El Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) de Colombia autorizó este miércoles el uso manual de glifosato, suspendido oficialmente desde octubre, para la erradicación de cultivos de coca, informó el Ministerio de Justicia.
El organismo, integrado por ministros y autoridades judiciales y policiales, “autorizó a la Policía Nacional como ejecutor de la erradicación de cultivos ilícitos mediante aspersión terrestre con el herbicida glifosato”, dijo en un comunicado la cartera que dirige el CNE.
Tras la prohibición de las fumigaciones aéreas con esta sustancia el pasado 1 de octubre, el entonces director de la Policía Nacional, Rodolfo Palomino, afirmó que la fumigación manual con glifosato seguiría siendo una de las estrategias de la lucha contra el narcotráfico.
Tras usarlo durante 15 años, Colombia fue el último país del mundo en suspender las aspersiones de este herbicida contra cultivos ilícitos por sus efectos nocivos sobre la salud y el medio ambiente. Desde entonces, la erradicación de cultivos ilícitos se realiza de forma manual -arrancando y troceando las plantas- y las autoridades buscan herbicidas alternativos.
En los últimos seis meses, la Policía Nacional realizó pruebas sobre la efectividad del uso terrestre de la sustancia y prevé que en octubre de este año pueda empezar a utilizarse esta técnica, dijeron fuentes del cuerpo.
“La aplicación de este método deberá estar acompañada de la presentación de los protocolos de salud ocupacional y otras medidas requeridas por el Ministerio de Salud (también miembro del CNE)”, agregó el comunicado.
El glifosato fue catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como probable cancerígeno y es, además, señalado por expertos como causante de abortos y enfermedades dermatológicas.
En 2013, Colombia había dejado de usar ese herbicida en la zona fronteriza con Ecuador, luego de que Quito interpusiera una demanda internacional por los daños que generaba la sustancia en su territorio.
En Colombia, principal productor mundial de coca -principal insumo para la cocaína-, se rociaron en 15 años dos millones de hectáreas de cultivos ilícitos y se destruyeron unas 100.000.
En los últimos años, sin embargo, volvieron a crecer los cultivos de esta planta: en diciembre 2012 había casi 48.000 hectáreas en todo el país, pero al cierre de 2014 superaban las 69.000, según la ONU. AFP
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