Bosque de la paz.
Vamos a sembrar más de 8 millones de árboles en memoria de las víctimas.
Esto que estamos haciendo es una acción de múltiples efectos: contribuimos a consolidar la paz haciendo homenaje a las víctimas, reconociéndolas.
Alguien decía que uno muere dos veces: cuando uno muere y deja de respirar, que es un tipo de muerte, y la otra muerte es cuando se olvidan del nombre de uno. Pues no vamos a olvidar los nombres de las víctimas.
Es una forma de honrarlas, es una forma de reconocerlas, porque estarán para siempre identificadas con uno de esos 8 millones de árboles que vamos a sembrar, que ustedes van a sembrar.
Presidente Juan Manuel Santos
La memoria de los más de ocho millones de víctimas del conflicto armado colombiano será preservada en el Bosque de la paz, un santuario ecológico y de reconciliación que fue presentado en Mitú, en el corazón de la región amazónica.
En este monumento vivo, anunciado en un acto encabezado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, cada una de las 8.131.000 víctimas que ha dejado más de medio siglo de conflicto armado tendrá su nombre inscrito en cada uno de los árboles plantados por iniciativa de la ONG “Saving the Amazon”.
“Vamos a sembrar más de ocho millones de árboles en memoria de las víctimas para que también nunca más volvamos a vivir las atrocidades que este conflicto armado, que esta guerra nos ha traído”, aseguró el mandatario en Mitú, capital del Vaupés, ante un público en el que había decenas de indígenas vestidos con sus adornos tradicionales, que son mayoría en la región.
Santos, quien sembró el primer árbol de la iniciativa en el centro de Mitú, confió en que este programa, que involucra directamente a las comunidades indígenas del Vaupés, un remoto y selvático departamento situado en la frontera con Brasil, “va a tener una repercusión mundial”.
Eso porque cualquier persona de cualquier lugar del planeta puede contribuir financieramente al mantenimiento de los árboles del Bosque de la paz, con lo cual podrá aportar a la reconciliación del país y a la preservación del medioambiente.
En el programa Bosque de la paz, que empezó a gestarse hace tres años, participan inicialmente 250 familias de ocho comunidades indígenas del Vaupés que siembran los árboles y se encargan de ponerles el nombre de las víctimas.
Cada seis meses los mismos indígenas le tomarán una fotografía a cada árbol para que a través de una plataforma tecnológica se pueda hacer un seguimiento de su crecimiento, explicó la presidenta en Colombia de “Saving the Amazon”, Ximena Patiño.
Santos destacó que en el Bosque de la paz se “une el avance tecnológico del mundo con la cultura ancestral de los indígenas y al mismo tiempo sirve para preservar nuestro medioambiente, nuestros bosques, nuestra agua”.
“Eso combina todas las necesidades, todas las prioridades, lo que es importante para el mundo, para Colombia, para el Vaupés”, subrayó.
Para el presidente, este programa da “una oportunidad al mundo entero de contribuir a la paz de Colombia, pero al mismo tiempo de contribuir al planeta sembrando bosques, preservando nuestra riqueza natural”.
El jefe de Estado recordó que Mitú, localidad de solo 16.600 habitantes, a la que se puede llegar únicamente por vía aérea, sufrió en carne propia el conflicto armado colombiano pues en los primeros tres días de noviembre de 1998 fue escenario de una sangrienta toma guerrillera de las FARC con las que su Gobierno negocia ahora un acuerdo de paz en Cuba.
En ese ataque, único en el que las FARC lograron tomar por más de 24 horas una capital colombiana, murieron 11 civiles, al menos 30 policías y militares y decenas de guerrilleros; hubo además 68 heridos y 61 policías fueron secuestrados, algunos de los cuales murieron en cautiverio y otros recuperaron la libertad más de una década después.
Por eso Santos dijo hoy que el Bosque de la paz es la mejor manera de “recordar y honrar a cada víctima” de más de medio siglo de conflicto armado interno.
“Estos bosques se enriquecerán con árboles nativos y cada árbol va a corresponder al nombre de una víctima para que realmente nos sirva como un monumento, como un santuario a la memoria de las víctimas en esta etapa de fin del conflicto armado”, dijo por su parte el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo.
Julián López, uno de los líderes de la comunidad indígena de Santa Cruz de Wacapuri, dijo que los propios nativos seleccionan los árboles a ser sembrados, que sean “maderables, frutales o medicinales”.
“El papel que nosotros jugamos de reforestación con el Bosque de la paz es que no usamos ninguna técnica nueva sino que usamos una técnica indígena ancestral, con nuestro propio conocimiento del bosque que está por reforestar”, afirmó.
El ministro Murillo destacó el simbolismo de plantar árboles que recuerden a las víctimas del conflicto armado en una zona de mayoría de población indígena como el Vaupés por el valor que tiene la memoria colectiva para los pueblos de la Amazonía.
“En las creencias de las comunidades indígenas del Vaupés, la personas mueren dos veces: cuando deja de respirar y también cuando su nombre ya no se pronuncia más, y el tener estos árboles con el nombre de cada víctima y adoptados por la comunidad global garantiza que haya memoria y permanezca la repetición de este nombre para siempre”, expresó. EFE
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