Por: Tayra Pinzón.
Oficial de comunicaciones y trabajadora humanitaria en WFP.
“No se pueden prevenir los huracanes, pero sí reducir su impacto”, dice Regis Chapman, Jefe de Oficina de WFP en el país.
El año pasado, el impacto de los huracanes Irma y María dejó gran destrucción en el Caribe. Si bien muchas de las islas afectadas se han recuperado en gran medida, otras como Dominica requerirán más tiempo para hacerlo completamente.
Recién iniciada la nueva temporada de huracanes, se hace imperativo tener planes de preparación y respuesta ante nuevos eventos. Por ello, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) estableció en 2018 una oficina en Barbados.
Desde allí, el Sr. Chapman compartió una reseña de la temporada de huracanes de 2017 y las previsiones para el futuro, que se resumen abajo.
Lecciones aprendidas en la respuesta a la emergencia en el Caribe en el 2017
WFP tomó acción rápida apenas se tuvo noticias de que el huracán Irma se desarrollaba y se iba acercando a la región. Eso fue determinante en la rapidez y efectividad de la respuesta.
“Con el fortalecimiento en la preparación de los sistemas gubernamentales …podemos garantizar cero hambre en la región, incluso durante los períodos de crisis.”
Pre posicionamiento: Se desplegó personal de la oficina regional a diferentes islas del Caribe y se transportaron galletas fortificadas por vía aérea a Haití. También se lograron realizar las evaluaciones de emergencia en 72 horas, y se pudo estimar muy rápidamente cuántas personas se verían afectadas.
Para cuando el huracán María azotó a Dominica el 18 de septiembre, menos de dos semanas después de que Irma afectara el Caribe oriental, WFP tenía una capacidad de respuesta significativa para respaldar una operación más grande.
“Las temporadas de huracanes serán cada vez más fuertes, a medida que pasen los años”.
Sólida red logística: WFP cuenta con una sólida red logística para apoyar la respuesta a emergencias, pero más importante aún, con la comunidad humanitaria en general, incluida la Agencia Caribeña para el Manejo de Emergencias en Desastres (CDEMA) con sede en Barbados.
Esto permitió fortalecer la coordinación que garantizó el acceso de personas, suministros y equipos a Dominica. Igualmente importante fue el trabajo de WFP como líder del grupo de telecomunicaciones de emergencia que permitió restablecer las comunicaciones en Dominica.
Asistencia alimentaria: En los últimos años se ha generado evidencia y capacidades operativas en lo que se conoce como “protección social reactiva ante las emergencias”, que es el uso de programas nacionales de protección social y capacidad administrativa para proporcionar asistencia a la población afectada por una crisis, generalmente a través de transferencias de efectivo.
Por ejemplo, WFP y UNICEF apoyaron al Gobierno de Dominica para llegar a 25,000 personas afectadas por el huracán María.
“Las temporadas de huracanes serán cada vez más fuertes, a medida que pasen los años,” dice el Sr Chapman. “Con el fortalecimiento en la preparación de los sistemas gubernamentales para responder mejor y satisfacer las necesidades de sus poblaciones, podemos garantizar cero hambre en la región, incluso durante los períodos de crisis.”
Rol de la nueva oficina en Barbados
A través de la nueva oficina, WFP se encuentra en una mejor posición para responder a crisis de gran escala por encima y más allá de las capacidades locales y regionales, así como para reforzar las respuestas del CDEMA.
El Sr. Chapman dice: “No podemos prevenir huracanes pero desde Barbados podemos garantizar que el impacto de una emergencia se reduzca y, donde haya destrucción significativa, podemos garantizar que el impacto en las poblaciones se minimice en términos de escala y tiempo.”
La nueva oficina está centrada en proporcionar asistencia técnica y fortalecer las capacidades en cuatro áreas principales:
1. Gestión y análisis de la información.
2. Gestión integral de la cadena de suministro, proporcionando un enfoque integral a través de las capacidades tradicionales de programas, logística y telecomunicaciones de emergencia.
3. Protección social reactiva ante las emergencias, invirtiendo en el fortalecimiento de mecanismos que garanticen que los programas emblemáticos de protección social respondan mejor a los impactos.
4. Adaptación al cambio climático y financiación del riesgo, desempeñando un papel clave para facilitar las discusiones entre los diversos actores a fin de ayudar a vincular el cambio climático y la financiación del riesgo con inversiones de protección social sensibles a los impactos, entre otros.
Nota publicada en WFP – Programa Mundial de Alimentos, reproducida en PCNPost con autorización.
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SOURCE: Programa Mundial de Alimentos
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