Colombia estaba de luto este sábado tras una gigantesca avalancha en el sur del país que dejó más de 200 muertos y centenares de heridos y desaparecidos, tras las fuertes lluvias que afectan a la región andina, en especial a Perú y Ecuador.
La Cruz Roja Colombiana (CRC) reportó 206 fallecidos, 202 heridos y 220 desaparecidos, así como 300 familias afectadas, 17 barrios con daños graves y 25 viviendas totalmente destruidas, en su último balance sobre la tragedia desatada sobre la medianoche del viernes por el desborde de tres ríos en el selvático municipio de Mocoa, en la Amazonía.
“Lamentablemente la más reciente cifra por tragedia en Putumayo es: 193 fallecidos y 202 heridos. Solidaridad con sus familias”, tuiteó el presidente Juan Manuel Santos, que lideró en la zona las labores de rescate.
Una fuente de la CRC explicó que el mandatario se refirió solo a los muertos ya identificados, y advirtió que la cifra puede seguir creciendo.
El panorama en el sitio era desolador, con las calles cubiertas de lodo, militares cargando niños entre piedras y ramas taponeando vías y gente en shock buscando cuerpos entre los escombros y vehículos destrozados.
Mocoa, de unos 40.000 habitantes, seguía sin energía eléctrica y sin agua corriente, servicios que el gobierno intentaba restablecer.
“Anoche se podía escuchar el sonido del río y por eso mi familia salió, porque supo que venía la avalancha”, contó Harvey Gómez, un empleado público de 38 años que cuidaba la devastada casa de sus tíos, donde preveía pasar la noche para tratar de recuperar alguna pertenencia del barro.
Con el agua al cuello
En la noche del viernes llovió 130 mililitros, el 30% de lo que cae en un mes en Mocoa, según explicó Santos. “Eso precipitó una creciente súbita de varios ríos (…) y eso produjo una avalancha”, afirmó, antes de declarar la “calamidad pública” para “agilizar” las operaciones de rescate y ayuda.
Muchos contaron al mandatario que la única forma de no morir fue treparse al techo de sus casas, porque el agua les llegaba al cuello.
Lina Marcela Morales logró salvarse y buscaba a cinco de sus familiares, que “dormían y no tuvieron tiempo de salir de su vivienda, ahora inundada”, según el relato publicado por Presidencia.
El meteorólogo Diego Suárez, del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), señaló en Caracol Radio que la entidad prevé “precipitaciones menos intensas” para este sábado en Mocoa, mientras que para el domingo y lunes “paulatinamente irán descendiendo”.
Según el bombero David Silva, los establecimientos comerciales están cerrados “por temor” a asaltos.
“Anoche hubo saqueos en sitios donde venden agua”, dijo el bombero, de 22 años, quien indicó que la “mayoría” de los barrios afectados son habitados por desplazados por el conflicto armado de medio siglo.
La ola invernal en Sudamérica no solo ha golpeado a Colombia. Perú viene soportando desde principios de año lluvias y avalanchas que por ahora dejan 101 muertos y más de un millón de damnificados.
En Ecuador, se han registrado 21 muertes desde enero, con 9.409 familias damnificadas.
Estragos del cambio climático
El cambio climático está generando unas dinámicas y vemos los resultados tremendos desde el punto de vista de la intensidad, la frecuencia y la magnitud de estos efectos naturales, como el que acabamos de ver ahora en Mocoa. La naturaleza y la magnitud del evento, la catástrofe, la tragedia, es tremenda: Martín Santiago, jefe de ONU para Colombia.
Las aguas se llevaron por delante viviendas, postes de energía, vehículos, árboles y destruyeron al menos dos puentes, señaló el Ejército.
Países de todo el mundo, como Brasil, España, Ecuador, Francia, Venezuela, Alemania, así como la Unión Europea y la ONU, expresaron su solidaridad por lo sucedido, que supera al último gran desastre natural de Colombia, el de Salgar, a unos 100 kilómetros de Medellín, donde en mayo de 2015 murieron 92 personas por un deslave.
Santos pasará la noche en Bogotá, pero regresará a Mocoa el domingo con los ministros del Interior, Minas, Vivienda y otros altos funcionarios “para seguir atendiendo” el desastre, explicó la Presidencia.
Un millar de personas ayuda en las labores de rescate en la zona, donde se han movilizado más de siete toneladas de equipos y enviados miles de kits de aseo, ayudas alimentarias y colchones. AFP
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