La 13ª conferencia de la ONU sobre biodiversidad comenzó este viernes entre pesimismo y apremio ante la evidencia de que la mayoría de las metas para preservar las especies y usar los recursos de manera sustentable no serán alcanzadas en 2020, como se había acordado.
Durante las reuniones, que se celebrarán en el balneario de Cancún hasta el 17 de diciembre, se evaluarán estudios que “demuestran” que casi dos tercios de las metas establecidas en 2010 -llamadas metas de Aichi- no serán alcanzadas en los cuatro años que restan de plazo, indica un comunicado difundido por la ONU.
“Ante los informes poco alentadores” se pedirá a las más de 190 naciones que forman el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que “intensifiquen sus esfuerzos” para proteger los ecosistemas, “en los que se basa la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la salud de miles de millones de personas”, añade el parte, que pronostica “graves repercusiones para el bienestar humano”.
Erik Solheim, director ejecutivo del Programa para el Medio Ambiente de la ONU, dijo que “es urgente” que los países manifiesten su voluntad política.
El propio CDB emitió un reporte en el que asegura que entre el 6% y el 44% de los informes sobre las 20 diferentes metas, “contienen información que sugiere que no se ha producido ningún cambio significativo, o que el país está alejándose del cumplimiento de una meta determinada. Hoy, los progresos no son suficientes para alcanzar las metas de Aich”.
Por su parte, la ONG ambientalista World Wildlife Fund (WWF) estima que solo 5% de los países podrán cumplir a tiempo con los objetivos de mejorar las condiciones de los bosques, océanos, agua dulce y las especies silvestres.
Entre costos y beneficios
Actualmente, más de la mitad de los bosques en el mundo y más del 90% de los humedales se han perdido, mientras que la tasa de extinción de especies es mil veces más alta ahora que antes de la revolución industrial, dijo en conferencia Braulio Ferreira, secretario ejecutivo del CDB.
Y ahora, “¿qué nos hará creer que podemos acelerar el paso y alcanzar las metas de Aichi? Porque el enfoque habitual de las empresas no nos llevará a ello”, comentó Deon Nel, director global de conservación en WWF.
Ante este panorama, el anfitrión México sentó en la mesa a líderes de los sectores agrícola, forestal, pesquero y turístico -que tienen un impacto negativo sobre la biodiversidad- para que incorporen en sus políticas criterios de conservación y uso sostenible de recursos.
Helen Clark, del Programa para el Desarrollo de la ONU, sostuvo que invertir en la biodiversidad y los ecosistemas es bueno para el planeta pero también para los negocios.
Según la experta, las llamadas “inversiones de impacto”, que representan más de 60.000 millones de dólares en el mundo, están buscando oportunidades de inversión en el área de medio ambiente. Estos inversores “saben que tiene sentido”, aseguró.
Sin embargo, crear una política “coherente”, integrando la agenda ambiental con la empresarial y la gubernamental, trae consigo “desafíos”, advirtió Braulio de Souza, secretario ejecutivo del CDB. “Desafortunadamente, vemos que políticas que son buenas para un sector pueden tener un impacto negativo para otros”, dijo.
Pero para Solheim todo es cuestión de voluntad. El verdadero desafío son “las ganancias (económicas) que deja destruir la naturaleza” y que se embolsan las empresas, mientras que los “costos por destruir la naturaleza” son absorbidos por los contribuyentes o las generaciones futuras.
Póstumo premio a ambientalista
En la conferencia también se recordó que el costo por defender la naturaleza puede ser la vida misma, como fue el caso de la hondureña Berta Cáceres, una ambientalista que fue asesinada en marzo tras recibir amenazas por su lucha contra la construcción de una planta hidroeléctrica en tierras de la etnia Lenca.
Este viernes, fue reconocida póstumamente con el premio Campeón de la Tierra, el más importante que otorga la ONU a los defensores ambientales.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica ha sido ratificado por todos los Estados miembro de la ONU excepto Estados Unidos, que asistió a la reunión como país observador.
Los ambientalistas temen que Dunald Trump, quien llegó a calificar al cambio climático de “patraña”, haga que Estados Unidos -uno de los mayores emisores de CO2- se retire de la convención sobre el clima de la ONU, renuncie a limitar las emisiones de efecto invernadero procedentes esencialmente del carbón, gas y petróleo, y deje de financiar energías limpias en los países en desarrollo. AFP
Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora