La ONU considera a América Latina como una de las regiones más propensas a desastres naturales por el cambio climático, a pesar de que contribuye “muy poco” a las emisiones de gases de efecto invernadero.
La ONU recomendó este martes en Guatemala reducir la burocracia en Latinoamérica para facilitar la movilización de ayuda humanitaria en casos de desastres, y evitar “cuellos de botella” que dificultan la entrega inmediata de la asistencia.
“El principal reto que tenemos es armonizar nuestro marcos legales para que sean más eficientes, armonizarnos entre los diferentes países para que la ayuda fluya a través de las fronteras sin tener cuellos de botella”, dijo a la AFP el ecuatoriano Darío Álvarez, representante regional de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El organismo celebra en Guatemala un foro de tres días para evaluar estrategias de ayuda a damnificados por desastres naturales y violencia en América Latina y el Caribe.
Según el funcionario, la región debe agilizar el trabajo para que las fronteras estén preparadas y permitir el ingreso inmediato de asistencia humanitaria y equipos de rescate en casos de catástrofes.
La ONU considera a América Latina como una de las regiones más propensas a desastres naturales por el cambio climático, a pesar de que contribuye “muy poco” a las emisiones de gases de efecto invernadero. “Las aduanas tienen que estar listas para proveer visados a las personas que representan organismos humanitarios que desean entrar a sus países y tal vez proceden de lugares que necesitan una visa. En el caso de un terremoto necesitamos que equipos especiales entren fácilmente”, precisó Álvarez.
El representante regional de la OCHA puso como ejemplo los inconvenientes para el ingreso de la asistencia humanitaria en Nepal, golpeado hace una semana por un terremoto que ha dejado más de 7.500 muertos y casi 15.000 heridos, según el último balance oficial. “Ustedes lo han visto en Nepal, la respuesta internacional tiene que hacerse en las primeras 48 horas para poder tener algún resultado, después de eso es totalmente irrelevante el traslado para la respuesta efectiva en búsqueda y rescate”, agregó.
El lunes llegó a Guatemala la responsable de operaciones humanitarias de la ONU, la británica Valerie Amos, para sumarse al foro.
En la reunión participarán 30 delegaciones de América Latina y el Caribe, con observadores de Filipinas, Alemania, Suiza y Turquía. El encuentro es preparatorio para la Cumbre Mundial Humanitaria a celebrarse en Turquía en 2016. (AFP)
OCHA y el sistema de la ONU:
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH u OCHA por sus siglas en inglés), dependiente de la Secretaría de la ONU, es responsable de la coordinación de las respuestas a emergencias. Realiza esta función a través del Comité Permanente Interagencial, entre cuyos miembros se encuentran las entidades del sistema de la ONU con mayor responsabilidad a la hora de proporcionar ayuda de emergencia. Un enfoque coordinado de todo el sistema en la ayuda de socorro es esencial a la hora de proporcionar asistencia rápida y eficiente a los necesitados.
El Fondo Central de la OCHA para la Acción en Casos de Emergencias es un mecanismo de liquidez financiera que facilita respuestas inmediatas ante emergencias. Se utiliza para ayudar a las agencias humanitarias con problemas de liquidez hasta que las contribuciones de donantes estén disponibles.
¿Qué entidades claves de la ONU prestan ayuda humanitaria?
Hay cuatro entidades de la ONU que desempeñan papeles fundamentales a la hora de prestar asistencia humanitaria: el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El PNUD es la agencia responsable de las operaciones de mitigación y prevención de desastres naturales y de preparación para estos. Cuando se producen emergencias, los coordinadores residentes del PNUD coordinan los esfuerzos de socorro y rehabilitación a nivel nacional.
- Ayudar a los refugiados –El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) surgió a raíz de la Segunda Guerra mundial para ayudar a los europeos desplazados por el conflicto. La agencia dirige y coordina medidas internacionales para proteger a los refugiados y solucionar sus problemas en todo el mundo. La Asamblea General creó el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) para prestar ayuda de emergencia a unos 750.000 refugiados palestinos que habían perdido sus hogares y sus medios de vida como resultado del conflicto árabe-israelí de 1948.
- Ayudar a los niños – Desde su fundación, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha trabajado para atender a tantos niños como sea posible y proporcionarles soluciones efectivas y asequibles con el objetivo de contrarrestar las principales amenazas para su supervivencia. UNICEF también insta constantemente a los gobiernos y las partes beligerantes a proteger a los niños de manera efectiva.
- Alimentar a los hambrientos – El Programa Mundial de Alimentos (PMA) presta ayuda a millones de personas víctimas de los desastres. Es responsable de movilizar alimentos y fondos en las operaciones de alimentación para refugiados a gran escala gestionadas por ACNUR. A menudo se recurre a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para ayudar a los agricultores y ganaderos a restablecer la producción tras inundaciones, epidemias que afecten al ganado y emergencias similares. El Sistema Mundial de Información y Alerta Temprana de la FAO publica informes mensuales sobre la situación mundial de la alimentación. Las alertas especiales, dirigidas a los gobiernos y las organizaciones humanitarias, identifican los países amenazados por la escasez de alimentos.
- Curar a los enfermos – La Organización Mundial de la Salud (OMS) coordina la respuesta internacional a las emergencias sanitarias. La OMS es responsable liderar en temas de salud mundial, programar la agenda de investigación sanitaria, establecer criterios y estándares, articular políticas fundadas en hechos y proporcionar asistencia técnica a los países, además de supervisar y asesorar en materia de salud. En el siglo XXI, la salud es una responsabilidad compartida que requiere un acceso equitativo a los servicios sanitarios básicos y una defensa colectiva ante los peligros transnacionales.
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