Baselworld, gran cita internacional de la relojería y la joyería, se abre este año en un contexto de mayor incertidumbre debido a nuevos desafíos, en particular el de hacer frente a la competencia del reloj conectado.
Este sector, que durante mucho tiempo pareció ajeno a la crisis económica, está ahora sumido en una fase de turbulencias: las medidas de lucha contra la corrupción en China, que afectan a la venta de relojes de prestigio; la crisis del rublo, que ha mermado el poder adquisitivo de la rica clientela rusa y la reciente subida del franco suizo, tras la nueva política monetaria de las autoridades helvéticas.
“Decir que vivimos un momento de euforia no sería muy serio”, admitió Sylvie Ritter, directora del salón, en conferencia de prensa en víspera de la apertura de Baselworld al público. Sin embargo, espera que acudan al salón -que congrega a 1.500 expositores- unos 150.000 visitantes de más de 40 países.
El evento está dominado este año por el reloj conectado, tras el lanzamiento del reloj de Apple, el gigante californiano de la tecnología, que llega a las tiendas el 24 de abril en nueve países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Más de diez relojeros suizos ya han anunciado que iban a presentar relojes conectados en Baselworld, indicó Sylvie Ritter, que se declaró convencida de que la tecnología podrá cohabitar perfectamente con la relojería tradicional. “Estos dos universos son más complementarios que antagonistas”, afirmó.
Según proyecciones del gabinete de investigación norteamericano Strategy Analytics, Apple podría vender 15,4 millones de unidades en todo el mundo en 2015.
Su modelo de base, que costará 349 dólares, se ubica por debajo de los precios practicados por los relojeros suizos.
Pero Apple, que exhibe ambiciones para su reloj “revolucionario”, prevé asimismo lanzar un modelo de lujo, a más de 10.000 dólares, lo que viene a invadir ya el terreno de los relojes tradicionales de alta gama.
En todo caso, los relojeros están dispuestos a defender su territorio.
Tan bien como Apple:
Por ejemplo, Tag Heuer, la marca del grupo de lujo francés LVMH en el segmento de relojería, espera ocupar las mismas líneas que la marca de la manzana. El jueves, revelará el nombre del gigante de la Silicon Valley con el cual va a asociarse para proponer su propio producto.
“Con nuestros socios vamos a intentar hacerlo tan bien como Apple pero de forma diferente”, declaró Jean-Claude Biver, responsable de la división de relojería de LVMH, en entrevista con la AFP.
Los relojes conectados estaban prácticamente ausentes de este salón el año pasado, pero ahora varias marcas suizas se han lanzado en esta carrera, a la imagen de Breitling, que presentará un cronógrafo para los pilotos de avión, o de Frédérique Constant, que presentará un reloj que permitirá seguir los ciclos del sueño.
Lejos de los relojes conectados, los muy ricos visitantes de Baselworld pueden siempre asombrarse con el joyero londinense de altos vuelos Graff, que propone por 40 millones de dólares “La fascinación”, con 152,6 carates de diamantes blancos, un reloj en forma de diamante pero transformable para llevarlo como anillo o como brazalete. (AFP)
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora