Por: Carlos Guevara Mann
La batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822, fue uno de los momentos culminantes de la liberación de América hispana. Forma parte de la Campaña del Sur, emprendida por Bolívar tras derrotar a los realistas en Carabobo (1821).
Su principal adalid fue el valeroso patriota venezolano Antonio José de Sucre, el más cercano y confiable colaborador de Bolívar en el campo de batalla, quien dos años más tarde (1824), derrotaría a los españoles en Ayacucho, poniendo fin a casi tres siglos de virreinato.
El triunfo de los republicanos en Pichincha sobre las armas realistas comandadas por Melchor Aymerich dio por terminado el gobierno español en el Reino—o Audiencia—de Quito, parte de la actual República del Ecuador. Como resultado de dicha contienda, Quito y su zona circundante fueron incorporados a la denominada “Gran Colombia”.
Es atinente revisar los orígenes de la Colombia inicial—la grande—porque el desconocimiento de los detalles relevantes lleva a malas interpretaciones y expresiones denigrantes, como la que espetó el ministro colombiano de Relaciones Exteriores, quien se refirió a nuestro país como el “Departamento de Panamá” (La Prensa, 29 de abril).
El 17 de diciembre de 1819, el Soberano Congreso de Venezuela creó la República de Colombia y dictó su Ley Fundamental, cuyo artículo 1° dispuso la unión de Venezuela y la Nueva Granada. El artículo 2° determinó que el territorio de esa república abarcaría “la antigua Capitanía General de Venezuela, y el Virreinato del nuevo Reino de Granada”.
Según el artículo 5º, el naciente Estado se dividirá en tres grandes departamentos: Venezuela, Quito y Cundinamarca, nombre que se daría a la parte central, o sea, lo que los españoles denominaban el Nuevo Reino de Granada, cuya capital era Bogotá.
Cuando se dictó dicha Ley Fundamental, grandes porciones del territorio reclamado aún no habían sido sustraídas a la dominación española. Pero el ejército patriota, bajo el mando supremo de Bolívar, fue venciendo progresivamente a las fuerzas realistas hasta lograr su expulsión final.
En otras partes, como Guayaquil y Panamá, acciones autónomas lograron la independencia de España. Guayaquil se liberó de su supeditación al rey el 9 de octubre de 1820 y estableció su propio gobierno independiente.
Según el Microdiccionario biográfico de los próceres de la independencia, de Pedro Robles Chambers, cinco panameños firmaron el acta de independencia de Guayaquil: Mariano Arcia (o Arze), cirujano mayor del ejército libertador; Fernando Ayarza, portobeleño, quien luego combatiría en Pichincha; el sacerdote Sebastián Delgado y Cortejada, también portobeleño; Ramón Sobenes y Jerónimo Zerda y Chávez (https://drive.google.com/file/d/1AVL0DwT1WWnSLhGiSaXxKouuYn8h4f9A/view).
El 24 de junio de 1821, Bolívar venció al comandante español Miguel de La Torre y Pando en la sabana de Carabobo, lo que redujo la presencia española en Venezuela a su mínima expresión. Esta presencia no se extinguiría totalmente hasta finales de 1823, pues hasta entonces quedarían vivos pequeños reductos leales a Fernando VII, pero, para los efectos, la inmensa mayoría del territorio venezolano había sido liberado y adscrito a Colombia, la grande.
Tras las derrotas infligidas por las fuerzas navales republicanas, al mando de José Prudencio Padilla, el 10 de octubre de 1821 el gobernador español, Gabriel de Torres, entregó la más importante plaza del Caribe colombiano al ejército bolivariano.
El mes siguiente, el istmo de Panamá declaró, por sus propios medios, sin participación extranjera de ningún tipo, su independencia de España y su voluntaria unión a la República de Colombia, tal cual lo consignan las actas de la Heroica Villa de Los Santos, el 10 de noviembre y de la ciudad de Panamá, el 28 del mismo mes. Esta acción autónoma de los panameños añadió gran valor a la República de Colombia, como lo reconoció el propio Libertador, quien ya en la Carta de Jamaica (1815) había ponderado las enormes posibilidades del istmo de Panamá.
A esas alturas, Quito y Pasto permanecían bajo el control de las fuerzas realistas. El 24 de mayo de 1822, la batalla de Pichincha rescató a Quito del dominio español. Al enterarse de esta derrota, el comandante español en Pasto, Basilio García, capituló ante Bolívar el 8 de junio.
Bolívar partió a Quito, adonde llegó el 16 de junio. Allí conoce a Manuela Sáenz, quien sería su compañera durante los años que le quedaban de vida.
Sigue a Guayaquil, adonde es recibido. con entusiasmo, el 11 de julio. Luego de la entrevista que sostuvo con José de San Martín (26-27 de julio), el 31 del mismo mes la Provincia Libre de Guayaquil declara su anexión a la República de Colombia.
Así se logra, finalmente, la consolidación territorial de la gran república, la cual no hubiese sido posible sin la victoria en Pichincha.
Al triunfo republicano aquel 24 de mayo contribuyeron patriotas de los países americanos y no pocos extranjeros, incluyendo veteranos de las guerras napoleónicas y otras contiendas europeas. El istmo de Panamá aportó a esta hazaña más de lo que suele reconocerse.
No solo facilitó el paso de los ejércitos bolivarianos procedentes de la Nueva Granada y Venezuela, hacia Guayaquil, vía Cartagena y Panamá. Además, proveyó valerosos combatientes, entre los cuales es preciso destacar al patriota penonomeño, José Antonio Miró Rubini, uno de muchos istmeños que participaron en la campaña del Sur.
Posteriormente, Miró partiría al Perú, donde se destacaría en las batallas de Junín, Matara y Ayacucho, alcanzando tras esas lides el rango de teniente coronel del ejército colombiano.
La contienda librada en las laderas del imponente volcán próximo a Quito es un capítulo fundamental de la campaña del Sur, ideada por el Libertador Simón Bolívar para redimir a la América meridional de la dominación española. Es muy significativo que los panameños hayamos tenido participación en ella, así como en otras luchas por la libertad y el establecimiento del gobierno republicano.
El autor es politólogo e historiador, director de la Maestría en Asuntos Internacionales en Florida State University, Panamá y presidente de la Sociedad Bolivariana de Panamá.
Posts relacionados:
Tomás Herrera: El primer presidente de Panamá
Bolívar y el Derecho Internacional
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora