Por: Asier Hernando.
Entre el 9 y 14 de agosto se llevó a cabo en Montreal, Canadá, el Foro Social Mundial. Por primera vez el Foro fue en un país del norte desarrollado, y no en cualquiera: Canadá tiene uno de los índices más altos de calidad de vida. Estuve allí con una delegación de Oxfam, escuchando, aprendiendo y debatiendo, estas son mis impresiones.
70% de los invitados “del sur global” no pudieron participar
Hubo gente y ganas del FSM, de debatir y de seguir construyendo el mejor de los mundos posibles, más de 12 mil participantes de 120 países. Eso sí, menos gente y menos diversidad. Todo se veía muy Occidental, fue interesante pero hacía el foro extraño y tiene su explicación. Al 70% de las personas extranjeras se les denegó la visa para entrar a Canadá, algo incomprensible. Fue la primera vez que la visas impiden la participación de invitados a un Foro Social Mundial, lo cual generó una gran indignación hacia las autoridades canadienses. Esto marcó muchos de los debates.
Los y las jóvenes fueron lideres fundamentales
Llamó mucho la atención la enorme presencia de jóvenes, organizados o no, mucho más que otras veces y comenzando a ser acteores con protagonismo propio, como en su día los movimientos sociales. Los movimientos juveniles no son el futuro sino el presente, transforman realidades en sus comunidades, ciudades y países y marcarán las luchas de la próxima década. Es una nueva generación, menos marcada por narrativas de la guerra fría, nacieron conociendo internet y las redes sociales, formados, conectados y con enorme sensibilidad y compromiso político. Deposito una gran esperanza en lo que ellos y ellas construyan.
Los temas latinoamericanos fueron centrales
El Foro Social Mundial tiene mucho de Latinoamericano y aun siendo en Canadá se seguía palpando, se seguía respirando. Su agenda, propuestas, culturas y realidades tienen gran presencia, me atrevo a decir que más que ninguna otra. La violencia hacia las mujeres en México, el impacto de la minería en Perú, violación de Derechos Humanos en Honduras o el proceso de paz en Colombia fueron temas muy seguimos. Cada vez que Bertita y Laura, las hijas de la lidereza hondureña Berta Cáceres, gritaban “Berta vive la lucha sigue” se encendía el Foro y el espíritu que lo mueve.
La desigualdad es uno de nuestros mayores problemas
La desigualdad es uno de los grandes temas que continúa y va para largo. Los eventos sobre este tema fueron un éxito. Paraísos fiscales, corrupción, pago de impuestos de las empresas, captura del estado. Hay que seguir uniendo fuerzas, creando pensamiento y articulando estrategias para una problemática global.
¿En qué momento estamos?
Más que en otras ocasiones, ha faltado encontrar el momento coyuntural histórico en el cual el FSM se llevaba a cabo y las discusiones que en todo a ello se daba. Hubo foros anti-ALCA, de la lucha zapatista, la esperanza de la nueva izquierda latinoamericana, primavera árabe o la guerra de Irak. La realidad actual es más confusa para soñar e interpretar y se ha perdido algo de inocencia en los movimientos sociales. La mal llamada primavera árabe ha terminado en una sangría, Europa con crisis existencial y de valores, Trump, ISIS, Sudan del Sur, cambio de ciclo en América Latina, son demasiadas cosas y falta poder procesarlo.
Se necesita el Foro Social Mundial, ahora más que nunca, el de Montreal fue extraño, porque el momento actual de planeta también es muy raro. Por eso y para interpretarlo, la sociedad civil, movimientos y organizaciones sociales debemos juntarnos, pensar, apoyarnos y construir planes y estrategias para lograr un mundo mejor. No hay lugar decidido todavía para el siguiente foro, pero estoy seguro que allí estaré.
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