me gustaría más que haber estado totalmente equivocado. Por esta razón, he escrito este blog como un pequeño aporte en ese camino.
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