Cada tres días matan un activista o defensor de derechos humanos en Colombia, un país en vías de solucionar el último conflicto armado de América, denunció la Defensoría del Pueblo.
El ombudsman, Carlos Alfonso Negret, indicó que entre el 1 de enero de 2016 y el 30 de junio de este año se asesinaron a “311 ciudadanos colombianos que se dedicaban a ser líderes sociales y defensores de derechos humanos”. La mayoría de las homicidios han ocurrido en zonas con narcocultivos o minería ilegal, como los departamentos del Cauca (78 homicidios), Antioquia (43), Norte de Santander (21), Nariño (18) y Valle del Cauca y Chocó, ambos con 16.
La entidad encargada de velar por los derechos humanos en Colombia no precisó quiénes son los responsables de los homicidios.
“Hemos dicho basta ya, ni un líder social más asesinado en Colombia porque lo que requerimos es paz y tranquilidad”, agregó Negret en un audio divulgado a periodistas.
El ministro del Interior, Guillermo Rivera, aseguró en Twitter que en “los próximos días” se convocará una comisión de garantías para evaluar medidas de protección.
Según el presidente saliente Juan Manuel Santos, desde 2016 hasta marzo de 2018 han sido asesinados 160 líderes comunales y de derechos humanos en acciones atribuidas a diferentes grupos y motivaciones.
Los homicidios de activistas son uno de los principales reclamos de la disuelta guerrilla comunista FARC, que en noviembre de 2016 firmó un acuerdo de paz que la transformó en partido político. Los rebeldes temen que ocurra un exterminio similar al perpetrado en las décadas 1980 y 1990 por paramilitares de ultraderecha en complicidad con agentes estatales contra el partido de izquierda Unión Patriótica (UP), surgido de unas fallidas negociaciones de paz entre las FARC y el gobierno.
Desde la firma de la paz, al menos cuarenta excombatientes de las FARC y familiares de exguerrilleros han sido asesinados, según cifras oficiales.
Colombia, principal productor de cocaína del mundo y con más narcocultivos, busca superar el último conflicto armado del continente.
Además de la paz con las poderosas FARC, Santos negocia en Cuba con el guevarista ELN, al que reconoce como la última guerrilla activa del país. Los diálogos se desarrollan en medio de la conflagración.
El conflicto armado colombiano entre guerrillas, paramilitares, disidentes de las FARC, narcotraficantes y agentes estatales ha dejado en medio siglo ocho millones de víctimas, entre muertos, desaparecidos y desplazados.
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