La revista VANITYFAIR publica una entrevista excepcional de la reportera Janine Di Giovanni con Angelina Jolie (actriz, directora y embajadora de ACNUR), viajando por zonas de conflicto bélico mientras dirigía su última película, ‘Unbroken’, un drama épico ambientado en la Segunda Guerra Mundial.
A continuación el reportaje:
Sidney, Australia, acaba de comenzar el verano de 2013. En la isla Cockatoo nos encontramos a una mujer delgada de pie en medio de un polvoriento set de rodaje. Se protege del sol con un sombrero mientras mira fijamente hacia el cielo plomizo. Está esperando a que las nubes pasen.
“El paracaídas aterriza siempre en el lugar incorrecto —murmura, en parte para sí misma y en parte para el grupo de gente que la rodea—. Vamos a hacer unas cuantas tomas más, a ver si aterriza bien”.
Efectivamente, la mujer enfundada en unos vaqueros negros ajustados y unas botas llenas de barro es Angelina Jolie. La acompaña una multitud de tipos con pinta de duros, sin afeitar y que también calzan botas y van en pantalones cortos. Cerca, fumando cigarrillos Camel sin filtro, hay una docena de actores que tienen un aspecto dolorosamente delgado. “Hemos contratado a un montón de flacos”, explica Jolie medio en broma. Se supone que estos extras tienen que interpretar a prisioneros de guerra estadounidenses en un campo de internamiento japonés ubicado cerca de Tokio durante la Segunda Guerra Mundial. En la película están esperando a que llegue una entrega aérea de alimentos mientras leen periódicos de guerra. Parecen hambrientos, enfadados e inquietos.
Instalada en esta isla de la bahía de Sidney, Jolie dirige Unbroken, una película basada en el superventas de Laura Hillenbrand, la biografía de Louis Zamperini, un pendenciero italoamericano corredor olímpico que se hizo piloto durante la Segunda Guerra Mundial y acabó siendo un héroe. Zamperini, interpretado por el actor británico Jack O’Connell, se estrelló en el Pacífico en 1943. Pasó 47 días perdido en el mar, a la deriva, en un bote salvavidas —las autoridades estadounidenses lo dieron por muerto—, antes de que lo recogieran los japoneses. Fue torturado durante dos años hasta que finalmente lo liberaron al finalizar la guerra.
A lo largo del rodaje de Unbroken, Jolie y Zamperini, que murió a los 97 años el pasado julio, se hicieron íntimos. “Una figura tierna y paternal —cuenta la directora, de 39 años—. Me encantaba de Louis que fuera una persona muy normal. No era ni el más alto ni el más guapo ni el más seguro. Durante su juventud fue un desastre —hace una pausa—. Pero podemos extraer una moraleja sobre la vida: hay grandeza en la de todo el mundo”.
En sus caravanas, los actores principales están inmersos en sus personajes. El archienemigo (en la vida real) de Louis Zamperini fue un sanguinario sargento llamado Mutsuhiro Watanabe. Para este papel, Jolie ha contratado a Miyavi, un llamativo cantante japonés estrella del pop (cuyo verdadero nombre es Takamasa Ishihara). Miyavi, de 33 años, recuerda que Jolie le animó a ahondar tanto en la mente del carcelero que, después de una escena particularmente intensa —en la que tenía que darle una paliza a Zamperini—, cuenta que sintió tal repugnancia física que terminó vomitando. “Para mí era una terrible tortura tener que odiar a los demás actores, debía sentir odio por ellos. Cuando me tocaba pegarles, pensaba en proteger a mi familia. Y, al mismo tiempo, tampoco quería ser simplemente el malo. Deseaba imprimirle humanidad al personaje. [Mutsuhiro] era un loco sádico, pero también era débil y estaba traumatizado”.
Cuando Miyavi conoció a Jolie en Tokio (“¡En un club nocturno!”, comenta bromeando), no confiaba en que fuera capaz de meterse en la piel de ese personaje. “Es una historia que sigue siendo dolorosa para mi país. Pero ella me dijo que quería tender un puente entre todos los países en conflicto y fue muy persuasiva”. Aun así, después de grabar algunas de las escenas de tortura más violentas, confiesa: “No podía dejar de llorar”.
Unbroken cuenta con un presupuesto de 52 millones de euros, tiene la vista puesta en los Oscar y la aprobación de Universal, además de un pedigrí muy exclusivo (Joel y Ethan Coen trabajaron concienzudamente en el guión). Es una película totalmente diferente de la última obra de Jolie como directora, En tierra de sangre y miel. Esta cinta, de 2011, aunque sorprendente e intensa, era mucho más sencilla y muy alejada del estilo hollywoodiense.
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