Por: César Viloria.
En agosto de 2010, el presidente Juan Manuel Santos presentó su gabinete ministerial y sus prioridades para este nuevo gobierno. Entre ellas, en cuestión de tecnología, anunció que iba a lograr que el país estuviera totalmente conectado y que todos los colombianos, incluyendo los más pobres, tengan acceso a Internet.
La dinámica del MinTIC cambió completamente. El despliegue de fibra óptica a través de todo el territorio nacional se masificó, llegando a conectar más del 95% de los municipios, se ideó un programa para subsidiar el acceso a Internet a los estratos 1 y 2 y se crearon los Puntos y Kioskos Vive Digital, permitiendo la conectividad a los colombianos de menores ingresos.
Pero más que eso, en el país se empezó a dar una revolución digital con medidas y programas que impulsaron la generación de negocios basados en tecnologías digitales: se eliminaron los aranceles para terminales móviles y computadores (ojo con esto más adelante) y se consolidó la red de emprendedores de negocios TIC más grande de la región con la consolidación del programa Apps.co.
En Colombia se empezó a hablar de “Economía Digital”, “pasar de la tecnología del consumo a la tecnología de la producción”, “cambiar la bonanza petrolera por la bonanza tecnológica”, y otros términos que hacían alusión a la decisión nacional de fortalecer los negocios basados en las tecnologías de información y comunicaciones.
Pero todo empezó a tener un vuelco en la reforma tributaria discutida y aprobada en 2016, donde se tomaron medidas que empezaron a reversar todo esto. A partir del 1 de enero de 2017, los terminales móviles y computadores empezaron a ser gravados con un IVA del 19%. ¿Qué gracia tuvo eliminarle los aranceles si después iban a ser gravados con IVA?
Pero no solo eso. El Ministro de Hacienda, ha informado que a partir de junio las plataformas digitales que prestan servicios a través de Internet, deberán también gravar IVA. Esto quiere decir que todo suministro de páginas web, hosting, almacenamiento en la nube, mantenimiento a distancia de equipos, software, suministro de imágenes, texto o cualquier tipo de información, acceso a bases de datos, servicios audiovisuales (música, videos, series, juegos), publicidad en línea, entre otras, van a ser gravados por el IVA. Es decir, para que quede más claro, toda transacción que se haga a través de Netflix, Uber, Rappi, Amazon y hasta la plataforma donde está alojado este blog, es sujeta de IVA.
Esto no solo frena el uso de plataformas digitales por parte de los usuarios y por lo tanto la cultura digital de los colombianos. También frena el crecimiento que venía teniendo el sector TIC en la economía del país. Ambas, estrategias de este mismo gobierno.
Imaginemos el siguiente caso: voy a comprar un artículo en una tienda colombiana a través de Mercado Libre. Pago el IVA por el artículo y además sobre eso pago el IVA por la compra en Mercado Libre. ¿Pago un IVA sobre el otro IVA? ¿No es eso absurdo? ¿Y si es un artículo exento de IVA? ¿Igual me toca pagar IVA sobre todo el valor, incluyendo compra y transacción? ¿Si la compra se hace por Rappi, tengo que pagar IVA sobre un domicilio? ¿El valor del artículo también se grava doblemente por IVA? ¿Si compro por Rappi productos de la canasta familiar, me toca pagarles IVA porque los pido por una plataforma digital?
El tema va mucho más allá de gravar con IVA a los grandes tecnológicos (Netflix, Youtube, Amazon, etc). El tema es que los nuevos emprendimientos digitales del talento local, van a sufrir mucho más para volverse atractivos para el usuario. Sí, los emprendimientos de la industria a la que como país le queremos apostar, a esos les estamos poniendo trabas.
En muchos casos, las plataformas digitales lo que hacen es unir una oferta con una demanda y permitirle al usuario (demanda) acceder a un proveedor (oferta) de una manera ágil, rápida y con costos razonables. ¿Qué costo razonable va a tener un servicio que va a subir casi un 20%?
Qué va a ser de la gran cantidad de emprendedores que el Estado colombiano ha impulsado a través de los programas de Apps.co para generar negocios digitales que ahora no van a ser llamativos para los usuarios en cuestión de costos y por lo tanto bajarían su rentabilidad?
¿En verdad queremos ser una economía basada en la innovación y la tecnología? ¿De qué servirá tanto esfuerzo?
Nota publicada en © Blogs Uninorte, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: Blogs Uninorte
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