Con “Ant-Man”, Disney lleva a la pantalla a un nuevo superhéroe de los cómics de Marvel; pero esta vez, a diferencia de los muy duros Thor o Capitán América, el hombre hormiga es sarcástico, no siempre honesto y hasta un poco mimoso.
Para Paul Rudd, que interpreta al hombre hormiga, un súperhéroe que lleve tal nombre no puede tomarse demasiado en serio. “Es un tipo que vuela en la espalda de una hormiga, no es el Soldado de Invierno y está bien consciente de eso”, dijo a la AFP, refiriéndose al archienemigo del Capitán América.
“Uno se puede divertir con esto, no tomarse muy en serio y aún así contar una historia emotiva”, prosiguió el actor de 46 años y ojos verdes en una conferencia de prensa en Los Ángeles.
Para ponerse en la piel de Ant-Man, Rudd tuvo que aprender algunas acrobacias… y contentarse con una almendra por día para ostentar los cuadriculados abdominales que lleva. “Ant-Man: El hombre hormiga” se estrena entre el 16 y el 17 de julio en Estados Unidos y Latinoamérica, y una semana después en España.
La película debería propulsar a Rudd, que hasta ahora era uno de los actores preferidos de las comedias independientes de Judd Apatow, al mundo del estrellato hollywoodense.
Es lo que le ocurrió a Chris Pratt, actor de la serie de comedia “Park & Recreation”, cuando se convirtió el año pasado en la estrella de “Guardianes de la galaxia” y en uno de los nombres más codiciados por la industria del cine en este momento.
Interpretar a un superhéroe es como el Santo Grial que permite entrar al club de las estrellas planetarias, porque estos filmes son proyectados y venerados en todo el mundo.
Actores conocidos por papeles dramáticos y emocionales, como Mark Ruffalo o Edward Norton, se volvieron célebres globalmente por interpretar a Hulk, mientras que Iron Man contribuyó a relanzar la carrera de Robert Downey Jr.
Una guerra microscópica:
Al margen del universo de “Los Vengadores”, la película cuenta la historia de Hank Pym (Michael Douglas), un científico que descubre una sustancia química que permite reducir su tamaño y aumentar su fuerza. Y gracias a su poder mental, Ant-Man puede además controlar ejércitos de hormigas.
Pero su exalumno Darren Cross (Corey Stoll, conocido por “House of Cards”), logra replicar su descubrimiento y quiere venderlo a traficantes de armas.
Entonces Hank Pym, ya anciano, elige a Scott Lang, un ladrón de poca monta recién salido de prisión, como el hombre hormiga que salvará al planeta.
El film juega visualmente con las dimensiones, cuando Scott Lang evoluciona de la escala humana a lo infinitamente pequeño, incluso lo microscópico.
La puesta en escena del director Peyton Reed acentúa los efectos cómicos, en particular a través del actor de origen mexicano Michael Peña, que encarna a un ladronzuelo amigo de Lang.
Paul Rudd, que dice haber sido un fan moderado de los cómics de superhéroes cuando era niño, entiende que estos personajes fascinen al gran público. Para él, permiten escapar a la vida cotidiana, aunque los superhéroes sean “a menudo complejos y llenos de conflictos internos, como Hulk”.
“Estos personajes han sido creados por personas inteligentes (…) Y cuando les agregan la dimensión fantástica, la fuerza, la capacidad de volar, la invisibilidad… Se construye un universo verdaderamente divertido de explorar”. (AFP)
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