¿Cómo son las relaciones sentimentales entre autistas? Esta es la pregunta que se plantea “Autism in Love”, un ambicioso documental que llega al Festival de Tribeca en busca de la reflexión acerca del trato que la sociedad dispensa a un síndrome que sufre el 1 % de la población mundial.
El cine ha ofrecido visiones del autismo muy distintas. El más famoso de ellos, “Rain Man”, conquistó cuatro Óscar en 1988 y se convirtió en el filme más popular sobre este trastorno, que también fue objeto de la exitosa novela y posterior adaptación teatral de “El curioso incidente del perro a medianoche”, de Mark Haddon.
Sin embargo, “Autism in Love” va más allá y quiere poner luz al autismo a través de “la empatía y la afección” hacia las historias íntimas de los personajes y las vivencias que experimentan en sus relaciones sentimentales, explic su director, Matt Fuller.
Su intención y la de la productora, Carolina Groppa, era “humanizar” el autismo para acercar una realidad muchas veces desconocida y con la que ellos no tenían relación directa.
Aun así, decidieron apostar por un tema que consideraban que no se trata adecuadamente, porque, según Fuller, “hablamos mucho del autismo pero no tenemos las conversaciones adecuadas sobre este transtorno”. “Todas ellas parecen ir dirigidas a qué hacer con niños que tienen autismo, cómo ser padres, cómo educar a un niño… Pero esta es una de las primeras conversaciones que la gente tiene sobre asuntos complejos de adultos con autismo”, aseveró el director.
Este trastorno neurológico afecta a la percepción y el procesamiento cerebral de la información y, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en Estados Unidos nacen 1 de cada 68 niños con él.
El film encadena entrevistas que muestran el día a día de los adultos con autismo a través de tres narrativas: la de Lenny, un joven en busca del amor; la de Lindsey y David, una pareja que piensa en dar un paso más en su relación, y la de Stephen, que se encuentra al final de su matrimonio.
“Filmamos más historias de las que aparecen en la película, pero escogimos estas porque eran las más emotivas y porque representan dos espectros, el del autismo y una de las categorías del amor, si lo buscas, si lo tienes o si estás saliendo de él”, indicó Fuller.
Después de entrevistar a treinta autistas y de descartar muchas horas de grabación, Fuller y Groppa, se decantaron por estas tres experiencias y acabaron estableciendo vínculos personales con los protagonistas en un filme basado en la “confianza”. “Todo el mundo, sea autista o no, es consciente de que hay una cámara delante y que ese miedo puede tardar un tiempo en irse. Hay algunos momentos en que queríamos acceso a algo y había limites, pero era lo que esperábamos”, explicó el director.
“Autism in Love” se infiltra en momentos tan íntimos como la rutina de una pareja antes de ir a dormir, una proposición de matrimonio o hasta las angustias más profundas de Lenny, que se confiesa en un momento de tristeza. “Déjame decirte, Matt. Desearía no ser autista. No me gusta. Me hace ser diferente”, -dice en una de las escenas- ¿Puedo ser honesto contigo? Preferiría ser normal que una persona autista con un millón de dólares”.
La exposición pública de sus temores, según Fuller, producirá un efecto beneficioso en Lenny, de 22 años, que ha experimentado una trayectoria muy positiva desde que se rodó el documental en 2013. “Creo que la gente le querrá y le apreciará cuando vea esta película y que este tipo de afección le llegará”, señaló.
Los padres de los implicados también juegan un papel protagonista en el relato y exponen los miedos que les produce la posibilidad de que sus hijos no puedan llegar a alcanzar la normalidad en sus relaciones personales.
“No me atrevía a esperarlo”, confiesa la anciana madre de Stephen, con su marcado acento de la Europa del Este, cuando es preguntada acerca de si creía que su hijo conseguiría mantener una relación romántica. “Te hace dar un paso atrás y cuestionarte tus propias ideas del amor y de cómo te relacionas con la gente que quieres en tu vida, y de que, en el fondo, todos somos mucho más parecidos que diferentes”, reflexiona Groppa.
“He aprendido mucho del amor, de lo que funciona y de lo que no y de lo que se requiere para el compromiso”, opinó el director.
En el aire queda una pregunta que Lindsey lanza en un momento de la película: “¿Es posible que alguien pueda amar a alguien que nunca entenderá del todo?”. Ni los mismos autores del documental han sido capaces de responder.
“Autism in Love” compite en la categoría de documentales en un festival en que este género cinematográfico tiene especial importancia. (EFE USA)
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